La presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, ha compartido su visión sobre el actual panorama financiero durante su intervención en el ‘Foro Expansión’. En un momento donde la incertidumbre parece ser la norma, Kindelán ha enfatizado la importancia de los bancos como «máquinas de gestionar riesgos e incertidumbre». Este papel es más crítico que nunca, especialmente ante la fluctuante política arancelaria del Gobierno de Estados Unidos.
La necesidad de simplificar la regulación bancaria
La regulación bancaria ha sido un tema candente en los últimos años. Kindelán sostiene que es esencial simplificar dicha regulación para permitir que el sector bancario despliegue todo su potencial en la concesión de financiación. ¿Por qué es esto tan crucial? La respuesta es sencilla: impulsar la economía y fomentar la creación de empresas.
En su argumento, la presidenta de la AEB subraya que la sobrecarga regulatoria puede actuar como un freno no solo para los bancos, sino también para las familias y pequeñas empresas que dependen del crédito. «Hay que poner el capital a trabajar para apoyar el crecimiento y el empleo», ha afirmado, apuntando a la necesidad de una regulación más equilibrada.
La fortaleza del sistema bancario español
A pesar de los desafíos, los bancos españoles están en una situación de fortaleza. Kindelán destaca que cumplen holgadamente con los requisitos de capital fijados por los diferentes reguladores, tanto europeos como nacionales. Esta estabilidad se ha logrado en gran parte gracias a una regulación post-crisis que, aunque ha sido favorable para la estabilidad financiera, ha limitado el crecimiento.
Al aumentar constantemente las exigencias de capital, se está restringiendo la capacidad de la banca para proveer créditos. Este fenómeno puede tener repercusiones no solo en el sector financiero, sino en toda la economía. La posibilidad de acceder a financiación adecuada puede determinar la creación de nuevos negocios y, en última instancia, afectar el desarrollo de proyectos innovadores.
Desafíos en un contexto global incierto
La reciente política arancelaria de Estados Unidos ha abierto un escenario de incertidumbre global que debe ser gestionado cuidadosamente. Kindelán observa que, si bien el riesgo de la incertidumbre es palpable, otro riesgo significativo es el de no crecer en un momento clave. «Si un riesgo es la incertidumbre, otro riesgo es no crecer en este momento de manera muy especial», ha enfatizado.
Este contexto añade una capa de complejidad en la toma de decisiones tanto para las entidades bancarias como para las empresas que buscan financiación. Entrar en un ciclo negativo, donde la falta de inversión frena el crecimiento, sería un escenario complicado. En este sentido, el papel de las entidades financieras se vuelve crucial para encontrar un camino a seguir.
El papel activo de los bancos en la economía
Los bancos no solo son actores financieros; son facilitadores de crecimiento. La presidenta de la AEB argumenta que, para maximizar su impacto positivo en la economía, es imperativo que las entidades financieras puedan operar de una manera que minimice las restricciones impuestas por la regulación actual. Pero, ¿cómo lograr esto sin comprometer la estabilidad financiera?
Una posible solución radica en revisar y ajustar las regulaciones para que puedan ser más flexibles y adaptativas a las necesidades del mercado actual. Esto, por supuesto, requiere un esfuerzo coordinado entre las instituciones bancarias y los organismos reguladores para encontrar el balance perfecto entre seguridad y oportunidad.
La importancia del crecimiento sostenible
Finalmente, Kindelán enfatiza que el crecimiento no debe ser solo cuantitativo, sino también cualitativo. Debe centrarse en un desarrollo que beneficie a toda la sociedad, garantizando que todas las familias y pequeñas empresas tengan acceso a las herramientas que les permitan prosperar.
Un enfoque inclusivo y sostenible del crecimiento no solo contribuirá a la estabilidad del sistema bancario, sino que también promoverá proyectos innovadores que puedan surgir del tejido empresarial. La colaboración entre el sector financiero y el mundo empresarial será clave para superar estos momentos inciertos y avanzar hacia un futuro más próspero.
Cada una de estas reflexiones sobre el papel de la banca en el crecimiento económico invita a considerar cómo todos, desde los reguladores hasta los propios ciudadanos, podemos contribuir a crear un ambiente más propicio para la inversión y el emprendimiento. La necesidad de mantenerse informado sobre estos temas nunca ha sido tan relevante.