El precio medio de una vivienda de 90 metros cuadrados en España ha experimentado un notable incremento, alcanzando aproximadamente 223.122 euros a finales de 2024. Este aumento de 60.000 euros en comparación con los 163.631 euros de 2019 representa un crecimiento del 36,36%, según datos recientes. Este panorama refleja las tensiones persistentes del mercado inmobiliario español, donde la demanda ha superado de manera considerable a la oferta.
Aumento significativo en las principales ciudades
El aumento de precios no ha sido uniforme en todo el país. Las ciudades más afectadas, como Madrid y Baleares, han visto incrementos excepcionales. En la capital española, los precios han aumentado un 61%, pasando de 255.257 euros a 411.064 euros. Baleares, por su parte, ha registrado un 55,50% de aumento, elevando el precio medio desde 285.407 euros hasta 443.817 euros.
Otras comunidades también han sufrido incrementos significativos. La Comunidad Valenciana ha visto un aumento del 55,25% (de 115.406 euros a 179.166 euros), mientras que Murcia y Canarias han presentado subidas del 47,20% (de 92.089 euros a 135.553 euros) y 46,94% (de 147.029 euros a 216.038 euros), respectivamente. Estos datos ponen de manifiesto las áreas geográficas donde la presión inflacionaria en el sector inmobiliario es más intensa.
Provincias más caras y las menos costosas
A nivel provincial, Islas Baleares y Madrid lideran en precios, con una vivienda media costando 443.817 euros y 411.064 euros, respectivamente. A continuación se sitúan provincias como Guipúzcoa (336.849 euros), Málaga (317.510 euros) y Barcelona (305.150 euros). Este ranking ilustra la creciente desigualdad en el acceso a la vivienda en diferentes regiones de España.
En contraposición, provincias de la denominada España vaciada continúan presentando precios medios mucho más asequibles. Ciudad Real (67.500 euros), Jaén (74.071 euros), Cuenca (75.960 euros), Teruel (82.530 euros) y Badajoz (82.714 euros) se sitúan muy por debajo de la barrera de los 100.000 euros. Este fenómeno refleja los retos económicos que enfrenta esta parte del país, incluyendo la despoblación y la falta de desarrollo económico.
Ciudades con mayores incrementos de precios
Entre los datos más alarmantes, Málaga se destaca como la capital de provincia que ha sufrido el mayor incremento de precios. Desde 2019, el precio medio ha escalado casi un 80%, pasando de 204.253 euros a 365.957 euros en 2024. Esto pone de manifiesto la creciente demanda por propiedades en regiones costeras y turísticas, así como la dinámica del mercado inmobiliario en zonas urbanas.
El aumento de precios también se observa en otras ciudades destacadas. En Donostia-San Sebastián, el precio medio alcanzó en 2024 los 607.668 euros, posicionándola como la ciudad con los precios más altos, seguida por Madrid (578.663 euros), Barcelona (483.581 euros), Palma de Mallorca (468.575 euros) y Málaga (365.957 euros). Estos datos subrayan la fuerte atracción que ejercen estas ciudades tanto a nivel nacional como internacional, lo que contribuye a mantener la tendencia al alza en el mercado inmobiliario.
Factores detrás del crecimiento en los precios
El incremento en el precio de las viviendas puede atribuirse a varios factores. Según Ferrán Font, director de estudios de un conocido portal inmobiliario, la demanda actual supera con creces la oferta disponible. Esto, combinado con el creciente interés hacia ciertas áreas por su dinamismo económico y atractivo turístico, ha generado un escenario donde las propiedades continúan apreciándose a un ritmo acelerado.
Adicionalmente, la incertidumbre económica, incluida la inflación y los cambios en las tasas de interés, ha llevado a algunos inversores a refugiarse en el sector inmobiliario como una forma de proteger su capital. Estas condiciones han empujado a los precios aún más, creando un círculo vicioso que alimenta la desigualdad en el acceso a la vivienda.
La situación en el mercado inmobiliario español se presenta como un desafío multifacético que requerirá atención y abordajes estratégicos por parte de las autoridades y los desarrolladores. La implementación de políticas que equilibren la oferta y la demanda, así como la creación de incentivos para la construcción de vivienda asequible, será fundamental para mitigar la crisis de la vivienda. Desarrolladores e inversores deben también tener en cuenta cómo los cambios demográficos y las preferencias del consumidor están modelando el futuro del mercado, tomando decisiones que no solo sean rentables, sino también socialmente responsables. Sin duda, la dirección futura del mercado dependerá de una variedad de factores que continúan evolucionando en el panorama económico global.