La patronal aelec, que representa a importantes actores del sector energético como Iberdrola, Endesa y EDP España, ha presentado un informe exhaustivo sobre el apagón del 28 de abril, donde señala a la «mala gestión» de Red Eléctrica de España (REE) como el principal responsable del incidente. Según el informe, un fallo grave en el control de tensión, derivado de una inadecuada programación de recursos de generación eléctrica, causó el apagón que afectó a la península.
Principales causas del apagón
El análisis, elaborado por las consultoras Inesctec y Compass Lexecon, se basa en datos que representan cerca del 45% de la capacidad de generación instalada y el 78% de las redes de distribución. El informe destaca que la falta de una adecuada planificación de generación convencional —incluyendo energías nucleares, ciclos de gas, carbón y grandes hidroeléctricas— fue una de las causas clave del blackout.
Una de las observaciones más preocupantes es la afirmación de que Red Eléctrica es responsable de controlar la tensión en la red de transporte y que dispone de herramientas para llevar a cabo dicha tarea. Sin embargo, los movimientos realizados para gestionar las tensiones en el sistema debilitaron su integridad, exacerbando una situación de sobretensión que ya existía antes del apagón.
Incumplimiento en la programación de plantas
En términos de programación, el informe revela que, a pesar de que las condiciones en la red presentaron características parecidas a las de días previos con fluctuaciones de tensión, REE no sustituyó un ciclo combinado que fue declarado indisponible la tarde anterior al apagón debido a un incendio. Esta decisión contribuyó a una baja en la generación convencional, situándose en apenas el 3% en Andalucía y el 12% en Extremadura el día del incidente.
A pesar de que el número de grupos térmicos operativos ese día fue el más bajo del año, con tan solo nueve unidades disponibles concentradas en el norte, el informe culmina señalando que la programación careció de flexibilidad y previsión. En este contexto, las eléctricas argumentan que cumplieron con la normativa establecida y que REE falló en su gestión tanto antes como durante el evento.
Interconexión con Francia y cambios operativos
Otro aspecto controvertido que el informe aborda es la maniobra de Red Eléctrica para cambiar el modo operativo de la interconexión con Francia. Al pasar de un modo de corriente alterna, que permite apoyo al sistema español en situaciones de desequilibrio, a uno de corriente continua con una fijación de exportación a 1.000 megavatios, esta acción fue posteriormente catalogada como desacertada. No obstante, el informe señala que carece de datos suficientes para determinar con certeza cómo esta maniobra impactó en el apagón.
Este cuestionamiento sobre la gestión operativa fue respaldado por la directora de Regulación de aelec, Marta Castro, quien consideró que el apagón del 28 de abril podría haberse evitado si se hubieran activado adecuadamente los recursos necesarios. “Así lo ha demostrado la generación de los días posteriores al apagón», añadió Castro.
Fluctuaciones de tensión previas al incidente
No es trivial señalar que, días antes del apagón, el 16, 22 y 24 de abril, también ocurrieron episodios de sobretensión que evidencian un control deficiente de la tensión en la red de transporte. El informe revela que, a partir de las 10:00 horas el día del incidente, existió una disminución notable en el número de ciclos combinados acoplados, provocando fuertes fluctuaciones en los niveles de tensión que sobrepasaron los límites de operación normales. Estas fluctuaciones fueron vigiladas y reconocidas por REE, lo que genera más cuestionamientos sobre su gestión.
Desconexiones y control sistémico
Las desconexiones iniciales de aproximadamente 2.000 megavatios de generación renovable en un lapso de 20 segundos fueron interpretadas por las grandes eléctricas como un «problema sistémico de control de tensión». Aunque las consultoras no han podido verificar de manera concluyente que la desconexión de las plantas de generación fue manejada correctamente, los datos aportados por los asociados de aelec sugieren que esta fue una medida necesaria ante la crisis de tensión.
En días posteriores al apagón, se observó que la operación de generación convencional, especialmente de ciclos combinados, ha permitido reducir las fluctuaciones de tensión entre un 37% y un 52%. Esta situación ha llevado a las eléctricas a revaluar sus estrategias operativas con el fin de garantizar una mayor estabilidad en el sistema eléctrico.
A modo de reflexión, el incidente del 28 de abril pone en evidencia no solo las vulnerabilidades del sistema eléctrico español, sino también la imperante necesidad de una gestión más efectiva y coordinada por parte de los operadores de la red. La falta de planificación y la insuficiencia en el control de tensión resaltan la urgencia de reestructurar el marco operativo y regulatorio del sector energético. A medida que avanzamos hacia un futuro caracterizado por una creciente demanda de energía y una mayor dependencia de fuentes renovables, la solidez y confiabilidad del sistema eléctrico se convierten en imperativos críticos para asegurar no solo la estabilidad del suministro energético, sino también el desarrollo sostenible de la economía en su conjunto.