La Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT y CCOO han alcanzado un principio de acuerdo con las patronales en la negociación del nuevo convenio colectivo de la industria textil y de la confección. Este acuerdo abarca el periodo de 2024 a 2026 y representa un avance significativo, ya que la negociación se encontraba paralizada desde hacía meses. Una de las medidas más destacadas de este preacuerdo es la subida salarial del 3,3% anual para los 80.000 empleados del sector.
Desbloqueo de la negociación
El logro de este preacuerdo ha permitido desconvocar la huelga que estaba prevista para el próximo 28 de enero. Según informes de CCOO, se han dado «pasos importantes» para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, que enfrentan uno de los entornos más precarios de la industria manufacturera.
Además de los incrementos salariales, el acuerdo también contempla la unificación progresiva de los diez anexos existentes en un solo documento, así como mejoras en el capítulo sobre absorción y compensación. Estos cambios buscan simplificar y hacer más equitativa la estructura salarial dentro del sector.
Detalles sobre los incrementos salariales
El nuevo convenio tendrá una vigencia de tres años (2024-2026) y contará con ultraactividad automática, incluso si no se presenta una denuncia formal. Cada año de vigencia se aplicará un aumento salarial del 3,3%, que se revisará anualmente con un tope del 1% y se hará retroactivo desde el 1 de enero.
Un aspecto relevante del acuerdo es que se establece un cambio en la estructura y el modelo retributivo, orientado hacia la racionalización del mismo. Se prevé también la simplificación de las tablas actuales y la mejora de los salarios para los grupos con menos ingresos. La idea es que la mayoría de los subsectores logren una mayor homogeneización y unificación salarial.
Nuevos conceptos salariales
En este nuevo modelo, se eliminarán las áreas funcionales en los seis subsectores que actualmente las tienen detalladas en diferentes tablas. A su vez, se introducirán dos nuevos conceptos: el salario mínimo garantizado (SMG) y el salario referente del grupo profesional (SRGP).
UGT ha señalado que todas las categorías que tengan un salario base inferior al SRGP deberán ajustar su base salarial hacia este nuevo referente. Esto implica que, excluyendo al SRGP, el resto de las categorías incrementarán su salario base en un 5,3% durante 2025 y 2026 (3,3% + 2%). Este incremento es crucial para elevar los estándares salariales en el sector textil y de confección.
Reducción de jornada y mejoras en la póliza de accidentes
Otro aspecto importante del preacuerdo es la reducción de la jornada laboral, que se verá disminuida en 20 horas en total: 10 horas en 2025 y otras 10 horas en 2026. Adicionalmente, se incrementará la póliza de accidentes de 9.000 euros a 15.000 euros, y todos los conceptos ordinarios y habituales se incluirán en el cálculo de la retribución por vacaciones.
Estos cambios buscan no solo mejorar las condiciones laborales, sino también hacer más atractivo el trabajo en un sector que ha enfrentado serias dificultades en los últimos años.
Compromiso hacia la clasificación profesional
Ambas partes se han comprometido a consensuar un nuevo sistema de clasificación profesional antes del 30 de mayo de este año. Si a esa fecha no se alcanza un acuerdo, intervendrá el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA), aplicando el sistema que determine el laudo arbitral. Esta es una medida que busca garantizar que los trabajadores tengan una representación clara y definiciones de cargos y responsabilidades dentro de sus funciones.
La implementación de un sistema robusto de clasificación profesional puede mejorar las trayectorias laborales y ofrecer oportunidades de desarrollo personal y profesional a los trabajadores dentro del sector.
Perspectivas para el sector textil
Con este nuevo convenio, el sector textil y de la confección tiene la oportunidad de iniciar una etapa de cambios significativos que podrían transformar las condiciones laborales de sus trabajadores. A medida que se implementan las mejoras acordadas, es fundamental que tanto las patronales como los sindicatos mantengan un diálogo abierto y constructivo.
El fortalecimiento del sector no solo beneficiará a los empleados, sino que también aportará a la competitividad general de la industria española. Se espera que estas medidas contribuyan a atraer a nuevos talentos y mejorar la retención de personal, lo que es crucial para enfrentar los desafíos del mercado actual.
De cara al futuro, es recomendable que los empleados y empleadores se mantengan informados sobre la evolución del convenio y se preparen para adaptarse a los cambios en las estructuras laborales y salariales. Esto puede representar una oportunidad de crecimiento y mejora que no deben dejar pasar.