La cifra de empresas ‘zombis’ en España se ha situado en 35.685, lo que representa una disminución del 26% en comparación con hace dos años. Este dato es parte de un estudio que analiza el impacto de estas empresas en la economía del país. Pero, ¿qué son exactamente las empresas ‘zombis’? Se trata de aquellas que no han logrado cubrir, durante dos ejercicios consecutivos, los intereses de su deuda a través de sus resultados operativos.
El estudio revela que más del 82% de estas compañías son microempresas, mientras que un 9,5% son pequeñas empresas, un 5% medianas y un 3,5% grandes. A nivel global, solo un 3% de las empresas activas pueden ser clasificadas como ‘zombis’. Esto refleja una realidad preocupante sobre la sostenibilidad de ciertas actividades económicas en el país.
Impacto de la crisis del Covid en el tejido empresarial
El auge de las empresas ‘zombis’ en España se hizo notable entre 2021 y 2022, con un incremento del 19%, en gran parte gracias al impacto de la crisis provocada por la pandemia del Covid-19. Este crecimiento ha comenzado a desacelerarse, logrando un aumento del apenas 2% en el ejercicio siguiente. Este cambio podría sugerir que el mercado está intentando ajustarse tras un periodo de gran inestabilidad.
En cuanto a la actividad de estas empresas, aproximadamente un 13% de las más de 48.000 empresas ‘zombis’ que existían en 2023 han cesado su actividad. Además, un 25% de ellas continúa operando de la misma manera que antes. Sin embargo, es positivo constatar que el 62% de estas empresas no manifiestan actualmente signos de sobreendeudamiento, lo que podría ofrecer alguna esperanza de recuperación para el sector.
Sectores más afectados por la proliferación de empresas ‘zombis’
Al observar los sectores más afectados, la construcción y las actividades inmobiliarias destacan, concentrando el 30% del total de empresas ‘zombis’. De estas, un 23% pertenece específicamente a la rama inmobiliaria. Un análisis de este dato indica la gran presión financiera que estos sectores han sufrido en los últimos años, especialmente debido a las condiciones del mercado y al impacto de la crisis sanitaria.
Más allá de la construcción y los sectores inmobiliarios, el comercio y los servicios empresariales agrupan un 20% y un 14,5% de estas empresas, respectivamente. Cabe señalar que sectores como la administración apenas cuentan con 10 empresas en situación de ‘zombi’, y en industrias extractivas esta cifra se limita a 0,30%. En el ámbito de la energía y educación, las cifras no superan el 2%, reflejando una distribución desigual en el impacto de la crisis.
Distribución regional de las empresas ‘zombis’
Si analizamos la situación por regiones, encontramos que más de la mitad de estas compañías se distribuyen entre Madrid, Cataluña y Andalucía. En concreto, se registra un 21% en Madrid, un 19% en Cataluña y un 11% en Andalucía. Esta concentración geográfica sugiere que las dinámicas económicas a nivel regional podrían ser determinantes en la presencia de empresas con problemas financieros.
Otras comunidades autónomas como Valencia, con un 10%, Galicia, con un 7%, y el País Vasco, que supera apenas el 5%, muestran una menor representación de empresas ‘zombis’. Esto plantea interrogantes sobre las políticas locales y el apoyo a la reactivación del tejido empresarial y cómo diferentes regiones están respondiendo a los desafíos económicos.
Perspectivas y recomendaciones para empresas en riesgo
La disminución del número de empresas ‘zombis’ es una señal positiva, aunque se debe interpretar con cautela. Es crucial que las empresas en riesgo evalúen su situación financiera y busquen alternativas para mejorar su solvencia. La reestructuración financiera podría ser un camino eficaz para aquellas que aún tienen potencial de recuperación.
Las empresas deben enfocarse en gestionar mejor sus deudas y optimizar sus recursos operativos. Esto no significará necesariamente una erogación inmediata; a veces, un enfoque en la innovación o en la diversificación de la oferta puede ofrecer resultados positivos. La inversión en nuevas tecnologías y la capacitación del personal son también aspectos a considerar para no quedar atrapados en situaciones críticas como las que ha vivido el mercado en los últimos años.
Además, es importante que los organismos gubernamentales refuercen las políticas de apoyo a las empresas vulnerables, ofreciendo soluciones tangibles y adaptadas a las realidades locales. En un contexto de incertidumbre, el acceso a recursos educativos y financieros puede ser crucial para la transitoriedad de muchas empresas hacia un futuro más estable y seguro.