Enagás ha firmado un acuerdo con la Comisión Europea para recibir un total de 32,5 millones de euros en ayudas para el desarrollo de los estudios y trabajos de ingeniería de la red troncal española de hidrógeno, según anunció el consejero delegado del grupo, Arturo Gonzalo. Esta inversión forma parte de una estrategia más amplia para avanzar en la economía de hidrógeno en Europa y posicionar a España como un líder en este sector emergente.
La importancia del hidrógeno en la economía europea
Durante su intervención en la segunda edición de la jornada ‘Enagás H2 Technical Day’, Gonzalo destacó que la apuesta por el hidrógeno «avanza a buen ritmo». Esta afirmación se respalda en la reciente firma del ‘grant agreement’ con Bruselas, que permite a la empresa acceder a fondos del Mecanismo Conectar Europa (CEF). Estos fondos son vitales no solo para la empresa, sino también para el impulso de un sector que juega un papel fundamental en el futuro energético de Europa.
El directivo subrayó que el desarrollo del hidrógeno ha progresado «significativamente» en varios ámbitos: regulación, infraestructuras y tecnología. Este avance está respaldado por una Comisión Europea que cuenta con «una hoja de ruta clara para desarrollar la economía del hidrógeno». Esta orientación estratégica se considera esencial para alcanzar los objetivos de descarbonización y autonomía energética en el continente.
Inversión y desarrollo de la red troncal española
El primer paso en la construcción de la red troncal de hidrógeno en España comprende 2.600 kilómetros de trazado, con una inversión neta de 2.645 millones de euros. Esto se complementa con el desarrollo del corredor H2Med, con un costo previsto de 481 millones de euros. Todo esto se inscribe dentro de un plan inversor de más de 4.000 millones de euros que Enagás proyecta llevar a cabo hasta el año 2030.
Además, la compañía ha lanzado un plan de participación pública que involucra a 550 municipios de 13 comunidades autónomas, convirtiéndose en el mayor esfuerzo de este tipo desarrollado en España. Este enfoque no solo busca incluir a las comunidades locales en el proceso, sino que también pretende establecer un marco colaborativo que potencíe la creación de un ecosistema robusto en torno al hidrógeno.
La tecnología como motor de cambio
Otro aspecto relevante que Gonzalo puso de relieve es el papel decisivo de la tecnología en la transformación del sector. La reducción en el coste medio de los electrolizadores, que ahora se sitúa entre 735 y 901 euros por kilovatio hora (KWh), representa un avance significativo. Este desarrollo tecnológico es respaldado por el hecho de que nueve de los 15 principales fabricantes mundiales de electrolizadores se encuentran en la Unión Europea.
Las dos subastas recientes lanzadas por el Banco Europeo del Hidrógeno han proporcionado una «visión más clara» del mercado europeo del hidrógeno. Estos resultados son indicativos de cómo se están configurando las dinámicas del sector y muestran un interés creciente en la implementación de tecnologías relacionadas con el hidrógeno.
España se posiciona como un ‘hub’ del hidrógeno verde
Gonzalo afirmó que España está en camino de convertirse «en el gran ‘hub’ del hidrógeno verde en Europa». A su juicio, el país está en condiciones de producir hidrógeno más competitivo, con un precio medio de 5,5 euros por kilogramo para los proyectos presentados. Este precio competitivo es un factor clave para que el mercado europeo del hidrógeno pueda expandirse efectivamente.
El consejero delegado enfatizó que «no habrá mercado europeo del hidrógeno sin infraestructura». Esta afirmación subraya la importancia de contar con el desarrollo adecuado de redes y sistemas que faciliten la distribución y el uso del hidrógeno a nivel continental.
Colaboración y ecosistema del hidrógeno
Para que el futuro de la economía del hidrógeno en España sea exitoso, la colaboración es crucial. Gonzalo advirtió que se necesita la creación efectiva del ecosistema que permita el despegue de la economía y la infraestructura del hidrógeno. Este ecosistema debe involucrar a diversas partes interesadas: desde empresas hasta gobiernos y comunidades locales, todos desempeñando un papel en la construcción de un entorno favorable para el hidrógeno.
Solo mediante un enfoque colaborativo y coordinado será posible materializar la visión de una economía basada en hidrógeno en España y, por ende, en Europa. La infraestructura que se establezca no solo contribuirá a las metas de sostenibilidad, sino que también impulsará el crecimiento económico y la creación de empleo en sectores asociados.
Como se plantea el futuro, es fundamental que tanto el sector privado como el público se unan en la promoción de la infraestructura del hidrógeno. Las oportunidades que presenta esta economía emergente no solo son valiosas para la sostenibilidad ambiental, sino que también ofrecen un camino para la innovación y el liderazgo industrial. Con la estrategia adecuada y el compromiso de todos los actores, España podría consolidarse como referencia mundial en la producción y uso del hidrógeno verde, sentando las bases para un futuro energético más limpio y eficiente.