A nivel global, las empresas identifican los ciberataques como su principal preocupación para este año, con un 38%. Sin embargo, las empresas españolas tienen preocupaciones diversas que abarcan desde catástrofes naturales hasta interrupciones en el negocio.
Preocupaciones en el horizonte para las empresas españolas
Las mayores preocupaciones para las empresas en España, de cara a 2025, son los posibles incendios o explosiones, así como catástrofes naturales, que han visto un incremento del 48% respecto a 2024, según el barómetro anual de riesgos de Allianz. Este notable aumento coloca a estos riesgos en el primer lugar de la lista.
Por otro lado, la interrupción del negocio, que incluye problemas en la cadena de suministro, ocupa el tercer lugar en importancia, con un 36%. Esto indica que muchos negocios están cada vez más alerta sobre los efectos que pueden tener las disrupciones en su funcionamiento diario.
En cuarta posición se encuentran los ciberincidentes, que afectan a un 31% de las empresas españolas. El hecho de que los ataques cibernéticos estén en el enfoque de atención resalta la creciente amenaza que representan en el entorno empresarial moderno.
Un enfoque amplio en los riesgos emergentes
Los cambios en la legislación y reglamentación en España se sitúan en la quinta posición, abarcando aspectos como el proteccionismo, requisitos relacionados con la sostenibilidad, y nuevas regulaciones. Estos cambios generan incertidumbre en la planificación a largo plazo de muchas empresas.
La evolución macroeconómica se mantiene en la séptima posición, con un 12%. Esto se traduce en la preocupación de las empresas por cómo se desarrollará la economía en los próximos años y cómo esto influirá en su propio desempeño.
Por otro lado, los riesgos relacionados con la crisis energética, así como los aspectos de robo, fraude y corrupción, completan la clasificación, lo que sugiere que hay múltiples frentes que las empresas deben gestionar en su crecimiento y operación.
Panorama global: ciberataques y riesgos interconectados
A nivel internacional, los incidentes cibernéticos, como violaciones de datos y ataques de ransomware, se han convertido en la mayor preocupación para las empresas en 2025, manteniéndose en el primer puesto por cuarto año consecutivo, con un 38%. Esta estadística destaca la vulnerabilidad del entorno digital actual.
La interrupción del negocio también es una preocupación significativa a nivel global, ocupando el segundo lugar con un 31%. Empresas de todos los tamaños están tomando conciencia de que la continuitud operativa es esencial para su éxito.
En cuanto a catástrofes naturales, este riesgo se mantiene en el tercer puesto, con un 29%. Recientes eventos climáticos extremos han llevado a una reevaluación de las estrategias de gestión de riesgos que las empresas implementan.
El cambio climático: una preocupación creciente
En la clasificación de los riesgos, el cambio climático ha ascendido del séptimo al quinto puesto, alcanzando su posición más alta en los catorce años de estudio de Allianz sobre este tema. Este cambio en el enfoque indica una mayor conciencia sobre la necesidad de adoptar medidas sostenibles y resilientes.
La directora global de suscripción de Allianz Commercial, Vanessa Maxwell, ha subrayado que el año 2024 ha sido «extraordinario» en términos de gestión de riesgos. Los resultados del barómetro anual reflejan la incertidumbre que muchas empresas enfrentan globalmente.
Maxwell también ha destacado la interconectividad de los riesgos: el cambio climático, la tecnología emergente, la regulación y los riesgos geopolíticos están cada vez más entrelazados, resultando en una compleja red de causas y efectos que las empresas deben reconocer y abordar.
Rumbo hacia la gestión integral de riesgos
Ante esta realidad, es fundamental que las empresas adopten un enfoque holístico en la gestión de riesgos. La gestión activa y la mejora constante de la capacidad de resistencia son cruciales para enfrentar estos riesgos en rápida evolución. Las empresas deben estar preparadas para ajustarse a un entorno cambiante, donde la incertidumbre es la única constante.
Desde la implementación de políticas de seguridad robustas hasta la preparación ante desastres naturales, cada paso cuenta. Las empresas no solo deben reaccionar ante los eventos adversos, sino también anticiparlos y planificar estrategias que les permitan navegar en aguas inciertas.
En este contexto, es esencial que las empresas evalúen sus riesgos y tomen decisiones informadas que aseguren su sostenibilidad a largo plazo. La adaptación proactiva se converterá en la clave para sobresalir en un panorama cada vez más desafiante. La gestión de riesgos debe ser vista como una inversión en su futuro, no solo como una obligación. La colaboración con expertos en riesgo y el desarrollo de planes de contingencia efectivos son pasos que pueden marcar la diferencia en el éxito empresarial.