Filmin, anuncia para después de verano, el estreno de un largometraje y una miniserie de tres episodios “El falsificador” con Oswaldo Aulestia como protagonista

Biografía del artista, presidiendo la exposición de la sala Serrahima el 28 de mayo en Barcelona

Siguiendo su línea de pasión por los retos, Kike Maíllo vuelve a acariciar el éxito, esta vez con las andanzas del mayor falsificador de arte de la historia.

Redacción: Yolanda López

En 2012 el director Enrique Maíllo, alzaba entre sus manos la estatuilla de los premios Goya, por la película “Eva”. Se había arriesgado con un género difícil y menos conocido en este país, la ciencia ficción.

Ahora con guion de Marta L. Castillo, productora y guionista de “Orígenes secretos” (2020) Un film protagonizado por Antonio Resines, Ernesto Alterio y Javier Rey, entre otros. Una atrevida mezcla entre el género Thriller y Superhéroes, consiguiendo enganchar al espectador en una trama casi adictiva, salpicada por toques de humor.   

En este proyecto, la guionista hace un recorrido por la vida de Aulestia, desde sus inicios con su padre, en un país todavía oprimido por la dictadura, hasta su marcha a Milán, donde empieza a tomar forma “El falsificador”.

Mariano Fortuny y María Callas

La operación artista llevada a la pantalla.

Años 70, los inicios de un joven lleno de sueños, estos, se mezclaban en paletas de mil colores, mientras, el hierro forjado tomaba vida en manos de su padre, Salvador Aulestia (Barcelona 1919 - Milán 1994).

Salvador, era un artista expresionista, un movimiento que había arrancado a principios del siglo pasado, rompiendo esquemas y formas, apostando todo por la policromía más atrevida, donde los fríos retan a los cálidos en un duelo de trazos.

Padre e hijo se marchan a Italia, firmando un contrato millonario. Comienzan una aventura en el país que vio nacer a Caravaggio o Arcimboldo, pintores que al igual que los Aulestia, arriesgaron con en el contraste y el juego de las formas imposibles.

Allí Oswald aprende el valor de los contactos y como la influencia de artistas como Joan Miró, Dalí o el mismísimo Picasso, terminan por dibujar el destino de aquel aprendiz de pintor, que, entre caballetes y bastidores, se da cuenta que el “arte” no solo es una forma de expresar sentimientos y emociones, y que nada tiene que ver con los pinceles, ni esculturas.

Nace un falsificador y con ello una vida caracterizada por el hedonismo. Donde el placer del poder se derramaba en copas de Bohemia, con destellos Rosé. Las noches se diluían con el día, al igual que los rostros sin nombres que se despedían con notas de carmín.

Las falsificaciones de Aulestia, comienzan a cruzar fronteras en gran parte de Europa y Estados Unidos, hecho que hizo que el FBI se pusiera tras la pista del artista. No lo tuvieron fácil, durante años mantuvo en jaque a las fuerzas de seguridad de medio mundo, se había convertido en el hombre sin rostro, su pericia con los pinceles solo la igualaba su pulcritud con los detalles en las transacciones. 

En 2018 concluye su periplo como el mayor falsificador de la historia, cuando cae con su equipo formado por Elio Bonfiglioli y Patrizia SolianiJames Kennedy (falsificaba firmas) y el marchante de Chicago Michael Zebrin, encargado de falsificar los documentos de autenticidad y de vender posteriormente las reproducciones, así como otros dos galeristas estadounidenses. Más de 3.000 obras atribuidas a Marc Chagall y Alexander Calder, cerraron el amplísimo sumario.
 

Renace Oswaldo Aulestia

Después de su paso por prisión, el artista hace una reflexión sobre su pasado como falsificador, decide seguir creando, pero con su firma, desarrollando su peculiar estilo, distintivo de originalidad. Tanto es así que la sala de exposiciones Serrahima (Barcelona) quiso exponer la colección de Aulestia, en un encuentro con el colorido y un espectacular juego de líneas que devuelven sensaciones, así como alguna de sus reproducciones y guiños a Modigliani, lucían tímidas en la sala, bajo la tenue luz del recuerdo.

Interior de la sala de exposiciones Serrahima

El evento no pasó desapercibido a los estudiantes de arte de la EASD que hicieron presencia en el acto y departieron con el artista sobre la atemporalidad de sus obras, así como las técnicas que utiliza.

Estudiantes de la EASD, junto con el artista

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