La confianza de las empresas españolas sobre su evolución en 2025 se sitúa muy por encima de la media europea, impulsada por las buenas perspectivas respecto al comportamiento de las exportaciones y de las ventas nacionales. Según la 32ª edición de la Encuesta de Perspectivas Empresariales, el grado de confianza de las empresas respecto a la evolución de su negocio arroja un saldo positivo de 15,4 puntos. Esta cifra se compara favorablemente con la media de la Unión Europea, que es de 4,1, y de la zona euro, que se sitúa en 2,9.
Perspectivas del mercado español
El optimismo se basa principalmente en el buen comportamiento de las exportaciones, que presentan un saldo positivo de 36,8 puntos, considerablemente superior al 6,2 de la media de la UE. Asimismo, las ventas nacionales muestran un saldo de 20,1, por encima del 8,9 alcanzado por sus homólogas europeas. Además, prevalece un sentimiento positivo respecto a la marcha del empleo y la inversión, aunque en estos dos ámbitos el saldo es más moderado.
Este notable nivel de confianza refleja una resiliencia en el sector empresarial español. La compresión del mercado interno y la fortaleza de las exportaciones parecen ser los motores que impulsan este optimismo, en un contexto donde la incertidumbre global podría impactar en otros mercados europeos. El dynamismo de las empresas en este ámbito proporciona un punto de apoyo en un panorama económico cambiante.
Coste laboral como principal preocupación
A pesar de la confianza en el crecimiento, tres de cada cuatro empresas encuestadas (un 72,6%) creen que los costos laborales serán el mayor condicionante de su actividad en 2025. Este porcentaje representa un aumento de seis puntos porcentuales en comparación con 2024. Este dato señala que, aunque las perspectivas son positivas, los gastos asociados a la mano de obra están empezando a tener un impacto significativo en la planificación futura de las empresas.
Además, la escasez de personal cualificado es otra de las preocupaciones que comienza a generar ruido en el sector. Un 48% de las empresas ha señalado este problema creciente, lo que también representa un incremento cercano a seis puntos respecto al año anterior. Esta situación puede ser crítica para muchas empresas que necesitan talento especializado para mantenerse competitivas.
Entre otras preocupaciones destacadas por las empresas para el próximo año, se inscriben las cargas administrativas, así como el precio de la energía y de las materias primas. Estos factores convierten el contexto en un escenario complejo que las empresas deben navegar cuidadosamente.
Comparativa con otros mercados europeos
En cuanto a las perspectivas europeas, las empresas más optimistas son las portuguesas, que presentan un saldo positivo de expectativas de 47 puntos. Les siguen empresas de Turquía y Montenegro, con saldos de expectativas favorables de 45 y 38 puntos, respectivamente. Este contraste pone de relieve cómo diferentes mercados están abordando este panorama y cómo sus expectativas pueden determinar sus estrategias.
En el otro extremo, las empresas menos optimistas sobre la evolución de su actividad en 2025 se sitúan en Austria, Alemania y Serbia, con saldos negativos de -15,6, -10,3 y -8,8 puntos, en ese orden. Este tipo de información proporciona una perspectiva valiosa sobre el clima empresarial en Europa y revela cómo una variedad de factores están moldeando las expectativas regionales distintas y las respuestas de las empresas.
Futuro del empleo y la inversión
El optimismo en torno al empleo y la inversión, aunque moderado, es un indicativo de que las empresas españolas están dispuestas a invertir en el crecimiento a pesar de los desafíos que enfrentan. La integración de estrategias de retención de talento y formación de la mano de obra podría ser clave para permitir que estas empresas aprovechen al máximo su potencial.
Es esencial que las empresas adopten un enfoque proactivo en la gestión de costes laborales y busquen maneras de incrementar la eficiencia. Considerando la creciente preocupación por la falta de cualificación, invertir en formación y desarrollo interno puede ser una solución viable que no solo beneficiará a las empresas, sino que también mejorará la dinámica del mercado laboral.
La situación actual ofrece tanto oportunidades como desafíos. Las empresas tienen ante sí la posibilidad de crecer y adaptarse, pero deben ser conscientes de los obstáculos que pueden surgir. La capacidad para gestionar eficazmente los costes y asegurar un flujo adecuado de talento será vital en este proceso. En un contexto tan cambiante, la preparación y la anticipación serán las herramientas más efectivas para navegar hacia un futuro próspero en el ámbito empresarial español.