La situación actual del sector bancario en Portugal ha generado una considerable discusión, especialmente en relación a la influencia de la banca española. En este contexto, el ministro de Finanzas de Portugal, Joaquim Miranda Sarmento, ha expresado su preocupación por el creciente peso de las entidades españolas en el mercado luso. Según sus palabras, la banca española representa hoy en día aproximadamente un tercio, quizás incluso más, del mercado bancario de Portugal.
Las preocupaciones del gobierno portugués
Miranda Sarmento subraya que, dado el nivel actual de concentración y dependencia de la banca en manos de un solo país, este porcentaje no debería seguir aumentando. A su juicio, una dependencia excesiva podría generar problemas de competencia, lo cual, como él mismo apunta, afectaría la salud del sistema financiero nacional.
El ministro ha enfatizado que el país no está en contra de la presencia española, pero la reducción de la diversidad en el sector bancario es motivo de preocupación. «Siempre que hay concentración y dependencia excesiva de un determinado segmento del mercado, tenemos problemas de competencia», ha manifestado, sugiriendo que el futuro de la banca en Portugal debe contemplar un mayor equilibrio.
La situación de Novo Banco
La decisión sobre el futuro de Novo Banco, que cuenta con una participación del Estado portugués del 25%, recae principalmente en su accionista mayoritario, Lone Star, que posee el 75% del capital. Esto plantea un escenario en el que el Gobierno de Portugal observa de cerca cómo se desarrollan los acontecimientos, especialmente porque cualquier cambio significativo podría impactar no solo en el banco, sino también en el sistema financiero como un todo.
En cuanto a las opciones que podría considerar Lone Star, Miranda Sarmento ha señalado que «las decisiones al respecto serán soluciones de mercado». Esto abriría la puerta a múltiples escenarios, incluyendo la posibilidad de una oferta pública inicial (OPI), donde Lone Star podría realizar una colocación en Bolsa de entre el 25% y el 30% de Novo Banco, manteniendo así una participación del 45% al 50% en la entidad.
El papel de Caixa Geral de Depósitos
Por otro lado, también se ha discutido la postura de Caixa Geral de Depósitos, un banco controlado por el Estado portugués. En este sentido, el ministro ha recordado que la función de Caixa, como accionista, incluye elegir los órganos sociales, definir la política de dividendos y establecer la estrategia de la empresa. A pesar de su control estatal, Caixa opera en el mercado bancario como cualquier otro banco privado, enfatiza Miranda Sarmento.
Esta independencia operativa del equipo directivo es crucial, según el ministro. En el pasado, falencias en este aspecto llevaron a resultados «desastrosos» para Caixa y para los contribuyentes portugueses. Ahora, si Caixa considera viable hacer una propuesta sobre Novo Banco, deberá presentarla al accionista mayoritario, que sería Lone Star, para evaluarla.
Rumores de adquisiciones en el mercado
A principios de mayo, los rumores sobre una posible adquisición de Novo Banco por parte de CaixaBank, presente en Portugal a través de BPI, han comenzado a circular nuevamente. Esto ha generado expectativas en el mercado, sobre todo después de que en febrero Banco Santander descartara su interés por ingresar en la puja.
La situación puede ser influenciada no solo por decisiones de empresas específicas, sino también por la estabilidad económica más amplia en el país y la región. En este panorama cambiante, se espera que las decisiones sobre la concentración en la banca portuguesa sigan acaparando la atención de los analistas y de los agentes económicos.
Explorando el futuro del mercado bancario
Finalmente, es importante señalar que Novo Banco, recientemente, comunicó su disposición a «explorar oportunidades en el mercado de capitales» para diversificar su base accionarial. Sin embargo, su objetivo no es perder su independencia, lo que amplía aún más el debate sobre cómo las decisiones en el ámbito financiero pueden repercutir en la economía nacional.
Además, el acuerdo de capitalización contingente (CCA) que estuvo vigente desde 2017 finalizó a finales del año pasado, lo que permite a Novo Banco repartir dividendos nuevamente, alterando posiblemente las dinámicas de inversión en el sector.
Con todos estos elementos sobre la mesa, el sector bancario en Portugal se encuentra en una situación de constante evolución. La manera en que las entidades gestionen su crecimiento y diversificación no solo influirá en sus resultados, sino que también afectará a la economía nacional en un sentido más amplio. Queda por ver cómo las decisiones que se tomen en los próximos meses moldearán el futuro del sector. La intersección entre dependencias y oportunidades puede ser una línea delgada que definirá el panorama bancario en los años venideros.