Sabadell planea tener su decisión sobre una posible venta de TSB ya el 24 de julio. Esta acción, que podría dar un nuevo rumbo a la entidad, implica que el nuevo plan estratégico para el periodo 2025-2027 considerará las proyecciones sobre el cierre de la operación si finalmente se concreta. La importancia de este movimiento no puede subestimarse, ya que podría influir significativamente en el futuro financiero del banco.
Las declaraciones del consejero delegado, César González-Bueno, son esperadas con gran interés. Si bien se ha abstenido de ofrecer fechas concretas, sí ha enfatizado que las proyecciones estarán integradas en el plan estratégico, una jugada que, sin duda, captará la atención de los accionistas y analistas del sector. Además, ha dejado en el aire qué hará el banco con el exceso de capital que podría surgir de esta transacción, aunque asegura que este aspecto también será parte de la estrategia a largo plazo.
Interés en la filial británica TSB
La semana pasada, Sabadell confirmó que había recibido manifestaciones de interés no vinculantes por su filial británica TSB. Este interés ha sido bien recibido en un contexto donde dos entidades prominentes, Santander y Barclays, están en la carrera. El plazo para presentar ofertas se cerrará el próximo 27 de junio, lo que añade un sentido de urgencia a la situación.
Adicionalmente, este movimiento ocurre en medio de la OPA de BBVA por Sabadell, que recientemente ha recibido luz verde del Gobierno bajo la condición de que ambas entidades mantengan autonomía jurídica. Es interesante notar cómo esta dinámica puede afectar la situación de Sabadell, dado el deber de pasividad impuesto por la OPA, que limita las acciones del consejo de administración para frenar la operación.
El consejo y las decisiones futuras
El consejo de administración de Sabadell se enfrenta a una encrucijada: cualquier decisión sobre la venta de TSB debe ser refrendada en una junta de accionistas. Esto es esencial porque si la venta ocurre dentro del plazo de aceptación de la OPA, los accionistas deberán validar la transacción. Sabemos que las decisiones del consejo tienen un impacto profundo y que, por lo tanto, la capacidad de convocar una junta con 30 días de antelación es crucial en este contexto.
González-Bueno ha insistido en la importancia de actuar con cautela, señalando que “no conviene vender la piel del oso antes de tenerlo”. En otras palabras, la posible venta sigue siendo un tema de debate, y el consejo está comprometido a evaluar si esta operación realmente generará valor para los accionistas antes de tomar cualquier decisión final.
Potential upside y el futuro de TSB
Una parte fundamental de la discusión sobre la posible venta de TSB se centra en su rendimiento. Desde que Sabadell adquirió TSB en 2015, la evolución ha sido notable, con una contribución de aproximadamente 253 millones de euros a los resultados del Grupo Sabadell en 2024. Se espera que esta cifra aumente en un 15% para 2025, lo que plantea la pregunta: ¿vale la pena desprenderse de un activo que ha demostrado ser valioso?
González-Bueno también ha subrayado que el grupo ha alcanzado un estado en el que la mejora del valor de TSB es menos significativa en términos relativos. Sin embargo, existen factores positivos que podrían atraer a potenciales compradores, como el decalaje en el impacto de los tipos de interés sobre las cuentas de los bancos británicos, conocido como ‘caterpillar’. Estas sinergias son aspectos que los inversores tendrán en cuenta al evaluar la oferta de Sabadell.
La relación con la OPA de BBVA
Es vital comprender cómo los acontecimientos se entrelazan. La OPA de BBVA impone ciertas restricciones a Sabadell, llevando a un escenario en el que cada acción debe ser cuidadosamente orquestada. Esto abre un campo de incertidumbre sobre cómo responderá el consejo ante la propuesta de BBVA, principalmente si se produce la venta de TSB en paralelo.
El CEO de Sabadell ha expresado su optimismo, afirmando que hay tiempo para contemplar diversas opciones. En sus palabras, el enfoque estratégico se adaptará en función de si TSB se incorpora o no a las proyecciones futuras. Esto demuestra que la administración está dispuesta a ser flexible y a ajustar su ruta en función de las circunstancias del mercado.
Reflexión sobre el futuro de Sabadell
Ante un panorama lleno de incertidumbre, la cuestión que queda flotando es cómo reaccionarán los accionistas y el mercado a estas posibles decisiones. La capacidad de Sabadell para navegar en este entorno en evolución marcará su destino en un sector bancario desafiante.
La historia reciente del banco y el rendimiento de TSB son solo aspectos de un rompecabezas más grande, uno donde cada pieza tiene el potencial de alterar su curso. Al final, la situación de Sabadell no solo afectará a sus accionistas y empleados, sino que también tendrá repercusiones más amplias en el ecosistema financiero. Hay mucho más por venir.