La Comisión de Hacienda ha dado este miércoles un nuevo paso para aprobar el plan para que Correos vuelva a la senda de la rentabilidad, incorporando la prestación de servicios financieros básicos y ampliando su labor como servicio postal universal hasta 2030. Este avance es decisivo para enfrentar las pérdidas que viene generando la empresa.
El objetivo de la enmienda
El principal objetivo de la enmienda es revertir el resultado bruto de explotación (Ebitda) negativo, previsto a partir de 2026. La meta es que, en 2028, el margen de explotación alcance alrededor del 6%, una cifra que se asemeja al promedio de la industria postal y de paquetería. Este cambio es vital, considerando que menos del 50% de los ingresos de Correos dependerían del servicio postal, lo que mitigaría su principal vulnerabilidad. Asimismo, se espera aumentar el peso en el sector de la paquetería, logrando que este segmento represente el 35% de la cifra de negocio total. Todo esto se complementa con un plan de incentivos y desempeño para la plantilla, buscando motivar y potenciar la capacidad de los trabajadores.
Un paso más en la Comisión
La ponencia de la Comisión de Hacienda ha incluido en su informe una enmienda del PSOE que resuena con el Acuerdo Marco previamente pactado entre Correos, Hacienda, la SEPI, y los sindicatos UGT y CCOO. Esto no solo destina partidas específicas a la modernización de la red y la expansión de los servicios postales, sino que también otorga a Correos el estatus de Servicio de Interés Económico General (SIEG). Esta designación implica que la empresa puede ofrecer una gama más amplia de servicios con un impacto positivo en la economía y la comunidad.
La postura del PP y la dinámica parlamentaria
Aunque el voto en la ponencia no era decisivo, ya que el PSOE y Sumar tienen la mayoría, el PP mostró apertura a respaldar la enmienda. Sin embargo, su propuesta de incluir una comparecencia anual del presidente de Correos en el Congreso fue rechazada, lo que llevó a la formación de Alberto Núñez Feijóo a decidir abstenerse en la votación del informe. Este gesto deja en claro la disposición del PP a involucrarse, a pesar de no alcanzar la mayoría necesaria para avanzar en alianza.
Desafíos pasados en la reforma de Correos
Es interesante notar que esta reforma que ahora avanza en la Comisión de Hacienda ya había sido intentada anteriormente. El Gobierno había tratado de sacar adelante un decreto ómnibus que incluía una serie de reformas sociales y económicas, entre ellas la reestructuración de la empresa postal. Sin embargo, este esfuerzo fue frenado en enero por el PP, Vox y Junts, quienes votaron en contra, lo que imposibilitó que la reforma prosperara. Ahora, con una nueva oportunidad en la Comisión, el futuro de Correos podría tomar un rumbo diferente, pero depende de la colaboración y el entendimiento entre las diferentes formaciones políticas.
Nuevos servicios para los ciudadanos
Con la enmienda del PSOE en camino de ser legislada, Correos podría asumir servicios de interés económico general que van más allá de la entrega de cartas. Estos servicios incluyen la aceptación de solicitudes administrativas por parte de ciudadanos y empresas, la entrega de documentos expedidos por administraciones públicas y la gestión de tributos y multas. Este enfoque no solo diversifica la oferta de la empresa, sino que también puede transformar a Correos en un pilar de servicios públicos en un sentido más amplio.
Y eso no es todo. La modernización también contempla la creación de cuentas de pago básicas que permitirán a los usuarios gestionar su dinero de manera más eficiente. Con una tarjeta de prepago asociada, podrán recibir ingresos, hacer pagos y transferencias, o simplemente mantener sus ahorros de forma segura.
Expectativas para el futuro
La aprobación de este plan no solo tiene implicaciones económicas para Correos, sino que también podría establecer un nuevo paradigma sobre cómo las empresas públicas pueden operar en un entorno cambiante, adaptándose a las necesidades del consumidor moderno. Las expectativas son altas, y el tiempo dirá si estas reformas podrán revertir la tendencia de pérdidas y fortalecer el papel de Correos como un actor clave en la economía de España.
En medio de estos cambios, es esencial considerar cómo esta transformación afectará tanto a los empleados como a los usuarios finales. La adaptación a un mercado en constante evolución requerirá no solo una inversión en infraestructura, sino también un compromiso con la innovación y un enfoque en las necesidades cambiantes de la ciudadanía. Las decisiones que se tomen en este sentido sentarán las bases para el futuro de los servicios postales y financieros en el país. La evolución de Correos podría ser solo el comienzo de un panorama más amplio en el que las empresas públicas se reinventan y aportan valor añadido a la sociedad.