Duro Felguera ha alcanzado un acuerdo con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) que contempla una profunda reestructuración financiera de su deuda. Este pacto incluye la rebaja de tipos y la extensión de los plazos, lo que ha generado optimismo entre los empleados, al menos eso señala el presidente del comité de empresa, Ángel Martínez. La entrada de más capital por parte de Mota-Engil México, socio mayoritario, se prevé una vez que se formalice el acuerdo, lo que también refuerza la confianza en el futuro de la compañía.
Detalles del acuerdo con la SEPI
El acuerdo suscrito con la SEPI trae consigo varios elementos cruciales. En primer lugar, la reestructuración financiera buscará aliviar la carga de la deuda que ha venido afectando a Duro Felguera en los últimos años. La rebaja de tipos se traduce en un menor costo de financiación, mientras que el alargamiento de plazos permitirá a la empresa ganar tiempo para recuperar su viabilidad económica. Según Martínez, estas medidas aportan «tranquilidad» al personal y demuestran que se confía en la capacidad de la empresa para salir adelante.
No obstante, persisten interrogantes en torno al futuro del empleo dentro de la compañía. Martínez ha expresado que no se tiene información sobre posibles despidos, que podrían alcanzar hasta 200 personas, lo que representaría una reducción del 40 al 45% en las oficinas. Este escenario ha despertado preocupación entre los trabajadores, quienes ven la posibilidad de recortes como una «salvajada».
Contexto de la solicitud de preconcurso
En medio de estas negociaciones, Duro Felguera ha solicitado una extensión extraordinaria del preconcurso de acreedores, al que se acogió a finales de diciembre del año anterior. Este paso permite que el plazo, que vencía el 12 de junio, se amplíe hasta el 31 de julio. La empresa ha presentado esta solicitud ante el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Gijón, buscando con ello ganar tiempo para establecer un plan de reestructuración viable.
Dentro del contexto actual, la compañía, junto a sus filiales —Duro Felguera Energy Storage, Duro Felguera Green Tech, Duro Felguera Calderería Pesada, DF Mompresa, DF Operaciones y Montajes, Duro Felguera Oil & Gas, Duro Felguera Intelligent Systems y DFOM Biomasa Huelva— ha acordado presentar la demanda de extensión teniendo como base el artículo 607 del Real Decreto Legislativo 1/2020, que regula la ley concursal. Este movimiento busca la conformidad necesaria de los acreedores potencialmente afectados por la reestructuración.
Seis meses de negociación intensa
Desde que se solicitó el preconcurso, el consejo de administración de Duro Felguera ha estado inmerso en intensas negociaciones que buscan asegurar la viabilidad futura de la empresa. Estas deliberaciones han sido acompañadas de numerosos encuentros, donde se ha discutido la necesidad de que la SEPI capitalice la deuda de la empresa como una de las soluciones viables.
En este sentido, el Gobierno español, a través del ‘holding’ público, podría convertir en acciones los 120 millones de euros que la SEPI prestó a Duro Felguera durante la pandemia. Esta acción podría fortalecer el capital propio de la firma, aunque también conllevaría implicaciones significativas en la estructura accionarial y en la gobernanza de la empresa. Los socios de control, que incluyen a las mexicanas Prodi y Mota-Engil México, han sido parte activa en estas discusiones, considerando incluso la posibilidad de un concurso de acreedores.
Impacto financiero y futuro incierto
Los últimos resultados financieros de Duro Felguera han sido alarmantes. En 2024, la firma reportó pérdidas netas de 98,3 millones de euros, lo que representa un incremento del 36% en comparación con los 72,2 millones de euros de déficit registrados el año anterior. Esta tendencia alcista en las pérdidas subraya la urgencia de poner en marcha medidas efectivas de reestructuración y consolidación financiera.
Además, el futuro de la planta de calderería pesada en Gijón, conocida como ‘El Tallerón’, se ha visto envuelto en la incertidumbre debido a la oferta de compra por parte de Indra. Martínez ha subrayado la importancia de apresurarse a esclarecer las especulaciones sobre posibles recortes de empleo, lo que podría sopesar aún más la fragilidad de la situación laboral dentro de la empresa.
Con todos estos elementos en juego, el panorama de Duro Felguera queda delineado por una necesidad urgente de revisar su modelo de negocio y establecer una estrategia que asegure su viabilidad a largo plazo. La reestructuración está en marcha, pero la implementación exitosa de medidas correctivas depende de la capacidad de los directivos para equilibrar la sostenibilidad financiera con la conservación de músculo laboral. La industria y los empleados permanecen atentos a los desarrollos que marquen el futuro de una de las empresas emblemáticas del sector energético en España.