La Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc), que representa a más de 34.500 compañías de diversos sectores de la industria y la distribución, ha expresado su preocupación por el impacto que está teniendo la guerra comercial en la economía de España. Durante la reciente Asamblea General de Asociados, marcada por un contexto global cargado de tensiones geopolíticas, se hizo un llamado urgente a avanzar en la construcción de un verdadero mercado único en Europa.
El impacto del consumo en la economía española
Uno de los puntos abordados en el evento fue el crecimiento del consumo en España. Aecoc destacó que en los últimos trimestres de 2024, el consumo superó al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) por primera vez, con un incremento del 3,6% frente al 3,3% del PIB. No obstante, esta tendencia se ha debilitado en 2025, donde el consumo pasó a 3,5% y el crecimiento del PIB cayó al 2,8%, justo antes de la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos.
Este cambio en las dinámicas de consumo y crecimiento es significativo. Al observar estos datos, es inevitable preguntarse: ¿Qué implicaciones tendrá el descenso del crecimiento en el consumo para la economía nacional? La respuesta puede ser crítica, especialmente en un contexto donde las políticas comerciales son cada vez más restrictivas.
Advertencias sobre la guerra comercial
Durante su intervención, el presidente de Aecoc, Ignacio González, hizo hincapié en que el entorno geopolítico ha cambiado de manera “drástica” en muy poco tiempo. Este cambio se debe, en parte, a la política proteccionista del gobierno estadounidense, que ha dado lugar a incertidumbres y presiones sobre la economía española. Según González, el impacto de la guerra comercial ya se empieza a notar, poniendo en riesgo el desarrollo económico que se había observado últimamente.
La preocupación por esta dinámica no es irrelevante. Las tensiones comerciales pueden incidir de manera directa en los precios, la disponibilidad de productos y, en última instancia, la confianza del consumidor. Pero, ¿cómo afectará esto a las empresas en el día a día?
Un llamado a la acción desde Europa
Ante este nuevo escenario, Aecoc ha instado a la Unión Europea a tomar medidas proactivas. González subrayó la importancia de «evitar escaladas en la guerra comercial». Esto sugiere que, en lugar de asentar posiciones defensivas, se deben buscar oportunidades para fomentar la colaboración entre países y avanzar en la construcción de un verdadero mercado único en la región. Esta estrategia podría servir no solo como un escudo contra las tensiones externas, sino también como un motor interno para el crecimiento económico.
Además, también se solicitó al Gobierno de España que brinde mayor protección y apoyo a los sectores más afectados por estas guerras comerciales. La acción coordinada y eficaz es clave ahora más que nunca, ya que la situación económica global se vuelve más incierta.
Una mirada al futuro del mercado único
El desarrollo de un mercado único funcional abarcaría una serie de beneficios. En primer lugar, facilitaría el comercio entre los países miembros y ayudaría a minimizar los efectos negativos de las políticas proteccionistas. En segundo lugar, permitiría a las empresas competir en un entorno más equilibrado, donde la innovación y la eficiencia se convierten en la norma. ¿No sería esto lo que realmente necesita Europa para impulsar su economía?
Las conversaciones sobre la creación de este mercado único no son nuevas, pero el contexto actual podría ser el catalizador que lleve a los líderes europeos a actuar. A medida que avanza el año, será fundamental seguir de cerca cómo las tensiones comerciales continúan influyendo en el escenario económico.
Desafíos y oportunidades en el camino hacia el crecimiento
Además de los retos que las guerras comerciales representan, también emergen oportunidades para las empresas adaptarse y crecer. La resiliencia en el mundo empresarial será crucial. Las empresas que logren ajustarse a las nuevas realidades del mercado y busquen maneras de innovar, quizás podrían beneficiarse en el largo plazo.
Por otro lado, la situación también invita a reflexionar sobre la importancia de la cooperación internacional. Mientras algunos países optan por estrategias unilaterales, la verdad es que la globalización sigue siendo un motor fundamental de crecimiento. Por tanto, apostar por el diálogo y la colaboración podría ser el camino a seguir.
Este contexto de incertidumbre y cambio es un recordatorio de que la economía es un ente vivo y en constante evolución. A medida que avancemos, la clave estará en la capacidad de adaptación y en la búsqueda de soluciones que beneficien tanto a empresas como a consumidores. Mientras el futuro se despliega ante nosotros, queda mucho por hacer y explorar en el ámbito del comercio y la fiscalidad.