El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha expresado su deseo de iniciar negociaciones bilaterales con la CEOE y Cepyme, sin la intervención del Gobierno, con el objetivo de facilitar la aprobación de la propuesta para reducir la jornada laboral máxima a 37,5 horas. Esta postura se ha manifestado tras la clausura del II Congreso Federal de UGT-SP, donde Álvarez comentó que, ahora que se ha resuelto la elección de la nueva presidenta de Cepyme, Ángela de Miguel, sería un momento propicio para dar inicio a esta mesa de negociación.
El contexto legislativo y las expectativas
Álvarez ha señalado que, aunque existe un proceso en el Congreso de los Diputados relacionado con la ley del Gobierno sobre la reducción de horas laborales, es fundamental que las patronales y los sindicatos alcancen un acuerdo que minimice las dificultades durante la tramitación parlamentaria. En sus declaraciones, destacó: «En la medida en que eso sea así, somos plenamente conscientes de que en el Congreso va a haber dificultades y que podemos ayudar a que haya menos dificultades si hay un acuerdo entre patronales y sindicatos».
El líder sindical ha subrayado la importancia de que la negociación aborde las preocupaciones que puedan tener las empresas respecto al impacto de esta reducción. Para él, lo esencial es garantizar un «final feliz» en el proceso parlamentario, ya que reconoce que la implementación de esta medida no será sencilla, a pesar de una posible primera aprobación.
Desmitificando el debate sobre grandes y pequeñas empresas
Álvarez ha rechazado el argumento de que la reducción de la jornada laboral solo beneficia a las pequeñas empresas. “No es un proyecto de ley solo del Gobierno, no es de las Cortes Generales. El trámite es del país y considero que es la inmensa mayoría de los ciudadanos quienes deben tener voz en este asunto”. Resaltó que los grandes grupos de comercio tienen una influencia significativa en contra de la reducción del tiempo de trabajo. Para poner esto en perspectiva, recordó que empresas de grandes dimensiones, como las que cuentan con decenas de miles de empleados, no pueden ser simplemente catalogadas como pequeñas empresas.
Esta comparativa resalta la necesidad de un debate más profundo y serio sobre la reducción de horas laborales, donde se incluyan distintos sectores y tamaños de empresas en la discusión.
Advocando por un cambio político
Álvarez ha criticado a la CEOE, a la que acusó de “peregrinar a Waterloo” con la finalidad de evitar la rebaja en la jornada laboral. «Hay quienes nos acusan y otros que ven qué pueden sacar de esto», declaró, enfatizando que los sindicatos están decididos a “perseguir democráticamente” a aquellos políticos que se opongan al derecho de los trabajadores a las 37,5 horas semanales.
En su opinión, es vital hacer un «lobby» con la mayoría de la población que desea reducir el tiempo de trabajo. Álvarez ha puntualizado que si las trabajadoras de grandes cadenas enfrentan jornadas extensas, esto es consecuencia de decisiones políticas previas que han favorecido esa situación.
Reflexiones sobre feminismo y liderazgo en el ámbito empresarial
Ante la reciente elección de una mujer como presidenta de Cepyme, Álvarez ha sido claro al rechazar que la patronal dé lecciones de feminismo. “Lecciones de feminismo, ninguna”, afirmó, argumentando que la disparidad en la representación femenina dentro de los consejos de administración y la alta dirección de las empresas es un problema que debe ser abordado. «Si alguien discrimina a las mujeres en el ámbito laboral son las empresas», enfatizó.
Con respecto a su futuro liderazgo en la UGT y la posibilidad de ser relevado por una mujer, Álvarez aseguró que todavía tiene tres años y medio en el cargo y que ya existen mujeres liderando diferentes áreas dentro del sindicato.
El camino hacia la reducción de la jornada laboral
La posibilidad de que un acuerdo entre las organizaciones sindicales y empresariales se alcance es clave para el futuro de la jornada laboral reducida. Según Álvarez, el compromiso colectivo será fundamental no solo para la aprobación de la ley, sino para su efectiva implementación. “Esto no es solo un proyecto del Gobierno, es un tema que nos compete a todos”, expresó, abogando por un esfuerzo conjunto para avanzar en esta dirección.
De cara al futuro, es crucial que tanto sindicatos como patronales reconozcan la relevancia de este asunto no solo desde un punto de vista laboral, sino también social y económico. Los tiempos cambian y las dinámicas laborales requieren adaptaciones que puedan beneficiar tanto a trabajadores como a empleadores.
Este es un momento decisivo en el que los actores clave deben dialogar y buscar soluciones que sean inclusivas y efectivas en el marco del bienestar laboral. Estar atento a cómo se desarrollan estas negociaciones puede marcar la diferencia en la calidad de vida de miles de trabajadores en el país.