El jefe de área de la Subdirección General de Eficiencia y acceso a la energía del Ministerio de Transición Ecológica y para el Reto Demográfico, Alfredo Garzón, ha afirmado que el actual enfoque del departamento encabezado por Sara Aagesen no contempla la «prohibición de las calderas». En su opinión, toda tecnología relacionada con el sistema energético tiene cabida en el proceso de descarbonización necesaria para el futuro.
Garzón aclaró que «la Directiva europea no prioriza una tecnología sobre otra», lo que abre la puerta a múltiples soluciones en la transición energética. De esta forma, la transposición de normativas no implicará restricciones tecnológicas, permitiendo que el mercado determine las soluciones más efectivas y adecuadas según los objetivos establecidos.
Enfoque en la fuente de energía
El experto subrayó la importancia de la fuente de energía que alimenta las diferentes tecnologías, otorgando prioridad a las fuentes renovables por encima de la herramienta o tecnología misma. Esta reflexión se enmarca dentro de un contexto más amplio, donde se busca una capacidad de adaptación y diversidad tecnológica que promueva la sostenibilidad.
Este enfoque se discutió durante el encuentro informativo titulado «Hacia la descarbonización justa de los hogares españoles», realizado por la Alianza por una Energía Sostenible y Accesible en el Hogar (Aesah) en colaboración con Europa Press. La cita contó con la participación de diferentes actores del sector energético y de políticas de vivienda, incluyendo a Álvaro González López, titular del área de Gobierno de políticas de vivienda en el Ayuntamiento de Madrid, y Anna Armengol Torío, consejera económica de la Comisión Europea en España.
Importancia de la comunicación clara
La mesa redonda del evento, que incluyó a Garzón, Ainhoa Díez de Pablo, directora de la división de Innovación y Sostenibilidad en la Edificación del Ministerio de Vivienda, Cayetana Crespo Almodóvar de la OCU, y Isabel Ortiz de Aesah, concluyó que uno de los retos más significativos es asegurar que la información sobre descarbonización sea clara y accesible para la ciudadanía. Este objetivo es esencial para que los ciudadanos puedan tomar decisiones informadas sobre su consumo energético.
Garzón insistió en que su departamento está comprometido en «ofrecer ayudas a los colectivos más vulnerables», además de explorar la posibilidad de trasladar los Certificados de Ahorro Energético (CAE) a los hogares, como instrumento para facilitar la transición energética.
La necesidad de traducir estas obligaciones generales en normas concretas se tornó un punto recurrente durante el diálogo, ya que es crucial para garantizar que los usuarios y las empresas obtengan beneficios económicos a través de la descarbonización.
Retos en la climatización de edificios
Ainhoa Díez de Pablo enfatizó la necesidad de proporcionar «información veraz y rigurosa» en lo que respecta a la climatización de los edificios. Esto implica una clara diferenciación con respecto a prácticas adoptadas en otros países para evitar confusiones que puedan afectar la implementación de estas tecnologías.
Entre los propósitos de las políticas desarrolladas se destaca «pensar los edificios de otra manera», ajustando la planificación desde el diseño y construcción inicial para incorporar la huella de carbono desde el principio. Esta visión representa un cambio crucial en la planificación urbana y el desarrollo sostenible.
Cayetana Crespo, la experta de la OCU, apuntó a la «barrera» que representa la falta de información y formación sobre el tema para los ciudadanos. Al respecto, destacó la dificultad que muchos enfrentan para acceder a subvenciones y recursos disponibles, enfatizando la necesidad de apoyo en el proceso de toma de decisiones.
Desigualdades en la transición energética
La representante de Aesah, Isabel Ortiz, levantó la voz sobre una cuestión esencial: muchos hogares están quedando fuera del proceso de descarbonización debido a lo que ha descrito como una «electrificación forzada». Esto resalta el hecho de que muchas familias se enfrentan a un esfuerzo económico significativo, lo que dificulta su capacidad para adaptarse a nuevas tecnologías.
Ortiz sugirió que alternativas como combinar una caldera de condensación con energías renovables podrían ofrecer un camino más accesible y sostenible. Este tipo de soluciones permitiría a los consumidores seleccionar opciones que se alineen mejor con sus circunstancias económicas y necesidades particulares.
En una intervención adicional, Andra Vasiu de Aesah concretó que la organización busca avanzar hacia la neutralidad climática para el año 2050, enfatizando que la transición energética debe ser un derecho fundamental que prohíba dejar a nadie atrás y que ofrezca alternativas de acceso más amplias.
El papel de la vivienda en la descarbonización
Álvaro González, del Ayuntamiento de Madrid, destacó que solo queda un 2% de suelo disponible para construir en la ciudad, lo que acentúa el desafío de descarbonizar un parque de vivienda que es uno de los más antiguos de Europa. Su administración ya ha rehabilitado más de 100.000 viviendas como parte de su esfuerzo en este sentido.
La clausura del evento fue realizada por Anna Armengol, quien resaltó que «una mayor construcción va a implicar una mayor descarbonización». Al mismo tiempo, llamó la atención sobre la necesidad de mejorar la vida de aquellos ciudadanos que sufren de pobreza energética, y comunicó que se está trabajando en simplificar el acceso a los fondos europeos.
El planteamiento sobre la descarbonización de los hogares no solo se traduce en beneficios ambientales, sino que representa un pilar fundamental para la evaluación y restauración de la economía local, regional y nacional. Ante el panorama actual, el futuro de la vivienda y la energía en España estará indudablemente marcado por la capacidad de adaptar las políticas públicas y promover una transición energética inclusiva y sostenible.