La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha incoado un expediente sancionador contra Profesionales de la Medicina y de la Empresa, matriz del Grupo HM, y su filial, Hospital de Salamanca, por no notificar una operación de concentración. Este procedimiento se refiere a la compra del Hospital General de la Santísima Trinidad de Salamanca, que sucedió en diciembre de 2024.
La operación no notificadA
Concretamente, el Hospital de Salamanca adquirió el control exclusivo del citado hospital, una operación que superaba el umbral de cuota de mercado establecido en la Ley de Defensa de la Competencia (LDC). A pesar de que dicha adquisición debió ser comunicada al organismo regulador antes de su ejecución, no se llevó a cabo dicha notificación, lo que ha llevado a la CNMC a iniciar su investigación.
Este tipo de prácticas, en el ámbito de la competencia, se conocen como ‘gun jumping’. ¿Qué implica esto realmente? Simplemente, las empresas están obligadas a informar sobre sus transacciones de compra a la CNMC antes de proceder con ellas, especialmente si pasan ciertos umbrales de facturación o cuota del mercado. Esta obligación busca asegurar que las operaciones no afecten negativamente la competencia en el sector.
Incumplimientos y consecuencias
La CNMC ha enfatizado que incumplir esta normativa no es algo trivial. En efecto, las consecuencias de operar sin notificación pueden ser severas. A medida que las empresas buscan crecer a través de adquisiciones, deben recordar que la regulación está diseñada para proteger al mercado y a los consumidores. Ignorar esta normativa puede llevar no solo a sanciones económicas, sino también a desconfianza en el sistema de salud.
El pasado no siempre es un reflejo del futuro, y esta situación destaca la importancia de adherirse a las regulaciones establecidas. Hay que considerar que la transparencia es clave en el funcionamiento del mercado. Por ello, los profesionales de la medicina y de la empresa deben evaluar cómo manejar futuros negocios sin infringir las leyes existentes.
Un paso hacia la regulación eficaz
El expediente abierto por la CNMC no prejuzga el resultado de la investigación, pero manifiesta su compromiso con una regulación eficaz. En este sentido, se ha establecido un período de tres meses para la instrucción del expediente y su resolución. Este periodo es crucial para que el organismo pueda investigar a fondo las circunstancias de la operación, así como la naturaleza de los incumplimientos.
¿Quiénes son los principales responsables en estos casos? Esto recae en la dirección de las empresas involucradas y, en concreto, en aquellos que toman decisiones de compra. La falta de diligencia en la notificación puede reflejar una debilidad en el cumplimiento normativo. La CNMC espera que las empresas no solo cumplan con la ley, sino que también asuman responsabilidades y aprendan de estos incidentes.
El impacto en el sector de la salud
Las repercusiones de esta sanción pueden ser significativas, no solo para los involucrados, sino también para el sector de la salud en general. La concentración de hospitales y otras instituciones puede influir en la calidad del servicio, precios y disponibilidad de atención. Por lo tanto, el control de estas operaciones es esencial no solo desde la perspectiva empresarial, sino también desde el bienestar de la ciudadanía.
A medida que el mercado evoluciona, la salud de la competencia se convierte en un tema prioritario que no se puede pasar por alto. La CNMC juega un papel crucial en la supervisión, pero también es fundamental que las empresas mantengan una cultura de cumplimiento. Lo que está en juego es la confianza del público en el sistema de salud.
¿Qué hay por delante?
Con este procedimiento sancionador sobre la mesa, queda claro que la CNMC está dispuesta a actuar frente a los incumplimientos normativos. Pero, más allá de las sanciones, lo que se busca es un cambio de mentalidad en el sector. Las empresas deben poner como prioridad el cumplimiento de la ley, ya que esto no solo protege sus intereses, sino que también salvaguarda a los consumidores.
En el fondo, la pregunta que nos debemos hacer es: ¿estamos realmente preparados para enfrentar los retos que plantea el crecimiento del sector de la salud? Con un marco regulatorio más robusto y una mayor colaboración entre empresas y reguladores, el futuro podría ser más prometedor y sostenible. Este tipo de situaciones nos recuerda que todo avance debe ir acompañado de responsabilidad y transparencia.