Navantia ha invertido aproximadamente 540 millones de euros desde 2019 con el propósito de modernizar y transformar sus procesos de producción. Esta inversión se traduce en un promedio de 100 millones de euros anuales, posicionando a sus astilleros entre los más avanzados a nivel global, tal como lo expresó el presidente de la compañía, Ricardo Domínguez. Este anuncio fue realizado en el contexto de la Feria Internacional de Defensa y Seguridad de España (Feindef) que se está llevando a cabo en Madrid.
Transformación de procesos de producción
Durante la conferencia titulada ‘Navantia, punta de lanza de la innovación’, Domínguez profundizó en las iniciativas de modernización que están siendo implementadas en los centros de producción de la compañía. Entre estas iniciativas se destacan la fábrica digital de bloques en Ferrol (A Coruña), el taller de unidades abiertas planas en San Fernando (Cádiz) y la línea de paneles planos en Puerto Real (Cádiz). Domínguez subrayó que estas acciones están enfocadas en preparar a la empresa para enfrentar los retos futuros del sector.
El compromiso con la innovación tecnológica ha sido definido por el directivo como «piedra angular» del desarrollo de Navantia. Para el año 2024, la empresa proyecta dedicar alrededor del 10% de sus ingresos a la inversión en I+D. Esta apuesta estratégica está no solo en función del crecimiento interno, sino también en relación con el mercado y las necesidades emergentes de defensa.
Colaboración con el Ministerio de Defensa
Ricardo Domínguez destacó que gran parte de esta inversión en I+D está alineada con programas destinados al Ministerio de Defensa. Entre los proyectos mencionados, se encuentran las fragatas más tecnológicas del mercado y los submarinos convencionales más avanzados, que integran sistemas que aseguran la superioridad de los buques en un entorno geopolítico cada vez más complicado. En este sentido, la innovación no solo busca mejorar la competitividad de la empresa, sino también responder a las crecientes demandas de defensa nacional y europea.
Un ejemplo concreto del enfoque de colaboración y desarrollo es el proyecto ‘Nereus’, el cual ha sido seleccionado en la última convocatoria del Fondo Europeo de Defensa. Este proyecto, valorado en aproximadamente 64 millones de euros, coordina a 24 empresas y organismos de 14 países, con un apoyo financiero de hasta 45 millones de euros. El objetivo principal de ‘Nereus’ es establecer las bases de un «sistema de sistemas» para futuros buques europeos, permitiendo la creación de una infraestructura común para operaciones integradas y multidominio.
Acuerdos de colaboración estratégica
En el marco de su participación en Feindef, Navantia ha firmado varios acuerdos de colaboración con importantes actores del sector defensa europeo. Entre ellos se encuentra la firma con la italiana Leonardo, que se centra en la comercialización conjunta de soluciones navales en defensa. Este acuerdo no solo busca fortalecer las capacidades de ambas compañías, sino también ofrecer soluciones más integrales y competitivas en el mercado.
Además, se han establecido alianzas significativas con Rheinmetall Air Defence, Rheinmetall Expal Munitions, y la española Sapa Placencia. Estas asociaciones están enfocadas en combinar fortalezas para desarrollar tecnologías avanzadas que mejoren la autonomía estratégica de Europa en el ámbito de la defensa. La colaboración se establece como un pilar fundamental para enfrentar las necesidades actuales y futuras del sector.
En consonancia con estas alianzas, Navantia ha ampliado su memorización de entendimiento (MOU) con S2Grupo. Este movimiento estratégico tiene como objetivo el desarrollo de soluciones tecnológicas avanzadas en ciberdefensa, adaptadas a las necesidades de seguridad contemporáneas de las Fuerzas Armadas, tanto a nivel nacional como en alianzas internacionales. La sinergia generada en estas colaboraciones es vital para asegurar que la industria europea de defensa esté bien equipada para afrontar los retos emergentes.
Por último, la compañía ha firmado un nuevo MOU con la germana Diehl, que se centra en la colaboración en el desarrollo e integración de sistemas navales de defensa aérea. Este acuerdo tiene implicaciones significativas no solo para la capacidad defensiva de España, sino también para la de sus socios europeos, consolidando así un espacio de cooperación estratégica en defensa.
En el actual contexto geopolítico, donde la Unión Europea está tomando decisiones cruciales respecto a la inversión en defensa, resulta imperativo que la industria esté lista para transformar esta inversión en capacidades operativas. La habilidad de Navantia para adaptarse y colaborar con otras empresas en el sector podría ser determinante para maximizar el impacto de estas inversiones en el fortalecimiento de las fuerzas armadas y la seguridad colectiva del continente. En este sentido, la evolución de Navantia podría representar no solo un caso de éxito empresarial, sino también un modelo a seguir en la integración de innovación tecnológica y colaboración internacional dentro del ámbito de la defensa.