La Red de Fundaciones Universidad-Empresa (Redfue) ha dado un paso importante en la búsqueda de mejorar la empleabilidad de los jóvenes en España al presentar el ‘Libro Blanco de las Prácticas’ de calidad. Coordinado por la Fundación Universidad-Empresa (FUE), este documento está dirigido a un amplio espectro de interesados, incluidos empresas, administraciones públicas, entidades de acogida, gestores, tutores y, por supuesto, a los estudiantes. Se trata de un esfuerzo conjunto que aboga por un cambio sustancial en el enfoque de las prácticas no laborales en el ámbito empresarial.
Objetivos del Libro Blanco
Este Libro Blanco se establece como un referente en medio del debate social generado por el anteproyecto de Ley del Estatuto de las personas en formación práctica no laboral en el ámbito de la empresa, conocido como el ‘Estatuto del Becario’, que está promovido por el Ministerio de Trabajo. El objetivo principal es crear un marco más justo y eficiente para los jóvenes que realizan prácticas, asegurando que estas experiencias sean verdaderamente formativas y valiosas.
Entre las propuestas que se incluyen en el documento, se destacan las siguientes:
- Integración de las prácticas en el currículo académico.
- Certificación de tutores para garantizar una supervisión de calidad.
- Mejora de la regulación referente a las prácticas laborales.
- Crecimiento de ecosistemas digitales que faciliten la conexión entre estudiantes, empresas e instituciones educativas, tanto universitarias como de formación profesional (FP).
Consenso entre actores clave
El ‘Libro Blanco’ ha sido elaborado a partir de un consenso entre varias organizaciones, incluyendo la CEOE, la Cámara de España, la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), la Conferencia de Consejos Sociales de Universidades Españolas (CCS), el Consejo de Estudiantes Universitarios del Estado (CEUNE) y la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE). Esta amplia colaboración muestra un compromiso colectivo para abordar un tema que afecta a una parte significativa de la juventud española en el ámbito formativo y empresarial.
El secretario general de Universidades, Francisco García Pascual, al clausurar la presentación del libro, destacó que el sistema de prácticas en España ha sido “una historia de éxito” y subrayó la existencia de una base legal consolidada que respalda su carácter formativo. Esta afirmación resalta el reconocimiento oficial del valor que tienen estas experiencias prácticas en la formación de los futuros profesionales.
Implicaciones para la formación dual
Otro de los puntos importantes tratados en el evento fue la importancia de las relaciones entre universidades y empresas. Ana Ramírez, viceconsejera de Universidades, Investigación y Ciencia en la Comunidad de Madrid, enfatizó la necesidad de proteger estos lazos. El desarrollo de una formación dual universitaria no solo mejora la preparación de los estudiantes, sino que también beneficia a las empresas al formar profesionales con competencias ajustadas a sus necesidades.
Este tipo de formación dual permite que los estudiantes se incorporen al mercado laboral con una experiencia real y práctica, haciendo que su transición al empleo sea más eficiente. A medida que el sector empresarial se enfrenta a un entorno dinámico y cambiante, la capacidad de los jóvenes para adaptarse y aplicarse en situaciones del mundo real es crítica. La creación de oportunidades de prácticas de calidad contribuye en gran medida a este objetivo.
Perspectivas de futuro
Con la presentación del ‘Libro Blanco de las Prácticas’, se abre un nuevo capítulo en la regulatoria de las prácticas no laborales. Sin embargo, las expectativas están puestas en cómo será la implementación de estas propuestas en la práctica diaria. La transformación de la legislación en este ámbito podría derivar en un aumento significativo en la calidad de la formación que reciben los estudiantes.
La implementación efectiva de los puntos discutidos requerirá un compromiso continuo por parte de todos los actores involucrados. Se necesitará la colaboración no solo de las instituciones educativas y las empresas, sino también de las administraciones públicas para asegurar que los cambios propuestos se conviertan en una realidad tangible.
Sin duda, es esencial que los estudiantes, como principales beneficiarios de este esfuerzo, se mantengan informados y activos en la reivindicación de sus derechos y oportunidades. Incluir su voz en el debate sobre el futuro de las prácticas puede ser crucial para asegurar que se desarrollen caminos formativos que respondan a sus necesidades y aspiraciones. De esta manera, se pueden seguir generando espacios de colaboración que fortalezcan la conexión entre el ámbito académico y el empresarial, beneficiando a toda la sociedad en su conjunto.