Grifols, la conocida firma de hemoderivados, ha estado bajo intensa presión desde que el fondo bajista Gotham City Research lanzara su primera ofensiva el 9 de enero de 2024. En este tiempo, las acciones de la compañía se han visto obligadas a lidiar con severas caídas, acumulando un descenso de más del 34% en el Ibex 35. ¿Qué ha llevado a esta situación? A lo largo de este año, la inestabilidad ha estado marcada por acusaciones sobre prácticas contables y posibles irregularidades financieras que han puesto en tela de juicio la credibilidad de la empresa.
El impacto del informe de Gotham
Desde que Gotham City Research dirigió su mirada crítica hacia Grifols, la cotización de sus acciones ha registrado un desplome significativo, llegando a caer un 40,8% en todo el año 2024. El primer golpe fue devastador: las acciones de clase ‘A’, que cotizan en el principal índice español, se cerraron en 10,55 euros al finalizar el 9 de enero tras una caída del 25,91%.
El foco de Gotham no solo se ha limitado a la caída de las acciones. Inicialmente, el fondo acusó a Grifols de manipular sus ratios de deuda y el resultado bruto de explotación (Ebitda), sugiriendo que las cifras estaban diseñadas para mostrar un apalancamiento financieramente más favorable de lo que realmente era. Estas acusaciones llevaron a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y a la SEC —el regulador estadounidense— a abrir sus propias investigaciones sobre la firma, poniendo a Grifols en el centro de un incendio financiero.
Cuatro ofensivas que marcaron la trayectoria
Gotham no se quedó ahí. El 20 de febrero de 2024, el fondo lanzó una segunda ofensiva, cuestionando no solo la contabilidad de Grifols, sino también la relación de la compañía con Scranton, un vehículo inversor que involucraba a miembros de la familia Grifols y exdirectivos.
Después, el siguiente ataque tuvo lugar el 6 de marzo de 2024, donde Gotham alertó sobre un posible acuerdo de financiación entre Haema, una de sus subsidiarias, y Scranton. Esta acusación sembró dudas sobre el compromiso de Grifols con la transparencia y la ética empresarial. Finalmente, el 14 de mayo selló la cuarta ofensiva del fondo, que hizo hincapié en que BPC, otra empresa controlada por Grifols, supuestamente había otorgado 266 millones de euros al ‘family office’ de Scranton.
Investigaciones y acciones legales
Ante esta situación de constante ataque, Grifols tomó cartas en el asunto. Además de implementar acciones legales en Estados Unidos y España contra Gotham, la firma organizó una conferencia telefónica hace un año, en la que intentó refutar públicamente las acusaciones vertidas por el fondo bajista. Durante esta llamada, fue evidente que la tensión entre ambas partes alcanzaba niveles críticos. Grifols se defendió argumentando que los bancos y acreedores estaban al tanto de que, tanto ella como Scranton, consolidan por completo dos de sus filiales.
En enero de 2024, la CNMV comenzó a revisar la documentación presentada por Grifols, detectando «deficiencias relevantes» en sus cuentas anuales. Sin embargo, el regulador no halló «errores significativos» que justificaran una reforma de los estados financieros. Por otro lado, la SEC concluyó a finales de noviembre su investigación sin imposición de sanciones, lo que indicaba que, al menos en este ámbito, la compañía se mantenía a flote.
El futuro de Grifols en la incertidumbre
El desenlace de este conflicto se ha intensificado con la apertura de expedientes sancionadores tanto a Gotham como a Grifols por parte de la CNMV. La situación ha hecho que muchos se pregunten sobre el impacto de estas publicaciones en el futuro de la empresa. Mientras Grifols lucha por limpiar su nombre, es evidente que el enfrentamiento con Gotham ha dejado una marca indeleble en su reputación.
A principios de enero, Grifols presentó una demanda en Nueva York contra Gotham City Research y varios implicados, solicitando indemnización por los daños financieros y reputacionales ocasionados. Gotham, en respuesta, pidió el archivo del caso argumentando que sus declaraciones se basaban en la libertad de expresión y que algunos de sus puntos habían sido validados por la CNMV.
La narrativa en torno a Grifols y Gotham sigue evolucionando. En un entorno que se presenta cada vez más complicado, no es solo la lucha contra los ataques lo que define la estrategia de Grifols, sino también cómo manejar su relación con los inversores y asegurar la transparencia que tanto se le ha exigido.
Mientras la compañía busca recuperar la estabilidad perdida, nos quedamos con la incertidumbre sobre qué otros desafíos podrían surgir a medida que el año avanza. Sin duda, el caso de Grifols es un recordatorio de lo frágil que puede ser la confianza del mercado y de cómo el accionar de un solo fondo puede transformar la trayectoria de una empresa.