Un consorcio formado por la constructora gallega Copasa, la catalana Copisa, la alicantina CHM y la vasca Tunelan ha ganado una importante adjudicación en el sector de la construcción pública en España. Esta agrupación empresarial se ha impuesto a las ofertas de prominentes constructoras cotizadas con sede en Madrid para un contrato de 150 millones de euros destinado a la construcción del último tramo de alta velocidad que conectará con Granada. La decisión del administrador ferroviario Adif se basa en criterios técnicos y económicos que posicionaron al consorcio como una de las mejores opciones en competencia.
Evaluación técnica y económica del consorcio
El consorcio ha destacado principalmente en la evaluación técnica del concurso, obteniendo 45,98 puntos, lo cual representa una calificación superior a la de renombradas empresas constructores como Acciona, OHLA, San José, Sacyr, Dragados (ACS), FCC y Ferrovial. Además, se consideraron ofertas de empresas no cotizadas como Ortiz, Lantania, Aldesa, Comsa, Rover y Puentes y Calzadas. Esta calificación técnica es un reconocimiento a la calidad y viabilidad de su propuesta, lo que refuerza la confianza en su capacidad para ejecutar el proyecto.
En cuanto a la evaluación económica, el consorcio fue superado en términos de oferta económica solo por el conjunto Sacyr-Cavosa en una décima, de entre 11 pujas presentadas en total. Sin embargo, la media ponderada final otorgó al grupo compuesto por Copasa (30%), Copisa (30%), CHM (30%) y Tunelan (10%) la mejor puntuación total. Esta estrategia de colaboración entre empresas comparte riesgos y recursos, facilitando la competitividad frente a los grandes actores del sector.
Detalles del contrato y tiempo de ejecución
La propuesta de adjudicación realizada por el consejo de administración de Adif Alta Velocidad implica un importe total de 148,7 millones de euros, IVA incluido. La ejecución del proyecto se pactó para un plazo de 30 meses, lo que asegura un avance significativo en la infraestructura ferroviaria de la región andaluza. Este contrato no solo responde a una necesidad de mejora en la conectividad de Granada con el resto del país, sino que también representa una inversión estratégica en el desarrollo económico local.
Desde el año 2019, Granada cuenta con la llegada de trenes de alta velocidad. Sin embargo, la infraestructura actual presenta limitaciones, ya que, si bien existe una vía para cada sentido desde Antequera a Málaga, en el tramo de bifurcación desde Antequera a Granada solo se cuenta con una vía de tercer carril. Este tipo de vía ofrece la posibilidad de circulación a velocidad reducida, lo que contrasta con la necesidad de un acceso más eficiente y rápido.
El nuevo contrato contempla específicamente la continuación de la doble vía desde Antequera, centrándose en el tramo denominado Variante de Loja-A 92, con una extensión total de 6,3 kilómetros. Este recorrido variará entre el área de servicio de «Los Abades», en la margen sur de la autovía A-92, acabando en un punto estratégico entre las localidades de Loja y Salar.
Infraestructura y características técnicas del trazado
El trazado propuesto incluirá importantes infraestructuras, como el viaducto del Manzanil, que con 1,7 kilómetros será el más extenso del tramo, diseñado para soportar 33 vanos. Las pilas que sostendrán el viaducto tendrán una altura media aproximada de 35 metros, llegando incluso a alcanzar los 65 metros en sus puntos más altos. Este diseño no solo garantizará la estabilidad del viaducto, sino que también permitirá un flujo continuo y seguro del tráfico ferroviario.
Adicionalmente, se construirán dos túneles que atravesarán la Sierra Gorda: el túnel de los Abades, que tendrá 615 metros de longitud, de los cuales 380 metros se ejecutarán en mina, mientras que el resto será mediante túnel artificial, y el túnel de las Monjas, con 693 metros, donde 540 metros se realizarán igualmente en mina. Para completar la infraestructura del tramo, se añadirá el viaducto del Juncar, de 63 metros, y un paso superior de 51 metros.
Impacto en la economía regional
Las repercusiones de este contrato son múltiples y abarcan tanto el ámbito económico como social. La creación de empleos en la región durante el periodo de construcción generará un impulso significativo en la economía local, además de contribuir a la formación de mano de obra especializada en proyectos de infraestructura ferroviaria. Este tipo de proyectos generalmente tiene un efecto multiplicador en la economía, fomentando la actividad en sectores que van desde la construcción hasta el transporte y la logística.
La mejora en la infraestructura ferroviaria también beneficiará a la conectividad de Granada con las grandes ciudades, facilitando el transporte de mercancías y pasajeros. Esta evolución en el sistema de transporte puede abrir nuevas oportunidades comerciales, atrayendo inversiones y, potencialmente, contribuyendo al crecimiento económico sostenido en Andalucía.
El desarrollo de la alta velocidad en la región se prevé como un factor clave para mejorar la competitividad, no solo a nivel nacional, sino también en el contexto europeo. La interconexión eficiente del sistema de transporte puede ser esencial para optimizar la distribución de recursos, fomentar el turismo y, en última instancia, elevar el nivel de vida de la población local.
Este avance, además, simboliza un paso importante hacia la modernización de las infraestructuras en España, alineándose con las tendencias globales hacia un transporte más sostenible y eficiente. Sin duda, el consorcio seleccionado podrá desempeñar un rol fundamental en este proceso de transformación, dado el contexto de revitalización económica que la Península Ibérica experimenta en diversos sectores.