El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha manifestado su preocupación acerca de la reciente actuación del Gobierno en relación con la regulación laboral y salarial. En sus declaraciones, enfatiza que los temas que afectan a los costes de las empresas no pueden ser desglosados en partes, como la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) y la reducción de la jornada laboral. Para él, estas cuestiones son interdependientes y deben ser tratadas de manera conjunta, ya que, de lo contrario, se corre el riesgo de abordar solo fragmentos de una realidad mucho más compleja.
Separación de temas laborales
En una reciente aparición en los medios, Garamendi ha expresado que “parece que, por un lado, va la jornada laboral, por otro lado, va el salario mínimo, y así sucesivamente con las cotizaciones sociales”. Esta fragmentación, según él, no solo es confusa, sino que dificulta la comprensión real de la situación económica de las empresas. “No se puede plantear (las cuestiones) de manera aislada. Si no tuviéramos el tema de las horas en la mesa, posiblemente estaríamos discutiendo únicamente sobre el salario mínimo”, ha argumentado.
Garamendi ha alegado que el Gobierno no está considerando adecuadamente la situación de los pequeños comercios, los bares y otros sectores vulnerables. Critica que, a menudo, no se discute la indexación del SMI en los contratos públicos. “Te suben los costes en cuanto a los salarios, pero la concesión suele permanecer inalterada, lo que resulta en una presión adicional sobre las empresas”, ha subrayado.
El salario mínimo y la perspectiva de los pequeños empresarios
Sobre el actual SMI de 1.134 euros mensuales, Garamendi ha preguntado retóricamente: “¿Tú crees que alguien que tiene un pequeño establecimiento en un pueblo tiene capacidad de pagar 2.000 euros al mes en un bar al que entran cuatro?”. Así lo ha enfatizado al puntualizar la necesidad de concebir salarios y condiciones laborales desde el punto de vista de aquellos que realmente enfrentan las dificultades diarias de dirigir un negocio pequeño. «Es esencial pensar en lo que pueden pagar los autónomos y pequeños empresarios», ha añadido.
Al respecto, Garamendi ha comentado que muchos de estos pequeños emprendedores a menudo no obtienen siquiera ganancias suficientes para cubrir el SMI actual. En este contexto, ha sostenido que «lo que hay que hacer es implementar un enfoque más serio sobre nuestra economía y fomentar inversiones en productividad». Esto, según él, es clave para asegurar que las empresas puedan seguir generando empleo de calidad y mantenerse viables.
El acuerdo con los sindicatos y sus implicaciones
Respecto al aumento del SMI, Garamendi ha recordado la existencia de un acuerdo con los sindicatos conocido como AENC, el cual establece bandas salariales para los años 2023 a 2025. Este acuerdo sugiere un incremento del 3% para 2025, que él respeta, pero también reitera que es crucial que temas relacionados con el salario mínimo y la jornada laboral se analicen de manera holística. “No hay forma de entender el coste de un asalariado sin considerar todos estos factores”, ha enfatizado.
Garamendi ha puesto de relieve que el 25% de los convenios laborales ya contemplan una jornada de 37,5 horas semanales. Afirmó que la CEOE no tiene inconvenientes para discutir reducciones de horas, siempre que estas se realicen en el ámbito de la negociación colectiva y se adapten a las necesidades de cada empresa o sector. “Es fundamental que cada organización tenga la autonomía para decidir sobre la extensión y distribución de su jornada laboral, en función de sus capacidades y productividad”, añadió.
La radicalización del diálogo social
El dirigente empresarial ha clasificado las reuniones recientes entre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos como un «monólogo social». Según su perspectiva, el resultado de estas discusiones estaba predeterminado y no proporcionó espacio adecuado para un debate genuino. “La ministra llama diálogo social a algo que no lo es”, ha sostenido, dejando claro que la conexión entre las partes no cumplió con el principio de incluir a todas las voces relevantes.
Sin embargo, Garamendi también ha manifestado su agradecimiento hacia el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, quien, según él, ha mostrado “diálogo, moderación e intento constante de alcanzar acuerdos”. En un contexto donde muchas posturas se han radicalizado, considera que es posible defender posturas desde la tranquilidad y la racionalidad, siendo Cuerpo un modelo a seguir en este sentido.
Las decisiones políticas y su impacto
Al abordar las decisiones políticas, Garamendi ha enfatizado que estas parecen alejarse de la realidad que enfrentan muchas empresas. Critica que, en vez de abordar la complejidad de los temas que afectan a los empresarios, la política se realiza “a saco” por intereses partidistas, lo que puede perjudicar la salud económica de los pequeños y medianos negocios, que son quienes realmente generan empleo.
Finalmente, el líder de la CEOE ha reafirmado su compromiso de involucrarse en discusiones sobre la jornada laboral y el salario mínimo, enfatizando que es crucial considerar estos elementos como parte de un todo. Con un panorama laboral en constante cambio, la reflexión sobre cómo equilibrar los intereses de los trabajadores y la viabilidad empresarial se convierte en una necesidad apremiante. La búsqueda de soluciones integrales podría ser clave para el desarrollo futuro del tejido empresarial español, y el diálogo entre todas las partes es más necesario que nunca.