El fondo Mason Capital, que posee un 2,5% de las acciones de clase ‘A’ de Grifols, una compañía destacada en el sector de hemoderivados que cotiza en el Ibex 35, ha elevado sus voces críticas a través de una carta dirigida al nuevo presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Carlos San Basilio. En este escrito, el fondo aborda la necesidad de una mejor divulgación de las transacciones con partes vinculadas que involucran a los actuales miembros del consejo de administración de Grifols, así como la identificación de posibles conflictos de interés.
Críticas a la falta de información en Grifols
Mason Capital ha manifestado su preocupación por una «grave falta de información» que, según ellos, atenta contra la transparencia de la gestión actual del consejo de administración de la firma. Esta crítica se encuentra fundamentada en la percepción de que la falta de claridad en cuestiones clave podría estar obstaculizando la adecuada evaluación por parte de los accionistas de la situación corporativa. En la misiva, el fondo especifica que la CNMV debería considerar también aspectos relacionados con la “ausencia del departamento jurídico habitual” o deficiencias en controles internos básicos, que son críticos para el funcionamiento de una empresa de tal envergadura.
Además, Mason Capital ha resaltado una preocupación relativa a una «presunta cláusula» en la reciente emisión de bonos programada para diciembre de 2024, la cual, según el fondo, podría beneficiar a Brookfield, otro jugador relevante en el escenario empresarial, a costa de los accionistas de Grifols. El hecho de que esta situación pueda estar afectando la percepción del mercado sobre Grifols es una señal de alarma para los accionistas preocupados por la gobernanza corporativa.
Papel de Brookfield y su relación con Grifols
La relación con Brookfield Asset Management ha sido objeto de atención previa, puesto que este fondo canadiense consideró la posibilidad de una oferta sobre Grifols que finalmente no se concretó. A pesar de que las conversaciones fueron zanjadas en noviembre pasado, el eco de estos movimientos en el mercado no puede desestimarse. La interacción entre estos dos fondos de inversión resalta las complejidades del mercado de valores y la importancia de contar con una estructura de gobierno que inspire confianza a los inversores.
Mason Capital sostiene que ciertos conflictos de interés de miembros del consejo han llevado a que potenciales inversores a largo plazo se abstengan de adquirir acciones de Grifols. Este hecho, a su vez, sugiere que la actual gobernanza corporativa puede estar actuando como un freno para la valoración bursátil de la compañía. Así, la falta de un consejo verdaderamente independiente podría estar limitando el crecimiento y la valorización necesaria para el desarrollo sostenible del conglomerado.
Reformas en el consejo de administración
En un esfuerzo por adaptar su gobernanza a los desafíos actuales, el consejo de administración de Grifols tomó una decisión unánime el pasado mes de diciembre: nombrar a Pascal Ravery y Paul Herendeen como nuevos miembros de la dirección mediante un procedimiento de cooptación, lo que permitió cubrir dos vacantes existentes. Este acto se interpretó como un intento de revitalizar la imagen de la empresa, aunque muchos en el mercado ven con escepticismo estos movimientos, dada la crítica a la gestión sobre la que se ha puesto el foco.
De hecho, Mason Capital había exigido previamente la incorporación de Paul Herendeen al consejo de administración como consejero independiente, una solicitud respaldada por un grupo de accionistas minoritarios que también incluye a otras entidades como Flat Footed y Sachem Head Capital Management. Esta presión por parte de los accionistas refleja un cambio de mentalidad que aboga por una mayor inclusión y representación de intereses diversos dentro de la estructura directiva.
Implicaciones para los accionistas y el mercado
La discusión que Mason Capital ha promovido no solo pone en tela de juicio la gestión del consejo actual de Grifols, sino que también resalta la interconexión entre la transparencia en la información corporativa y el desempeño en el mercado de valores. La capacidad de una compañía para atraer y retener inversores depende en gran medida de su voluntad de abordar y mitigar los conflictos de interés existentes. Dicha atención a la gobernanza podría, en última instancia, traducirse en una valoración más alta de las acciones, lo que beneficiaría a todos los accionistas.
La situación actual sugiere que si Grifols quiere tomar un camino hacia una recuperación y crecimiento sostenido, deberá abordar las inquietudes planteadas por Mason Capital y adoptar una postura proactiva en cuanto a su gobernanza. Esto no solo sería beneficioso para los accionistas existentes, sino que también podría resultar en un atractivo renovado para los inversores potenciales que, por el momento, permanecen al margen por las preocupaciones sobre la independencia y la efectividad del consejo de administración.
A medida que el mercado sigue evaluando estos componentes de la gobernanza corporativa, la presión sobre Grifols para implementar reformas significativas podría convertirse en una cuestión esencial en el camino hacia el fortalecimiento de su posición en la industria y la maximización del valor para sus accionistas en el panorama económico actual.