El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha reiterado que el cobro por el equipaje de mano en los aviones es ilegal. Esta afirmación se produce en el contexto de la reciente suspensión cautelar de las sanciones impuestas a Ryanair y Norwegian por parte del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), una decisión que Bustinduy considera «normal y previsible en un Estado de derecho».
En sus declaraciones en la red social ‘Bluesky’, Bustinduy subrayó que hasta que la Justicia resuelva el recurso presentado por las aerolíneas contra las multas del Gobierno, estas podrán continuar aplicando esta práctica. Un punto clave en su argumentación es el reciente posicionamiento de la Comisión de Transportes y Turismo del Parlamento Europeo, que ha reclamado el derecho de los pasajeros a llevar equipaje gratuitamente. No obstante, aún no se ha establecido un mandato definitivo que determine la postura de la Eurocámara en este asunto.
Reforma en el transporte aéreo: un proceso estancado
La Comisión Europea presentó su primera propuesta de reforma en 2013. A partir de ese momento, la Eurocámara fijó su posición un año después. Sin embargo, la falta de consenso entre los Veintisiete ha mantenido el proceso de revisión bloqueado durante una década. A principios de 2023, Bruselas presentó una propuesta revisada y, recientemente, los Estados miembros lograron consensuar un mandato que podría permitir avanzar en la negociación de nuevas reglas para los pasajeros aéreos.
A pesar de que estas reformas son necesarias, se espera que la verdadera negociación no tenga lugar antes de otoño. Esto implica que las aerolíneas seguirán con la práctica del cobro por equipaje de mano mientras se resuelve la disputa legal. La falta de progreso en este ámbito afecta directamente a los derechos de los consumidores.
ALA argumenta que la sanción es problemática
Desde la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), se advierte que la decisión del TSJM «evidencia las dudas sobre la sanción», que según la asociación podría ir en contra del Reglamento Europeo. Este reglamento otorga a las compañías la libertad de fijar las tarifas de los servicios que ofrecen. Así, ALA sostiene que las sanciones impuestas limitan la capacidad de elección de los consumidores y distorsionan el mercado.
Con aproximadamente 50 millones de pasajeros beneficiándose cada día de las tarifas básicas de las aerolíneas, cualquier prohibición a estas prácticas podría ser vista como un «agravio comparativo». En muchos países de Europa, cobrar por el equipaje de mano no está restringido, lo que genera una clara disparidad en la regulación que, según ALA, perjudicaría gravemente a los pasajeros en España.
Suspensión cautelar del TSJM y sus implicaciones
El Ministerio de Consumo impuso en noviembre sanciones por valor total de 179 millones de euros a varias aerolíneas ‘low cost’, incluyendo a Ryanair, Vueling, Norwegian, Volotea y easyJet. Estas sanciones se relacionan con una serie de prácticas que, según el Gobierno, son consideradas abusivas, incluyendo el cobro por el equipaje de mano.
Tras recurrir estas sanciones, el TSJM ha acordado suspender cautelarmente las multas impuestas a Ryanair y Norwegian. Sin embargo, esta suspensión está condicionada a la presentación de avales bancarios que suman 110 millones de euros para Ryanair y 1,8 millones para Norwegian. De este modo, la sala sexta de lo Contencioso-Administrativo del TSJM ha aplicado medidas cautelares en respuesta a las impugnaciones de ambas aerolíneas.
El tribunal argumenta que hay «imposibilidad de prejuzgar el fondo del asunto» en este momento procesal y que la cantidad exigida para el pago anticipado «provocaría desfases y dificultades» en la tesorería de las partes recurrentes. Esta situación deja abierta la puerta a un conflicto que podría extenderse en el tiempo, afectando tanto a las aerolíneas como a los usuarios.
Consecuencias para los pasajeros y el mercado
La decisión del TSJM no solo tiene implicaciones legales para las aerolíneas, sino también para los consumidores. La posibilidad de que las aerolíneas continúen cobrando por el equipaje de mano genera una incertidumbre que podría desincentivar los viajes aéreos en un contexto ya complejo debido a la inflación y otros factores económicos.
Más allá de las sanciones y las decisiones judiciales, el mercado de la aviación se enfrenta a desafíos estructurales que podrían influir en la competencia entre aerolíneas. La continuada práctica del cobro por equipaje puede llevar a una percepción negativa entre los pasajeros, quienes buscan opciones más económicas y transparentes a la hora de viajar.
Frente a este panorama, es importante que tanto las aerolíneas como los organismos regulatorios trabajen hacia una solución que beneficie a ambas partes, con miras a crear un entorno más claro y justo para los consumidores. Mantener un diálogo abierto y transparente es esencial para lograr un equilibrio que no solo proteja los derechos de los pasajeros, sino que también fomente un comportamiento responsable en el sector aéreo.