Bodegas La Horra: Sostenibilidad y arte arquitectónico en la Ribera del Duero
Bodegas La Horra, ubicada en La Horra (Burgos), en el corazón de la Ribera del Duero y parte del Grupo Roda, ha inaugurado recientemente su nueva bodega, para la cual ha realizado una inversión de 9,5 millones de euros. Esta iniciativa se distingue por estar plenamente enfocada en la sostenibilidad y la integración con el paisaje circundante, además de inspirarse en la arquitectura tradicional de la región.
El proyecto, dirigido por la arquitecta premiada Carme Pinós, representa una etapa crucial en el desarrollo de Bodegas La Horra desde su creación en 2009. La construcción de la nueva bodega se suma a dos fases anteriores: la primera se dedicó a la elaboración de los vinos Corimbo y Corimbo I, y la segunda se enfocó en las instalaciones de crianza y embotellado, finalizada en 2015.
Una inauguración que marca un hito
Durante la ceremonia de inauguración, Mario Rotllant, presidente del Grupo Roda, resaltó la importancia de este nuevo edificio, afirmando que se trata de un “gran paso” para la empresa. «La bodega es no solo sostenible, sino también de alta eficiencia energética, y estamos orgullosos de poder contribuir al desarrollo económico de la región», dijo Rotllant, quien ha elogiado la colaboración con Carme Pinós, destacando la visión compartida de ambos en la creación de un proyecto tan ambicioso.
El director general del grupo, Agustín Santolaya, también destacó cómo los vinos de La Horra recogen la esencia del entorno. Los suelos de la región, pobres y calizos, combinados con un paisaje de pinares y plantas aromáticas, juegan un papel importante en la singularidad de sus productos.
Diseño arquitectónico que respeta el entorno
La nueva bodega ocupa una superficie total de 4.700 metros cuadrados y está situada estratégicamente en la parte norte de la finca, junto a un pinar extenso. Este espacio se destinará a la elaboración, crianza y embotellado de los vinos Corimbo y Corimbo I, mientras que las naves construidas en fases anteriores se utilizarán como centro logístico.
La obra se caracteriza por un diseño sobrio que, parcialmente excavada en una ladera orientada al sur, emula el esquema de las bodegas subterráneas tradicionales de la Ribera del Duero. De esta manera, se logra un equilibrio entre las raíces históricas y la innovación contemporánea. El edificio, semienterrado, tiene la ventaja de aprovechar la geotermia para mantener una temperatura constante, sin necesidad de sistemas mecánicos adicionales.
Innovaciones en sostenibilidad y eficiencia energética
Un aspecto notable del diseño es la cubierta, formada por grandes tejas invertidas de hormigón visto que se adaptan a las curvas del terreno. Este elemento no solo cumple una función esencial en términos de diseño, sino que también acogerá un jardín de plantas autóctonas, reflejando el compromiso de la bodega con el medio ambiente.
Otro punto clave del sistema es su ventilación pasiva, inspirada en las zarceras tradicionales de la región. Este sistema de chimeneas verticales permite que el aire se renueve y que se regule la humedad de manera natural, eliminando la necesidad de maquinaria, lo que subraya el enfoque sostenible del proyecto.
Las afirmaciones de Carme Pinós, quien califica este encargo como un “reto maravilloso”, son una prueba del compromiso del estudio con la creación de una obra que no solo funcione como bodega, sino que también esté integrada armónicamente con su entorno. «He intentado que la arquitectura forme parte del paisaje sin imponerse. Esto se ha logrado gracias a la historia de construcción de las bodegas de la zona», comenta la arquitecta.
La bodega como símbolo de la cultura vitivinícola
Bodegas La Horra ha estado activa durante 15 años con el objetivo de elaborar vinos que capturen la esencia del paisaje de la Ribera del Duero. La apertura de la nueva bodega no solo representa un avance en su infraestructura, sino también un renacer para la marca en el contexto regional, donde la arquitectura, el territorio y el vino se entrelazan en una experiencia única.
Este proyecto destaca particularmente por su adopción de medidas ecológicas y su sensibilidad por el entorno natural. Además, busca posicionarse como un referente en la producción sostenible de vinos, fomentando un entorno donde la elaboración vinícola no solo sea rentable, sino también respetuosa con la naturaleza.
La sinergia entre la tradicional producción vinícola de la Ribera del Duero y la contemporánea visión de sostenibilidad y diseño de calidad puede convertirse en un modelo a seguir por otras bodegas. En un mundo donde la sostenibilidad es cada vez más valorada, estos pasos hacia la eficiencia energética y la armonía con el entorno pueden ser vitales para el futuro del sector vitivinícola.
A medida que el interés por la producción sostenible continúa creciendo, analogías como la de Bodegas La Horra podrían inspirar nuevas iniciativas en el ámbito de la economía circular. Considera la posibilidad de aplicar estos modelos en tu propio ámbito de acción, pues la combinación de innovación, sostenibilidad y respeto por el patrimonio cultural puede ser clave para el éxito en el futuro económico.