Banco Santander y CaixaBank se han lanzado este jueves a los mercados de deuda, buscando captar cerca de 2.600 millones de euros a través de diferentes emisiones. Esta es una estrategia común en el sector bancario para fortalecer sus posiciones de capital y financiar sus operaciones. Lo curioso es que ambas entidades han optado por diferentes fórmulas en sus emisiones, lo que demuestra la diversidad de instrumentos financieros disponibles en el actual entorno económico.
Detalles sobre la emisión de CaixaBank
En la primera parte de esta jornada financiera, CaixaBank anunció la colocación de un bono contingente convertible, conocido comúnmente como ‘CoCo’, por un valor de 1.000 millones de euros. Este tipo de bono es considerado capital de nivel 1 adicional (AT1), lo que significa que puede absorber pérdidas y contribuir a la solvencia del banco en momentos críticos.
Un aspecto interesante de este bono es su naturaleza perpetua. Esto quiere decir que no tiene una fecha de vencimiento establecida, aunque la entidad no podrá amortizarlo anticipadamente durante, al menos, los próximos ocho años. Este rasgo le ofrece una gran flexibilidad.
El bono ofrecerá un cupón fijo durante sus primeros diez años, con una revisión programada en 2033. Si no se amortiza antes de esa fecha, el cupón se ajustará cada cinco años, vinculándose a un tipo igual al ‘mid-swap’ más un margen adicional. Se espera que el rendimiento se sitúe alrededor del 6,25%, lo cual es una ligera disminución respecto al 6,625% que se había propuesto inicialmente. ¡Una sobredemanda notable de 3.900 millones de euros ha permitido este ajuste!
Movimientos de Banco Santander
Por su parte, Banco Santander ha tomado también importantes decisiones en el mercado de deuda. Ha emitido un bono senior no preferente, valorado en 500 millones de libras (590 millones de euros), que ofrece un atractivo cupón anual del 5,625%. Lo que destaca de esta colocación es la demanda de 1.350 millones de libras (1.600 millones de euros), que ha permitido reducir el diferencial, partiendo de 140 puntos básicos. Esta disminución refleja el interés generalizado de los inversores en este tipo de deuda.
El bono tiene un plazo de vencimiento de seis años y no podrá ser amortizado anticipadamente antes de que transcurran cinco años. Esta medida es clave, ya que proporciona estabilidad y previsibilidad tanto al banco como a los potenciales inversores.
Además, Santander ha emitido otro bono garantizado de 2.000 millones de euros, dividiendo esta emisión en dos tramos. El primero, de 1.250 millones de euros, tiene un plazo de 3,25 años y ofrece un cupón del 2,625%. Sorprendentemente, la demanda alcanzó los 4.250 millones de euros.
El segundo tramo de Santander
El segundo tramo de esta emisión ha sido igualmente exitoso, con una sobredemanda de 2.700 millones de euros. Ofrece un cupón anual de 2,875% y tiene un plazo de vencimiento de siete años. Este precio se estableció en el ‘mid-swap’ más un diferencial de 50 puntos básicos. Es evidente que hay un apetito fuerte por parte de los inversores, lo que sugiere confianza en la estabilidad y el futuro de Santander.
Para llevar a cabo estas colocaciones, Santander ha contado con el apoyo de destacadas entidades como BMO, Lloyds y NatWest. Esta colaboración entre bancos es un aspecto importante en el mercado, ya que permite diversificar el riesgo y atraer a un mayor número de inversores.
Participación de los colocadores
Por otro lado, CaixaBank ha contado con la colaboración de varios bancos colocadores, incluyendo Barclays, BNP, Citi y Société Générale. Esta sinergia permite a las instituciones financieras maximizar los resultados de sus emisiones, alineándose con la demanda del mercado y ofreciendo atractivas opciones a los inversores.
Al combinar las fuerzas de varias instituciones, tanto CaixaBank como Santander han aumentado sus posibilidades de éxito en estas emisiones de deuda, lo que es una estrategia inteligente en un mercado competitivo. Las cifras hablan por sí mismas: la capacidad de atraer tanto interés por parte de los inversores no es solo un reflejo de la confianza en estos bancos, sino también de un entorno económico que, aunque desafiante, puede ofrecer oportunidades.
Reflexiones finales sobre el mercado de deuda
En resumen, tanto Banco Santander como CaixaBank han dado un paso significativo al recurrir al mercado de deuda, un movimiento que parece responder a la necesidad de asegurar liquidez y fortalecer sus posiciones patrimoniales. Este escenario no solo destaca la salud de estas instituciones bancarias, sino que también incita a los inversores a examinar más a fondo las dinámicas actuales del mercado y las oportunidades que pueden surgir a partir de este tipo de emisiones. Sin duda, la evolución de estas colocaciones tendrá eco en las decisiones de inversión en el futuro cercano.