Grifols, la reconocida empresa catalana especializada en hemoderivados, ha estado gestionando su agenda financiera con especial atención en los últimos meses. La compañía ha estado en el foco del interés del mercado debido a su reciente recorte en la proyección de resultados y a los movimientos en el mercado de capitales. Así, se espera que su Capital Markets Day (CMD) se celebre entre finales de febrero y principios de marzo, coincidiendo con la presentación de los resultados del ejercicio 2024.
Las implicaciones de la caída en el Ibex 35
En un contexto complicado, Grifols ha visto cómo sus acciones han caído drásticamente en el índice Ibex 35, donde cotizan sus títulos de tipo ‘A’. Durante el último año, la empresa acumuló una caída del 34%, un impacto significativo que subraya la volatilidad que la compañía ha experimentado. Este declive se ha visto alimentado por la estrategia de ataques del fondo bajista Gotham City Research, que lanzó su primera ofensiva el 9 de enero de 2024.
En concreto, desde que Gotham inició su campaña, las acciones de Grifols sufrieron un desplome del 10,55% hasta el 8 de enero de 2025. Si observamos el año completo, la caída se incrementa hasta un alarmante 40,8%. Estas cifras reflejan una presión significativa sobre la compañía, que se enfrenta a múltiples retos en su entorno operativo.
El golpe más duro se registró el 9 de enero de 2024, cuando las acciones cerraron con un desplome del 25,91%, alcanzando un valor de 10,55 euros. Esto puede resultar sorprendente, considerando que un año antes, los títulos ceraban en 14,24 euros. Sin duda, este comportamiento del mercado plantea muchas preguntas sobre la sostenibilidad y la salud financiera futura de Grifols.
Un contexto de incertidumbre y desafíos
La firma catalana había anunciado en septiembre el aplazamiento hasta nuevo aviso de su CMD, que originalmente estaba programado para el 10 de octubre. Este cambio llevó a los analistas y a los inversores a especular sobre la razón detrás de esta decisión, especialmente teniendo en cuenta la oferta potencial del fondo canadiense Brookfield Asset Management, que finalmente se concretó en noviembre de 2024. Esta oferta dejó a Grifols en una posición delicada, obligándola a replantear su estrategia de comunicación y su agenda financiera.
A pesar de estos desafíos, el consejero delegado de Grifols, Nacho Abia, ha indicado que el esperado ‘Día del inversor’ se llevará a cabo en el primer trimestre de 2025. Esto representa una luz en medio de la incertidumbre, ya que puede proporcionar a los accionistas y analistas información crucial sobre los planes futuros de la compañía. Las fuentes de la empresa han indicado que, si los resultados se presentan como es habitual a finales de febrero, el CMD podría programarse para finales de ese mismo mes o marzo.
No obstante, la realidad es que la agenda económica de Grifols aún no ha sido publicada en su página web. Esto significa que los inversores actuales y potenciales están en un limbo, sin una clara indicación sobre las fechas exactas de la presentación de cuentas y del CMD. Esta falta de información es un elemento que puede aumentar la inquietud entre los inversores sobre el rumbo que tomará la empresa en este ambiente desafiante.
La emisión de bonos y su impacto financiero
A pesar de la tormenta en los mercados y la caída de sus acciones, Grifols ha tomado decisiones estratégicas para fortalecer su posición financiera. En este sentido, la empresa completó a finales del año pasado una emisión privada de bonos sénior garantizados por un total de 1.300 millones de euros, con vencimiento en mayo de 2030 y un cupón anual del 7,125%. Esta medida no solo tiene como finalidad reforzar su liquidez, sino también permitir a la compañía afrontar los retos inmediatos que se presentan en su camino.
Dicha emisión es un claro indicador de que Grifols está buscando maneras de capitalizar recursos financieros, que pueden ser cruciales para navegar en un entorno marcado por la presión de los mercados. Sin embargo, los costes de endeudamiento que se derivan de las altas tasas de interés también requieren un análisis detenido por parte de la dirección de la empresa. En este sentido, es fundamental que mantengan un equilibrio entre la deuda y la capacidad de generación de ingresos en el futuro.
El panorama que enfrenta Grifols es complejo, considerando tanto la volatilidad en las acciones como las decisiones estratégicas que deben tomarse para asegurar su estabilidad financiera. La interacción de estos factores es lo que hará que los inversores y analistas mantengan una vigilancia cercana sobre el desempeño de la firma en los próximos meses.
A medida que la empresa se prepara para su Capital Markets Day y los resultados del ejercicio 2024, todos los ojos estarán puestos en cómo Grifols afrontará estos desafíos y qué medidas tomará para adaptarse a un mercado en constante evolución. En este ambiente, las decisiones que tome la dirección serán claves no solo para recuperar la confianza de los inversores, sino también para trazar un nuevo rumbo que impulse su crecimiento a largo plazo.