El presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, ha enfatizado que es fundamental no dejarse llevar por propuestas populistas al analizar temas como el *salario mínimo interprofesional (SMI)* o la jornada laboral. En su opinión, bajo la superficialidad de estas propuestas, se oculta la necesidad de un debate serio que incluya a todos los actores relevantes, tanto empresarios como sindicatos. La realidad económica de España exige un enfoque más matizado, que contemple la situación actual de cada sector y de cada territorio.
El papel de la negociación colectiva
Durante un desayuno informativo donde se encontraba el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, Cuerva destacó que la jornada laboral es un pilar fundamental en las relaciones laborales de España. Señaló que la *negociación colectiva* ha sido el vehículo a través del cual sindicatos y empresarios han llegado a acuerdos sobre la jornada laboral durante más de 45 años. «Es la negociación colectiva la que ha llegado a acuerdos que se adaptan a las circunstancias de cada sector y territorio», enfatizó.
Al respecto, Cuerva expresó su preocupación por la posibilidad de que, en el contexto de las propuestas electorales, se pueda menospreciar este mecanismo de discusión y acuerdo. «El diálogo social ha sido la clave para manejar temas tan delicados como la jornada laboral», subrayó. La reducción de las horas de trabajo debe ser resultado de un consenso entre las partes involucradas, no una imposición de arriba hacia abajo.
El conflicto entre ministerios
Cuerva también se refirió al conflicto actual entre los Ministerios de Economía y Trabajo en relación a la *posible reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales*. Sostuvo que coincide con Economía en la necesidad de ceder ante los resultados de la negociación colectiva y de no imponer decisiones que podrían ser perjudiciales.
«¿Por qué no escuchar qué dicen empresarios y sindicatos antes de tomar una medida tan drástica?», cuestionó Cuerva, destacando que la jornada laboral debe ser decidida en función de las necesidades y características de cada sector. La realidad laboral es diversa, y las decisiones deben ser igualmente variadas.
Preocupaciones sobre el salario mínimo
En relación a la subida del SMI que propone el Ministerio de Trabajo, Ceupyme ha manifestado su preocupación. Según Cuerva, la *propuesta de aumentar el salario mínimo en 50 euros al mes* ignora la situación de muchos sectores, en particular aquellos que ya están luchando por sobrevivir. «La agricultura, por ejemplo, se encuentra en sus tasas de empleo más bajas de los últimos 25 años», destacó.
La crítica central de Cuerva es que estas decisiones deben fundamentarse en un análisis sólido de la economía. «El SMI ha subido más del 80% en los últimos años. Sin embargo, en muchos sectores no pueden asumir más incrementos», advirtió. Al abordar el impacto real del aumento, argumentó que un incremento del salario mínimo tendrá un costo adicional de alrededor de 80 euros para las empresas, lo que podría resultar insostenible para muchas de ellas.
La productividad y el contexto económico
Cuerva argumentó que el debate sobre el SMI y la jornada laboral no puede desvincularse de la *productividad*. «La competitividad de la empresa española debe ser parte de esta conversación», enfatizó. Es esencial analizar cómo cada sector está respondiendo al aumento de costos laborales y cómo eso afecta su sostenibilidad a largo plazo.
La falta de atención a estos factores en el discurso sobre el salario y la jornada laboral puede resultar en decisiones contraproducentes. «Lo que se necesita es un análisis concreto sobre la productividad y la capacidad de cada sector», señaló Cuerva, instando a una evaluación más equilibrada y realista. Mencionó que es crítico que el diálogo incluya a todos los actores, ya que esto asegurará que se tomen decisiones informadas y efectivas.
Relevancia del diálogo social
La crítica de Cuerva se centra en la preocupación de que la falta de consenso entre los Ministerios de Economía y Trabajo pueda llevar a la deslegitimación del diálogo social. «Me preocupa que se aparten voces fundamentales en la discusión sobre el futuro laboral del país», expresó, sugiriendo que se deben establecer mecanismos que faciliten la comunicación y la colaboración entre las partes.
La importancia de un diálogo constructivo no puede subestimarse. En un entorno tan cambiante como el actual, las decisiones deben ser el resultado de una colaboración eficaz, no de una disputa política. Cuerva aboga por que los representantes de los trabajadores y de las empresas puedan alcanzar acuerdos que tengan en cuenta las realidades de cada sector y sus particularidades.
La reflexión que queda es como se debe continuar esta conversación en un contexto donde las tensiones políticas podrían eclipsar la necesidad de un debate profundo sobre cuestiones que afectan a millones de trabajadores y a la economía en su conjunto. Lo que está claro es que los próximos movimientos en el ámbito económico y laboral no solo tendrán repercusiones a corto plazo, sino que también determinarán el futuro del trabajo en España. Es vital que todos los involucrados sigan unidos en la búsqueda de soluciones efectivas y realistas.