El sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda ha emitido una advertencia sobre la efectividad de la reciente propuesta del Gobierno, que consiste en una bonificación del 100% del IRPF para los propietarios que limitan el precio de sus alquileres. Según su análisis, este gesto podría resultar en beneficios “muy moderados” para los asalariados con ingresos que oscilan entre 12.000 y 60.000 euros al año, y el ahorro neto que podrían experimentar se movería entre 67,65 y 347,23 euros con esta reducción.
Limitaciones para los arrendadores
Por un lado, los arrendadores cuyos ingresos están en el tramo más bajo, hasta 12.000 euros, probablemente no se verán beneficiados con la medida. Aunque estos contribuyentes deben presentar la declaración de la Renta, no tributan, y por lo tanto, no tienen incentivos para limitar el alquiler, ya que no obtendrían ningún beneficio fiscal. Esto plantea un escenario donde el esfuerzo por controlar los precios no se traduce en ventajas reales para este grupo.
Por otro lado, la situación se complica aún más para quienes tienen ingresos superiores a 60.000 euros. Estos arrendadores suelen gestionar viviendas más caras. En este caso, gestha señala que no les resulta atractivo limitar el alquiler, pues los beneficios fiscales que obtendrían al vincular los precios al Índice de Precios de Referencia no compensan la pérdida por dejar de aumentar las tarifas conforme al mercado. En lugar de optar por un precio controlado, estos propietarios prefieren mantenerse alineados con las tendencias del mercado inmobiliario.
Propuesta del Gobierno y sus implicaciones
La propuesta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, busca incentivar a los arrendadores a moderar sus precios, pero gestha critica que se trata de una solución que tiene poco impacto en la realidad económica de numerosos contribuyentes. De acuerdo con el análisis de gestha, este enfoque no se ajusta a las necesidades de los arrendadores que se encuentran fuera de los rangos de ingreso intermedios, es decir, tanto los de menor ingreso como los de ingresos muy altos, quedando sin un efecto positivo real.
El hecho de que la medida se extienda a propietarios de diferentes zonas, independientemente de que las áreas estén consideradas como tensionadas, podría no resultar suficiente para incentivar el comportamiento deseado. Aunque la bonificación se une a un catálogo de reducciones ya existentes del 90%, 70%, 60% o 50%, según las circunstancias, la conexión con el Índice de Precios de Referencia parece distanciarse de la realidad del mercado de alquiler.
Perspectivas sobre la fiscalidad del alquiler
Gestha también destaca que la medida llega en un momento en que la presión por controlar los alquileres se intensifica, a la vez que se intenta facilitar el acceso a la vivienda. Sin embargo, el sindicato advierte que, a pesar de las intenciones del Gobierno, es crucial analizar si esta bonificación fiscal realmente logrará mitigar el problema del acceso a la vivienda o si, por el contrario, permanecerá como un mero —y modesto— intento de solución.
El escenario económico actual plantea un dilema: la necesidad de acceder a alquileres asequibles contrasta con el interés de los propietarios en maximizar sus beneficios. Las disyuntivas financieras marcan el pulso de un mercado que, en teoría, se debería beneficiar de una regulación que proteja tanto a inquilinos como a propietarios, pero que, en la práctica, sigue teniendo desafíos significativos.
Reducciones, deducciones y su relevancia
Es importante considerar que la medida de elevar la reducción al 100% por arrendamiento de vivienda habitual no es la única forma de estimular el mercado. Las deducciones por obras de mejora de eficiencia energética en viviendas o edificios residenciales también juegan un papel fundamental. Estas deducciones son opciones que los arrendadores podrían explorar para mejorar la calidad de sus propiedades y, al mismo tiempo, recibir alivios fiscales que les permitan hacer frente a los desafíos de un mercado que exige cada vez más.
Las políticas que promueven la eficiencia energética, por su parte, contribuyen no solo a mitigar el impacto ecológico, sino que también pueden ser un atractivo para inquilinos que valoren un hogar más sostenible. Este enfoque podría ser la clave para que los propietarios encuentren un equilibrio entre su rentabilidad y la necesidad social de acceso a viviendas a precios razonables.
Finalmente, es vital mantener un debate abierto sobre cómo equilibrar los intereses de propietarios e inquilinos en un mercado inmobiliario que sigue en evolución. Las políticas fiscales y de alquiler deben revisarse continuamente, buscando un modelo que no solo beneficie a un sector, sino que, en conjunto, procure un entorno más justo y accesible para todos. Al final, es una cuestión de encontrar soluciones que realmente funcionen para todos los actores involucrados, y eso requiere un análisis profundo y una disposición al cambio.