El consejero delegado de Banco Sabadell, César González-Bueno, ha expresado recientemente su opinión sobre la oferta pública de adquisición (OPA) de BBVA, señalando que sigue “descarrilada”. Esta afirmación no es solo una opinión personal, sino que se basa en un conjunto de razones que apoyan esta postura, las cuales merecen ser analizadas.
Rechazo generalizado de la OPA
González-Bueno ha mencionado que no solo hay un rechazo generalizado por parte de los actores económicos, sino que también la acción de BBVA “ha perdido valor para ser moneda de cambio” en esta operación. ¿Qué significa esto para el futuro de la OPA? La combinación de ambos factores sugiere que la propuesta no cuenta con el apoyo necesario para avanzar. En sus palabras, “estas dos razones hacen que sigamos pensando que esta OPA no tiene futuro”.
Además, ha subrayado que la moneda que BBVA plantea utilizar para pagar a los accionistas se ha desvalorizado significativamente. Durante el año en que la OPA ha estado en curso, sus acciones “han perdido muchísimo valor”, lo que pone en duda la viabilidad de la operación. A su juicio, una transacción que enfrenta un rechazo unánime y que, además, carece de un precio que la respalde, se convierte en una propuesta poco sensata.
Falta de transparencia y sinergias cuestionadas
El consejero delegado también ha resaltado otra cuestión fundamental: la falta clara de transparencia por parte de BBVA. Esta opacidad se refiere especialmente a las sinergias implicadas en la operación. “Siempre tuvimos discrepancia respecto al coste de las sinergias en el caso de que hubiese fusión. Si no hay fusión, es un escenario distinto”, ha enfatizado González-Bueno.
La falta de claridad en estos puntos genera incertidumbre y dificultad para los accionistas e inversores interesados. La pregunta que surge aquí es: ¿cómo se espera construir confianza en una operación si no se explican claramente los beneficios y costes asociados?
Metodología de la CNMC en cuestión
Cuando se le cuestionó acerca de la metodología utilizada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en este proceso, González-Bueno fue claro. Afirmó que su opinión sobre el tema siempre ha sido que había “una metodología más actualizada” y distinta que podría haber sido más apropiada para abordar la OPA. A pesar de su crítica, respetó la elección del regulador, lo que demuestra una madurez en el manejo del tema.
Sin embargo, esta diferencia de criterio abre un debate sobre la efectividad de los métodos reguladores en procesos tan complejos como una OPA. ¿Estamos ante un caso donde la falta de un enfoque uniforme puede obstaculizar el progreso del mercado financiero?
Incertidumbre sobre los tiempos de aceptación
González-Bueno también ha reconocido que existe una incertidumbre considerable acerca de los plazos. Afirmó que actualmente “es muy difícil tener visibilidad” sobre el momento en que se abrirá el periodo de aceptación, ya que depende de los tiempos tanto del Ministerio de Economía como del Consejo de Ministros. “Puede ser antes del verano o después del verano”, comentó.
Este tipo de ambigüedad puede resultar frustrante para los accionistas y para la propia entidad financiera, ya que una falta de claridad en los tiempos puede provocar una inestabilidad que afecte a la estrategia de inversión de los involucrados. En el mundo de las finanzas, el tiempo es un elemento crucial que puede influir en la decisión de seguir adelante o no.
Impacto de los ratings en las sinergias
Finalmente, González-Bueno también hizo hincapié en que, de acuerdo con los cálculos de Banco Sabadell, las mejoras en el rating que ha experimentado la entidad durante el último año han cambiado drásticamente la situación. Las sinergias de financiación que BBVA inicialmente valoraba en 100 millones de euros ahora se limitan a “unos 10 o 15 millones de euros”.
Esto no solo refleja una disminución drástica en el potencial de beneficios derivados de una posible fusión, sino que también pone en duda la estrategia de BBVA. En un entorno donde los accionistas buscan maximizar sus inversiones, perder valor en el proceso podría ser un indicativo de que la OPA no es el camino a seguir.
Es evidente que la situación en torno a la OPA de BBVA sobre Banco Sabadell es más compleja de lo que parece. Mientras los actores económicos analizan las declaraciones de González-Bueno, queda claro que la necesidad de una mayor transparencia y claridad es más urgente que nunca. Sin embargo, hay quienes todavía esperan un desenlace más favorable. El futuro de esta OPA podría tener repercusiones significativas en el panorama financiero español, y solo el tiempo dirá cómo se desarrollarán los acontecimientos.