La factura por el consumo de energía eléctrica para un electrointensivo en España durante este año ha alcanzado cifras alarmantes: se sitúa en 2,8 veces el coste de la energía en Francia y 1,4 veces en Alemania. Este dato, revelador, pone de manifiesto la difícil situación que enfrenta el sector energético español, especialmente para aquellos que dependen en gran medida de la electricidad en sus procesos industriales.
Precios eléctricos desiguales en Europa
Los precios eléctricos finales para el sector electrointensivo en España alcanzaron, hasta mayo, los 61,36 euros por megavatio hora (MWh). Para poner esta cifra en contexto, en Francia el coste se sitúa en 22,24 euros/MWh, lo que representa una diferencia del 176%. En Alemania, la situación no es mucho mejor, ya que los precios se encuentran en 42,79 euros/MWh, aproximadamente un 43% por debajo de los valores españoles.
Este panorama destaca una clara desventaja competitiva para las empresas electrointensivas en España, que ven cómo sus costes de producción crecen de manera desproporcionada comparado con sus homólogos europeos. ¿Cómo se pueden sostener estas industrias en un entorno tan desigual?
Servicios de ajuste del sistema y su impacto
Un factor crucial que contribuye a esta situación son los costes por los servicios de ajuste del sistema, que en España son notablemente más altos que en Francia y Alemania. Curiosamente, estos costes no son considerados en la tarifa que las grandes industrias deben abonar en aquellos países, lo que generan más de 18 euros/MWh de brecha competitiva. Este elemento se añade a la lista de desafíos que enfrenta el sector electrointensivo.
Mientras que las facturas eléctricas en estas naciones son más llevaderas, el sector en España se ve obligado a encarar este tipo de gastos adicionales, que claramente limitan su capacidad de competir con empresas de otros países del continente. La competitividad bien podría depender de una revisión de estas políticas.
Compensaciones por CO2 y su desigualdad
AEGE también menciona una clara diferencia en las compensaciones por CO2 indirecto que reciben las industrias electrointensivas. En Alemania, estas compensaciones se encuentran por encima de las de España en 26 euros/MWh. Esta disparidad notoria muestra cómo las industrias españolas enfrentan una carga financiera adicional que sus contrapartes alemanas no tienen que soportar.
En Alemania, las industrias electrointensivas acceden a mecanismos de compensación que les permiten reducir considerablemente sus costes operativos. La situación es muy diferente en España, donde las compensaciones están sujetas a limitaciones presupuestarias, lo que las deja en clara desventaja. ¿Es sostenible esta diferencia a largo plazo?
Desafíos para la industria electrointensiva en España
El panorama que enfrentan los consumidores electrointensivos en España es complejo. Con un coste de energía que es considerablemente más alto que en otros países europeos, y con una burocracia que limita las compensaciones, se hace evidente que es necesario buscar soluciones efectivas. Las dificultades actuales no solo afectan a las empresas, sino que también repercuten en el empleo y la economía en general.
Las industrias electrointensivas, que pueden representar hasta un 50% de sus costes de producción, se enfrentan a una encrucijada: adaptarse a unos precios eléctricos que son insostenibles o buscar alternativas que puedan ofrecer un respiro a su situación económica. La interrelación entre política energética y viabilidad empresarial nunca ha sido tan evidente como en estos momentos.
El futuro de la competitividad en el sector eléctrico
Con el contexto actual, es vital que se tomen medidas que favorezcan la competitividad y sostenibilidad del sector energético en España. ¿Qué estrategias podrían implementarse para nivelar el terreno de juego? La respuesta puede no ser sencilla, pero considerar las diferencias en costes y compensaciones es un primer paso esencial.
Cada vez se vuelve más urgente la necesidad de un enfoque integral que contemple no solo el precio de la energía, sino también los mecanismos de compensación y el costo de los servicios asociados. Los tiempos de cambio están aquí, y la forma en que se gestionen estas cuestiones podría definir el rumbo del sector en los próximos años.
Las decisiones tomadas hoy influirán en la capacidad del sector electrointensivo para competir no solo en el mercado local, sino también en un contexto europeo cada vez más exigente. La reflexión sobre estos temas es necesaria para asegurar un futuro energético más equitativo y sostenible.