Más de 200 empresas de cogeneración están a la espera de las subastas que movilizarán 800 millones de euros de inversión solo en cogeneración, un impulso necesario para fijar la producción industrial en España y fomentar mayores inversiones en capacidades productivas. Estas subastas también dinamizarán la inversión en otras tecnologías y estrategias de descarbonización dentro de las industrias, creando así un entorno más eficiente y sostenible.
La crisis energética y su impacto
El sector de la cogeneración se enfrenta actualmente a grandes desafíos. La crisis energética que ha azotado al continente ha provocado retrasos significativos en el desarrollo del marco de subastas para esos 1.200 megavatios (MW) de cogeneración. Este marco, tramitado por el Ministerio para la Transición Ecológica, ha quedado estancado durante tres años, y en este tiempo, un alarmante 25% de la cogeneración—más de 145 fábricas que suman 1.100 MW—ha agotado su vida útil regulada, quedando así sin retribución. Es una situación que se complicará aún más, ya que se espera que este porcentaje aumente al 50% en los próximos dos años. La Asociación Española de Cogeneración (Acogen) advierte que este escenario podría llevar a «un severo retroceso industrial» en España.
Ante este panorama, surge la necesidad de contar con medidas urgentes. Acogen y Cogen España están presionando tanto en el Congreso de los Diputados como en el Gobierno para que se implemente una medida que permita prolongar por dos años o más la retribución a la operación de las plantas que ya han agotado su vida regulatoria. Mantener la competitividad de estas plantas es fundamental hasta que se materialicen las inversiones correspondientes a las subastas.
Un nuevo liderazgo en Acogen
El contexto del sector también ha estado marcado por cambios en su liderazgo. La Asociación Española de Cogeneración celebró recientemente su Asamblea General, donde se nombró a José Ignacio Castillo como nuevo presidente. Castillo, un ingeniero industrial nacido en Huesca, ha desarrollado toda su carrera en Saica, una multinacional papelera aragonesa. Su experiencia en el campo de la energía lo convierte en una figura clave para liderar los esfuerzos del sector en esta nueva etapa.
Durante su discurso, Castillo destacó el año 2024 como el «año clave» para la cogeneración, anticipando el inicio de una nueva etapa que promete transformar la industria. Subrayó que los cogeneradores se encuentran en un nuevo ciclo que les permitirá contribuir de manera decisiva no solo a la economía industrial, sino también a los sistemas energéticos, aportando eficiencia, competitividad y sostenibilidad.
Un marco de inversión necesario
El objetivo de movilizar 800 millones de euros en inversión a través de las subastas es un paso necesario para que el sector de la cogeneración recupere su impulso. Este capital se destinará a la mejora y ampliación de infraestructuras que soporten una mayor producción, con el objetivo de garantizar un suministro energético confiable mientras se avanza hacia la descarbonización y un modelo energético más diversificado y flexible.
Castillo enfatizó que los retos actuales abren la puerta a oportunidades significativas para innovar y capitalizar la experiencia acumulada por las empresas del sector. La digitalización y la transición hacia energías más limpias son elementos clave en este proceso, y la cogeneración está en una posición única para liderar dicho cambio.
Expectativas a futuro
Con la reiniciación oficial de las tramitaciones para las subastas el pasado 15 de octubre, tanto Acogen como el Ministerio trabajan juntos para asegurar que el nuevo marco de inversión en cogeneración se materialice a inicios de 2025. La colaboración entre el sector privado y el público es esencial para superar los retos actuales y construir un futuro en el que la cogeneración desempeñe un papel vital en el sistema energético español.
La espera por las subastas refleja no solo la urgencia por reactivar economía, sino también la necesidad de adoptar nuevas tecnologías que faciliten la flexibilización de la producción energética. Este contexto se convierte en un llamado para que los inversores dirijan su atención hacia un sector que, a pesar de sus complicaciones, muestra un potencial significativo para contribuir a una economía más verde y sostenible.
Así, el camino hacia la inversión en cogeneración no solo propone un avance industrial, sino que también se entrelaza con la necesidad de adoptar políticas que alineen los intereses económicos y ambientales, contribuyendo así a un futuro más sostenible y equitativo para todos. La evolución de este sector puede ser un indicador clave de cómo las distintas industrias pueden adaptarse y prosperar en un mundo en constante cambio.