Carriles temporales por lo que discurrirá el tráfico de la A-7 mientras se repara el puente que colapsó por las riadas – MITMA
Movilización de recursos para la recuperación de infraestructuras
El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha realizado una movilización significativa de recursos ante los daños causados en la provincia de Valencia por las lluvias y riadas del pasado 29 de octubre. En total, 930 trabajadores y 319 máquinas están operando actualmente en la recuperación y reconstrucción de las infraestructuras afectadas.
Óscar Puente, al frente del ministerio, ha señalado que se están implementando turnos de 24 horas para acelerar los trabajos, con el objetivo de restaurar la movilidad en las carreteras y líneas ferroviarias «lo antes posible». Este esfuerzo se enmarca dentro de un plan de emergencia que ha habilitado 25 millones de euros para financiar las obras necesarias.
Estado de las infraestructuras viarias y ferroviarias
Las acciones iniciales han permitido habilitar todos los carriles de las autovías V-31, V-30, A-3 y A-7 (únicamente al norte de la A-3), logrando despejar más de 118 kilómetros de carreteras, que incluyen tramos de aceleración, colectores y vías de servicio. Sin embargo, todavía quedan 42 kilómetros de carreteras cerradas, que pertenecen a las vías N-330, N-322, N-3 y A-7 (al sur de la A-3). Aquí se están llevando a cabo obras de reconstrucción urgentes.
Asimismo, se han recuperado 74 kilómetros de vía ferroviaria de las líneas C6 y C5 de trenes de cercanías, con un servicio ya restablecido. Se han completado acciones para despejar completamente 40,5 kilómetros de las vías C1, C2 y C3. Las reparaciones avanzan también en la línea de alta velocidad en el entorno del túnel de Chiva, además de los trabajos de limpieza del túnel de Torrent, que sufrió inundaciones profundas.
Estrategias para garantizar la movilidad de los viajeros
En respuesta a la situación, Renfe, una entidad dependiente del Ministerio de Transportes, ha implementado estrategias temporales para garantizar la movilidad de los viajeros afectados. Esto incluye la contratación de 30 autobuses y más de 150 taxis para facilitar el traslado de los pasajeros a sus destinos finales o a sus hogares.
Además, se han ofrecido 150 habitaciones de hotel durante las noches del martes y miércoles de la semana pasada para acomodar a aquellos que se vieron varados. También ha sido fundamental la distribución de más de 1.000 bolsas de avituallamiento en los trenes que quedaron detenidos debido a las inclemencias del tiempo.
Aporte financiero para las obras de emergencia
La asignación de 25 millones de euros para las obras de emergencia no solo busca restablecer el tráfico vehicular y ferroviario, sino también mitigar los impactos económicos generados por las interrupciones en estas infraestructuras cruciales. Este apoyo financiero se utiliza para cubrir la contratación de mano de obra, la adquisición de materiales y la operación de maquinaria necesaria para las reparaciones.
Este despliegue de recursos es crucial en un momento en el que la conectividad y la movilidad son esenciales para el desarrollo económico de la region. La rápida recuperación de las infraestructuras permitirá la reactivación del comercio y los negocios locales que dependen de estas vías para su funcionamiento diario.
Operaciones en curso y proyecciones futuras
El movimiento de 2.000 vehículos retirados de las infraestructuras del estado es un claro indicador del impacto que recientes fenómenos climáticos han causado. Dentro de este total, se han retirado 1.600 vehículos de las carreteras y 400 de las vías de Cercanías, lo que refleja la magnitud de los esfuerzos de limpieza y recuperación.
El Ministerio ha compartido que la Dirección General de Carreteras y Adif están trabajando continuamente en la evaluación de las condiciones de todas las infraestructuras afectadas, y se realizarán inspecciones posteriores para asegurar que no haya daños estructurales a largo plazo.
A medida que avanzan las obras y se restaura la movilidad, es vital que tanto las autoridades como la población se mantengan informados sobre el progreso y las recomendaciones que se puedan surgir. Además, prepararse adecuadamente para futuras eventualidades podría ayudar a mitigar el impacto de eventos similares en el futuro.
Mantener una comunicación constante con la comunidad y reforzar la infraestructura existente aprovechará las lecciones aprendidas para implementar mejores prácticas en la gestión del riesgo, preparando así a la población y a las instituciones para responder mejor a situaciones similares en el futuro.