Endesa, a través de su filial de redes e-distribución, ha alcanzado un hito significativo en el ámbito de la energía renovable. La compañía ha superado 30 gigavatios (GW) de capacidad renovable distribuida conectada a su red, lo que equivale a suficiente energía para abastecer el consumo de casi 20 millones de hogares. Este avance no solo representa un notable crecimiento en términos de capacidad energética, sino que también ayuda a evitar la emisión de casi 30 millones de toneladas de CO2.
Un crecimiento notable en la capacidad renovable
Desde 2020, la capacidad de las conexiones para productores de energía renovable a pequeña y mediana escala, así como el autoconsumo, se ha incrementado un 53%. Este crecimiento se ha traducido en 3,9 GW de potencia proveniente de instalaciones de autoconsumo. A su vez, los productores han superado los 26,8 GW conectados hasta la fecha. De este modo, más de 3,8 GW de nueva capacidad se han incorporado a la red hasta noviembre, lo que ha significado la mitigación de tres millones de toneladas de CO2 que habrían ido a la atmósfera.
Es claro que estamos ante una tendencia en alza. Endesa ha subrayado que, desde el año 2020, se han conectado casi 11 GW de capacidad renovable distribuida a su red. Esta progresión es un indicador de la creciente necesidad de contar con un marco regulatorio que no solo promueva la inversión en redes, sino que también agilice la concesión de permisos. Las solicitudes de acceso han aumentado considerablemente, lo que pone de relieve la importancia de un entorno regulatorio más favorable.
La red como columna vertebral de la transición energética
El director general de Redes de Endesa, José Manuel Revuelta, ha manifestado que las redes de distribución son «la columna vertebral de la transición energética». Este elemento, que muchas veces pasa desapercibido, es fundamental para el correcto funcionamiento del sistema. Sin una infraestructura sólida y eficiente, el avance hacia un modelo energético sostenible se ve comprometido.
«Si no se hace, no se lograrán los objetivos de descarbonización de la economía», afirmó Revuelta. Establecer una inversión sólida en redes energéticas no es solo un deseo; es una necesidad imperante para atender la demanda que surge no solo de los productores de energía renovable, sino también de industrias, centros de datos, desaladoras y plantas de hidrógeno verde.
Datos clave sobre el autoconsumo y la generación renovable
Hasta el cierre del mes de noviembre, más de 18.600 instalaciones de producción de energía renovable de mediano tamaño estaban conectadas a la red gestionada por Endesa. La mayoría de estas instalaciones son fotovoltaicas, un sector que está demostrando su creciente demanda y relevancia en la producción energética. Además, las instalaciones de autoconsumo activas en la red de e-distribución ya casi alcanzan las 305.000, lo que se traduce en un notable incremento que multiplica por 37 la cifra alineada con el cierre de 2020.
Estos datos son indicativos de un cambio en el paisaje energético. La nueva generación de consumidores de energía está apostando por fuentes renovables, y las empresas están ajustando su oferta para satisfacer estas necesidades cada vez más compartidas. Pero, ¿qué significa esto para el futuro de la energía en el país? La base de consumidores está migrando hacia el uso de energías limpias, generando una oportunidad única para las empresas del sector y, a su vez, para la economía nacional en su conjunto.
Impacto y futuro de la inversión en redes
Endesa ha destacado que el 70% de la capacidad de generación verde prevista para conectarse al sistema eléctrico para 2030 lo hará a través de la red de distribución. Esta proyección resalta el papel crucial que jugará la infraestructura de redes en la transición hacia un modelo energético más sostenible. La evolución de los últimos años reafirma esta tendencia, y la empresa está posicionándose para ser parte fundamental de este cambio.
Promover la inversión en redes es esencial para conectar tanto a los productores de energía renovable como a la creciente demanda de energía sostenible. En un mundo donde la búsqueda de fuentes de energía limpias se ha convertido en una prioridad global, el papel de las redes es más relevante que nunca. Sin embargo, queda mucho camino por recorrer. Las inversiones y el marco regulatorio deben avanzar al mismo ritmo que la demanda para no perder impulso.
La revolución energética que estamos presenciando resulta fascinante y necesaria. ¿Cómo participaremos en este cambio que no solo afecta al medio ambiente, sino también a la estructura económica de nuestros países? La conversación está abierta y todos somos parte de la solución. Con cada instalación conectada y cada megavatio renovable, estamos un paso más cerca de un futuro energético más limpio y sostenible.