El 2025, al recién comenzar, representa un hito crucial en la búsqueda de una aviación más sostenible. La normativa conocida como ReFuelEU Aviation, que forma parte del paquete ‘Fit for 55’, se ha establecido para impulsar la descarbonización del transporte aéreo. Desde el 1 de enero, todos los vuelos deberán incorporar un 2% de combustible sostenible de aviación (SAF, por sus siglas en inglés) en su mezcla, marcando así una nueva era para el sector.
Aumentar la mezcla de SAF y su impacto
Este objetivo de incorporar SAF no es solo un mandato inmediato, sino que está diseñado para aumentar gradualmente. La propuesta es alcanzar un 70% de mezcla de SAF para el año 2050, donde se destaca que al menos un 35% de este total debe ser e-fuel. Este enfoque proactivo es vital para poder lograr que la aviación llegue a tener cero emisiones netas para 2050.
Las compañías aéreas ya están haciendo movimientos significativos hacia este objetivo. Moeve, por ejemplo, ha comenzado a suministrar 18.000 toneladas de SAF en 2024, trabajando en alianzas con varias aerolíneas como Iberia, Binter, Vueling, Air Nostrum, TUI, Volotea, Wizz Air y Ethiad. Estas colaboraciones no solo demuestran un compromiso colectivo con la sostenibilidad, sino que también permiten a los operadores aéreos empezar a reducir rápidamente sus huellas de carbono.
El SAF y sus características
El combustible sostenible de aviación, o SAF, es un líquido que cumple con las mismas especificaciones del queroseno tradicional y se puede mezclar sin realizar modificaciones en los motores de los aviones. Este combustible puede ayudar a reducir entre un 80% y un 100% las emisiones de CO2 a lo largo de su ciclo de vida en comparación con los combustibles fósiles. Su importancia es vital, no solo en proceso y diseño, sino también en la capacidad de reutilizar residuos orgánicos que normalmente se desecharían.
Existen diferentes tipos de SAF: el bio-SAF, que se elabora a partir de residuos orgánicos, y el e-SAF, producido con CO2 capturado e hidrógeno verde. De esta manera, el SAF se revela como la única alternativa viable actual para descarbonizar el sector de la aviación. Además, presenta una oportunidad para España, que cuenta con un cúmulo apreciable de materias primas para su producción, junto con un futuro prometedor en la generación de hidrógeno verde.
Desafíos económicos y oportunidades de empleo
A medida que la industria del SAF se expande, se perciben no solo retos, sino también oportunidades económicas significativas. Se estima que podría generar un impacto de 56.000 millones de euros en el PIB español hacia 2050 y el potencial de creación de alrededor de 270.000 nuevos puestos de trabajo en el país en el mismo período. La proyección indica que España tiene la capacidad técnica de producir 22 millones de toneladas de bio-SAF y 2,2 millones de toneladas de e-SAF para el 2030, gracias al precio competitivo de la energía eléctrica renovable.
No obstante, el camino hacia la transición al SAF no es sencillo. La industria deberá enfrentar un sobrecoste acumulado de 680 millones de euros hasta 2030 para alcanzar los objetivos establecidos por ReFuelEU Aviation. Además, la falta de acceso a materias primas y la insuficiencia de regulaciones en el ámbito nacional también presentan obstáculos considerables. Actualmente, no existe una hoja de ruta clara para la desarrollo del SAF en España, y esto podría afectar la inversión y la iniciativa privada en este sector.
Solicitud de apoyo gubernamental
Para que el potencial del SAF se materialice plenamente, el sector ha pedido la creación de un fondo anual de 300 millones de euros destinado al desarrollo de plantas de producción de SAF y a incentivar su consumo. A pesar de que el reciente Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) busca avanzar en este sentido, aún falta claridad sobre cómo se implementará realmente este apoyo.
Esta situación plantea interrogantes sobre el futuro del SAF y su integración en la aviación convencional. Aunque se están realizando esfuerzos para mejorar el panorama, es evidente que el sector necesita apoyo continuo y coordinado para cumplir con estos ambiciosos objetivos de descarbonización.
Mirando hacia el futuro
La evolución del SAF puede transformar no solo la aviación, sino también la economía de España, proporcionando tanto oportunidades de empleo como soluciones energéticas sostenibles. A medida que avanza la industria, el enfoque debe estar en la colaboración entre gobiernos, industrias y comunidades locales para maximizar los beneficios de esta transición. ¿Estaremos listos para asumir ese reto y aprovechar el potencial que el SAF ofrece para un futuro más limpio y sostenible?
Con estos cambios, el futuro del sector aéreo y su relación con el medio ambiente se dibujan esperanzador, aunque lleno de desafíos por detrás. Continuar explorando y apoyando esta evolución será crucial para lograr los objetivos de sostenibilidad que todos deseamos alcanzar.