Renfe comenzará en enero de 2024 a operar en Italia a través de Arenaways, una marca que pertenece en parte a la sociedad Longitude, de la cual Renfe ha adquirido un 33% de participación. El otro 33% de la compañía está en manos de la gestora española Serena Industrial Partners, mientras que el tercio restante corresponde a un consorcio de inversores italianos. Este modelo de propiedad refleja una tendencia en el sector ferroviario europeo, donde compañías de diferentes países buscan colaborar para mejorar sus redes de transporte y aumentar la competitividad.
Inversiones y tarifas en el nuevo servicio
Las operaciones iniciales de Renfe en Italia están valoradas en 54 millones de euros. Esto incluye la implementación de dos rutas específicas en la región del Piamonte. El primer servicio conectará Cunneo, Saluzzo y Savigliano, y está programado para iniciar en enero de 2024. El segundo servicio, que conectará Ceva y Ormea, comenzará su operación una vez que se completen las obras necesarias en la infraestructura.
La primera ruta comprenderá hasta 28 servicios diarios a partir de enero de 2025, lo que se traduce en un total de 5,840 trenes al año recorriendo aproximadamente 160,819 kilómetros anualmente. Por su parte, la segunda ruta contempla hasta 10 trenes diarios, sumando 2,320 trenes al año, con un recorrido anual estimado de 81,200 kilómetros por tren. Estos datos evidencian la ambición de Renfe de establecer un servicio robusto en el país, que incluya alta frecuencia y buena conexión entre localidades.
Impulso estratégico en el mercado europeo
La entrada de Renfe en el mercado italiano se produce tras su consolidación en otros países europeos, donde ya opera directa y exitosamente. La compañía es conocida por su activa participación en el sector de alta velocidad en Francia y en múltiples conexiones regionales en la República Checa a través de su participación en Leo Express. Este enfoque diversificado demuestra la intención de Renfe de expandir su influencia en el transporte ferroviario europeo, un sector en creciente liberalización.
Longitude, la empresa matriz de Arenaways, no tiene como objetivo limitarse a las rutas inicialmente previstas. La compañía planea extender sus operaciones a nuevas conexiones, tanto en el ámbito público como en el comercial. Hasta la fecha, ha recibido la autorización de la Autoridad Reguladora del Transporte para iniciar conexiones de larga distancia en las rutas Noroeste-Noreste y Norte-Centro-Sur. Esta expansión augura una competencia más amplia en un sector que históricamente ha estado dominado por empresas estatales.
Un nuevo panorama competitivo
El contexto de este desembarco ha sido descrito por Matteo Arena, director general de Longitude, quien ha señalado que «se nos ha definido como ‘el tercer operador nacional’, pero no vivimos la competencia en un sentido de oposición.» Arena resalta que la competencia será beneficiosa para los usuarios, fomentando un servicio mejorado y una oferta más amplia. La entrada de un operador como Renfe podría incentivar a otros actores a mejorar la calidad de sus servicios y reducir tarifas, beneficiando así a los consumidores.
El presidente de Renfe, Raül Blanco, también ha expresado su satisfacción con este acuerdo, subrayando que «esta operación hace valer su experiencia como operador experto para respaldar un proyecto ilusionante que aporte su grano de arena a una movilidad más sostenible y conectada en todo Europa». Este comentario no solo refleja la confianza en el potencial de crecimiento de Renfe, sino que también pone de relieve el compromiso de la empresa con los principios de sostenibilidad en el transporte.
Oportunidades en el mercado italiano
La participación de Serena Industrial Partners en este consorcio indica un interés en explorar las posibilidades de inversión en el sector ferroviario italiano. Joaquín Camacho, consejero delegado y socio fundador de Serena, ha declarado que este proyecto representa su entrada en un mercado que consideran «estratégico para el desarrollo de sus operaciones». Serena, con una cartera diversificada que incluye más de 11 activos valorados en aproximadamente 1,000 millones de euros, se ha centrado en sectores medioambientales, movilidad y digitalización social, lo que complementa la visión de Renfe.
La combinación de estas dos fuerzas – Renfe y Serena – sobre el terreno italiano sugiere un enfoque colaborativo para afrontar los desafíos de la movilidad futura. Desde la mejora de infraestructura hasta la adopción de tecnologías más limpias, las implicaciones de esta alianza podrían tener un impacto significativo en la manera en que se concibe el transporte público en Italia.
El ingreso de Renfe al mercado italiano y su asociación con Serena y Longitude representa un momento crucial que no solo refuerza la posición de esta empresa en Europa, sino que también podría remodelar el mercado ferroviario italiano. A medida que se avanza hacia una mayor liberalización y competencia, las expectativas en torno a la calidad del servicio y la sostenibilidad del transporte ferroviario ya no son especulativas, sino una realidad palpable que puede transformarse en un modelo a seguir dentro del contexto más amplio del transporte en Europa.