El regulador financiero del Reino Unido ha expresado su intención de facilitar una reducción de la carga regulatoria que recae sobre los bancos y aseguradoras del país. Sin embargo, ha dejado claro que se debe evitar una «competencia a la baja», enfatizando que el avance en la posición del sector no debe implicar la degradación de los estándares. La resiliencia y la competitividad «van de la mano», ha subrayado Sam Woods, máximo responsable de la Autoridad de Regulación Prudencial del Banco de Inglaterra.
Prioridades del regulador financiero
Woods, en su reciente comparecencia ante un comité parlamentario, anunció que el regulador está preparando una propuesta para implementar «un acelerador de inversiones de ajuste de contrapartida». Esta iniciativa tiene como objetivo solventar la cuestión de que, en ocasiones, las aseguradoras requieren realizar inversiones de manera urgente. «La idea es crear un espacio de pruebas (‘sandbox’)», comentó Woods, quien explicó que este marco permitiría que las aseguradoras avancen con las inversiones y busquen la aprobación posterior.
Además, en su discurso, Woods hizo hincapié en la necesidad de reducir la carga de informes que enfrenta el sector asegurador y evaluar qué oportunidades hay para simplificar los requerimientos informativos para los bancos. Esto es crucial en un momento en el que se observa una creciente incertidumbre y complejidad en el entorno financiero, en gran parte derivada de regulaciones anteriores.
El contexto actual de la regulación financiera
«La regulación del sector financiero ha estado en constante evolución durante los últimos años», recordó Woods. Señaló que, en su mayor parte, «salimos de una fase de regulación estricta», lo que sugiere un cambio hacia una revisión y ajuste de las normativas vigentes. Con el Brexit, el regulador tiene mayor control sobre las reglas, y esto le brinda la oportunidad de plantear una revisión crítica de los sistemas implementados en la última década.
El regulador se plantea preguntas importantes como: «¿Hay aspectos en los que hemos ido demasiado lejos? ¿Existen áreas con superposición en las normativas? ¿Son algunos procesos excesivamente complicados?» Según Woods, la respuesta a estas inquietudes será afirmativa en muchos casos, lo que invita a un análisis más profundo sobre el estado actual de la regulación.
Impacto del Brexit en la regulación
Woods también resaltó que, aunque se están considerando cambios para mejorar la competitividad y el crecimiento del sector, estos objetivos se deben abordar sin comprometer la resiliencia y la estabilidad del sistema financiero. «Las crisis financieras son costosas y perjudiciales para el crecimiento», advirtió, reafirmando que, en el centro de toda decisión, debe estar asegurada la solidez del sector.
Recientemente, se eliminó el límite a la remuneración variable de los banqueros en la City, una medida adoptada en el contexto del Brexit. Esta decisión busca mantener Londres como un destino atractivo para ejecutivos de alto nivel, lo que podría revivir las dinámicas de competencia entre ciudades financieras globales.
Simplificación de la normativa para mejorar la competitividad
Las restricciones a los bonos de los banqueros, que fueron implementadas en 2014 cuando el Reino Unido era parte de la Unión Europea, han sido objeto de debate. Bajo estas reglas, los bonos no podían exceder el total de la remuneración fija, a menos que se contara con la autorización de los accionistas. Esta normativa fue diseñada para evitar que los banqueros asumieran riesgos excesivos, algo que se piensa estuvo en la raíz de la crisis financiera de 2008.
Así, es posible que la eliminación de estos límites sea una estrategia para atraer talento y capital nuevamente a Londres, aliviando las preocupaciones sobre la competitividad del sector. Este cambio podría estar dirigido a incentivar a las empresas británicas que en los últimos tiempos han explorado la posibilidad de cotizar en otras plazas bursátiles, eligiendo alternativas al marco regulatorio londinense.
Reformas en la regulación del mercado
Previamente, la Autoridad de Conducta Financiera había anunciado reformas para actualizar el régimen de cotización en el Reino Unido. Estas reformas buscan hacer más competitiva la atracción de empresas para que vuelvan a elegir Londres como su principal centro de operaciones. La retención de empresas y el atractivo del marco financiero son esenciales para garantizar que el Reino Unido permanezca como un líder en el ámbito de los negocios internacionales.
La interacción entre estas reformas regulatorias y la necesidad de mantener altos estándares de seguridad en el sistema financiero plantea importantes desafíos. ¿Cómo se puede encontrar el equilibrio perfecto entre facilitar la competitividad y garantizar un entorno seguro y resistente?
Con el panorama en constante cambio y las nuevas políticas en camino, es fundamental seguir atentamente cómo estas medidas impactarán en el futuro de la regulación financiera en el Reino Unido, un asunto que merece continuar explorándose en los próximos meses. Las decisiones que se tomen en este contexto no solo influirán en el sector financiero británico, sino que también marcarán el rumbo de la economía en general.