El impacto de la DANA en la economía y la financiación del Levante
El Banco de España ha alertado recientemente sobre la gestión de las consecuencias económico-financieras de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que afectó al Levante español en otoño de 2024. Según su análisis, esta gestión «está aún lejos de darse por concluida», lo que subraya la necesidad de un seguimiento minucioso de la situación en los próximos meses. Esta incertidumbre se convierte en un recordatorio de cómo fenómenos naturales pueden alterar drásticamente la estabilidad financiera de una región.
El análisis del Banco de España
En su reciente publicación, titulada ‘El impacto de la DANA de otoño de 2024 desde una perspectiva de estabilidad financiera’, el Banco de España ha asegurado que, hasta ahora, el impacto sobre la estabilidad financiera ha sido «muy contenido». Este análisis toma como referencia la provincia de Valencia, la más afectada por la catástrofe, y señala que las exposiciones de crédito afectadas representan solo un porcentaje «pequeño» del total a nivel nacional.
Es interesante observar que, a finales de septiembre de 2024, antes de la llegada de la DANA, la exposición del sector bancario se situaba en aproximadamente 27.000 millones de euros en los municipios afectados. Esta cifra se divide en 17.000 millones de euros correspondientes a hogares y 10.000 millones a empresas no financieras, lo que equivale a un 2,6% del total de crédito a hogares a nivel nacional y 1,7% para las empresas. Esto pone en perspectiva la magnitud del impacto financiero en comparación con el total nacional.
Costes y consecuencias humanas
El fenómeno de la DANA fue considerado una «tragedia con un elevado coste en términos humanos», resultando en 235 víctimas mortales y daños materiales considerados «devastadores». Sin embargo, el análisis sugiere que gracias a las medidas mitigadoras adoptadas por las Administraciones Públicas, tanto a nivel central como autonómico, el impacto en la estabilidad financiera ha sido limitado.
Por ejemplo, dentro del crédito a hogares, se revela que el 73,7% estaba destinado a la vivienda, un monto cercano a 12.900 millones de euros, mientras que el 10,5% se utilizó para consumo. En el caso de las empresas, se observa que 56% del crédito afectado pertenece a pequeñas y medianas empresas (pymes), totalizando 5.700 millones de euros, un 2,5% del total nacional de crédito a este sector. Este desglose permite entender los puntos más vulnerables y las prioridades de ayuda, tanto para hogares como para empresas.
Patrones diferenciados en crecimiento del crédito
A medida que laterales las consecuencias de la DANA, el Banco de España ha notado «patrones diferenciados» en el crecimiento del crédito en las zonas afectadas. Desde diciembre de 2024, se ha observado un crecimiento más elevado del crédito a hogares y empresas comparadas con otras áreas socioeconómicas no afectadas. Esta tendencia podría contribuir a mitigar los efectos económicos adversos, aunque la calidad crediticia ha mostrado una evolución diferenciada, reflejando una posible preocupación.
Se menciona que ha habido un «aumento limitado» en los créditos dudosos y un «repunte transitorio» de los clasificados en vigilancia especial. Estos efectos son de carácter local y, hasta ahora, no han generado señales de riesgo sistémico para el sector bancario. En este contexto, se plantean interrogantes sobre cómo podría evolucionar la situación en los próximos meses.
Medidas de apoyo y su eficacia
Las medidas de apoyo público han desempeñado un papel «crucial» en la mitigación del impacto financiero de la DANA. De acuerdo con el análisis, el nivel de desarrollo económico, la eficacia de las medidas de ayuda, la cobertura de seguros y el acceso al crédito son «determinantes clave» para suavizar el impacto de desastres naturales en la población afectada. Para poner en contexto estas afirmaciones, se reporta que hasta marzo de 2025 se habían concedido avales por un importe de 516,74 millones de euros, lo que implica un total de 2.074 operaciones con un importe medio aproximado de 249.000 euros.
Este flujo de nueva financiación representa en torno al 42% de los dos primeros tramos aprobados por el Gobierno y cerca del 10,3% del importe máximo previsto para este programa de avales, que es de 5.000 millones de euros. De hecho, se estima que este apoyo financiero equivale a un 1,9% del saldo total de crédito a hogares y empresas en las áreas afectadas. ¿Cuáles serán los efectos a largo plazo de esta inyección financiera?
Riesgos futuros y vigilancia continua
El Banco de España también ha hecho hincapié en que, ante la posibilidad de que eventos como la DANA se conviertan en más frecuentes, las intervenciones públicas podrían enfrentarse a desafíos fiscales significativos. Citando ejemplos de catástrofes anteriores, como el terremoto de Lorca en 2011, se hace un llamado a la prudencia y a la vigilancia continua de la situación para evitar que se desborden las consecuencias económico-financieras de este fenómeno.
Asimismo, reitera que estará «particularmente atento» a la evolución futura del riesgo de crédito empresarial, así como a la clasificación de empresas en vigilancia especial y dudosas. El objetivo es promover «actuaciones oportunas» que faciliten un «retorno seguro a la normalidad financiera» en las zonas afectadas por la DANA.
La situación en el Levante español post-DANA es una invitación a reflexionar sobre la estructura resiliente de nuestro sistema financiero. Es un recordatorio de que, aunque las cifras pueden parecer consoladoras, todavía queda camino por recorrer. El futuro traerá desafíos que requerirán un compromiso continuo hacia la estabilidad económica y la solidaridad social.