Una de las épocas más bonitas para Andalucía, como en la mayoría de regiones de España, es la que está a caballo entre la primavera y el verano
Es una época donde los pájaros están canturreando entre los nidos al mismo tiempo que cuidan de las nuevas generaciones, y donde las amapolas tardías están renaciendo un año más entre la poca mata que queda en muchos pueblos que convergen entre lo rural y lo urbano.
Cuando da el pistoletazo de salida los primeros rayos de sol en el silencio de la madrugada, ya se puede sentir la brisa fresca de las mañanas aun no recalentadas por el calor de las 12 de la mañana.
Hablar de calor, de clima, de las altas temperaturas, de lo difícil que se hace trabajar bajo los rayos de sol de los casi 40 grados que pueden llegar a oscilar entre los 30 a los 45 grados en la parte sur de España, es hablar del impacto que estamos causando en nuestro medio ambiente y en la tierra.
Cuando se habla de los impactos que producimos en nuestro ecosistema, siempre intentamos evitar nuestra responsabilidad de una forma u otra, aludiendo a las grandes economías, a las empresas y a la política como los máximos responsables del desastre que estamos provocando a nuestra amada tierra. Sin embargo tenemos que ser conscientes de que no solo son los demás los que provocan impactos negativos, somos todos y cada uno/a de nosotros/as quienes estamos con nuestras acciones en el día a día de nuestra vida los/as que producimos estos efectos, siendo por ello necesario que actuemos desde lo individual y los colectivo, para paliar y retroceder, fomentando el cuidado de nuestro hábitat.
La Agenda 2030 de las Naciones Unidas y por la que se aprobaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible, nos habla de una hoja de ruta, de un plan, de una agenda que tiene una serie de herramientas que nos pueden servir de guia para que podamos hacer esos cambios y que estos produzcan grandes alteraciones en la actual situación . Los 17 objetivos y 169 metas son la plataforma mundial para que nuestras acciones individuales y sociales se conviertan en una responsabilidad bio-socio-cultural que va desde lo personal a lo social y que nos sirva de hoja de ruta para hacer las cosas de forma diferente sin tener que salir de la habitualidad de la vida cotidiana.
El mundo ya no es ese espacio desconocido del cual he oído hablar, gracias a las nuevas tecnologías, cada día tenemos más cerca lo que acontece en otro lugares del mundo, no solo eso, sino que el avance es tan vertiginoso, que cada vez tenemos más cerca, lo que sucede en nuestra ciudad, barrio y alrededor de nosotros, gracias a los nuevos descubrimiento y programas que se están creando para estar cerca unos/as de otros/as. La creación de App´s que te acercan a tu teléfono todas las informaciones sobre tu barrio, sobre el anciano/a que esta solo/a en casa , como muchas otras informaciones y tareas que podemos hacer y realizar a través del teléfono y que nos ayudan a obtener ese nuevo enfoque en el que el centro de las acciones y de dar respuesta a esta situación que temeos de destrucción de los medios naturales, hace que tu perspectiva sobre el mundo y sobre todo lo que en el sucede, hace que te sientas más involucrado y responsable consciente.
Y por ello, que se hace necesario que todos/todas conozcan la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible y cuáles son las acciones que pueden desarrollar de forma individual y en el grupo familiar para paliar e intentar revertir el daño que estamos causando a nuestro planeta y su ecosistema.
Como decíamos al principio estamos en una de las épocas del año más bonitas, ya que salimos más, disfrutamos del aire libre con más libertad, ya que hace mejor tiempo, estamos de mejor humor porque los canticos que nos regalan la naturaleza, nos hacen sentir la vida y que nuestro planeta aún está vivo y tiene mucha vida sobre él. Es precisamente en este momento en el cual podemos producir un mayor impacto positivo el nuestro medio de forma individual, no quiere decir esto que el resto del año no sea importante, claro que lo es, pero en este tiempo son más las personas que salen a disfrutar de todo lo que hemos mencionado y mucho más, y tenemos que aprovechar estos momentos para concienciar e intentar revertir el impacto del día a día en nuestro medio, con acciones, como pueden ser no tirar las botellas, las latas, las bolsas de patatas y otros al suelo y si en los lugares preparados para este fin, y si no lo hubiera y crees que son necesarios, otra acción posible es luchar para que se instalen.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles y sus metas, son para todos y todas, para que podamos trabajar juntos/as en la paliación de deterioro de nuestro planeta, sin dejar a nadie atrás. Son pequeñas acciones las que pueden convertirse en grandes ejemplos.
Es cierto que vivimos en un mundo muy individualista, que hemos heredado, culturas y sociedades llenas de paradigmas sin sentido que nos limitan, que cada día nos hacen más individualista, pero esa no es la esencia del ser humano, el ser humano, es social, es parte de una red en la que se comparte conocimiento, ideas, formas de pensar, evolución propia y compartida, es por ello que cada uno/a de nosotros/as puede ser el promotor de un gran cambio. La supervivencia de nuestra especie y del hábitat que nos rodea, es parte de un plan estratégico, del cual somos parte indivisible y como tal, tenemos la responsabilidad de hacer que los cambios sucedan y den paso a nuevas estrategias, en las que las personas, el planeta, la paz y la prosperidad sean el punto de encuentro de todos/as, rehaciendo las alianzas ya existente, creando las que sean necesarias y reinventando o recuperando todo aquello que nos une y dejando a tras lo que nos separa, ya que como seres humanos, no somos nada sin el otro, cada uno en su espacio, pero en una retroalimentación continua que nos une.
Mercedes Consolación Belloso Capitas
Coaching Territorial y Especialista en Desarrollo Sostenible