Un ‘rider’ que trabajó para ambas plataformas en Málaga ha asegurado que para Glovo realizó unas 10 a 12 horas diarias, con una compensación máxima de 60 a 70 euros. Este panorama laboral no es aislado, y refleja las experiencias de muchos otros repartidores. Para desempeñar su labor, tuvo que darse de alta como autónomo y aceptar unas condiciones que no pudo modificar. Curiosamente, era Glovo quien le pagaba directamente y emitía sus facturas cada quince días, ya que él no podía hacerlo por falta de los domicilios sociales de las empresas.
Además, utilizaba su propio móvil y una mochila comprada a Glovo, por la cual también tuvo que desembolsar dinero. La situación se hacía aún más compleja, ya que la empresa planteaba retos que prometían mayores ingresos si se alcanzaba un número determinado de entregas en un plazo específico. Sin embargo, muchos, como este ‘rider’, eventualmente abandonaron la idea de completar estos desafíos, reconociendo que era imposible lograrlo.
Just Eat y la competencia desleal
El director general de Just Eat en España desde 2023, Íñigo Barea, expone que su compañía presentó una demanda contra Glovo por competencia desleal. La razón central de la disputa radica en la alegación de que Glovo contrata a sus ‘riders’ como falsos autónomos; en consecuencia, Just Eat reclama unos 295 millones de euros por daños y perjuicios. Esta información fue revelada durante una sesión del juicio en el Juzgado Mercantil 2 de Barcelona.
Barea argumenta que Glovo instó a restaurantes a «prescindir de sus repartidores», adoptando un modelo que se basa en la figura del autónomo, lo cual ha impactado significativamente en la operativa de Just Eat. Él señala que las desventajas inherentes a la contratación de empleados son evidentes, dado que implican costes adicionales, tales como pagar a los ‘riders’ por el tiempo muerto y las obligaciones de la Seguridad Social.
Los desafíos del modelo de negocio
En un entorno donde cada céntimo cuenta, la estrategia de Glovo de emplear autónomos les ha permitido mantener costes bajos. Barea destaca que esto los hace «mucho más agresivos» en términos de precios, erosionando los márgenes de beneficio y obligando a Just Eat a realizar esfuerzos desmesurados para competir. Explica que, si un pedido se realiza a través de un marketplace, el margen puede rondar entre 2 y 3 euros, cantidad que no se puede trasladar al consumidor ni al establecimiento sin arriesgar pérdidas significativas.
La realidad se agrava cuando se considera el impacto en la capacidad de negociación de Just Eat. Al tener que asumir el pago de sus repartidores, no pueden ofrecer contratos de exclusividad a cadenas de restaurantes, algo que sí hace Glovo. El coste de establecer acuerdos exclusivos se traduce, según Barea, en «varios millones de euros», un gasto que Just Eat no puede permitirse.
Impacto en los restaurantes
El testimonio de un responsable de una cadena de restaurantes en Barcelona revela cómo esta situación ha afectado sus decisiones empresariales. Este profesional, que previamente tuvo una flota de 20 ‘riders’, se vio forzado a subcontratar debido a la imposibilidad de competir con los precios de Glovo. Según su relato, Glovo incluso envió notificaciones indicando que, en un plazo corto, los restaurantes no podrían repartir demanda que no involucrara a sus ‘riders’.
Además, le exigieron que facturara a cada uno de los ‘riders’, una solicitud considerada «inasumible» por el empresario, quien ya estaba lidiando con la creciente presión de costos. Tal feedback ilustra la complejidad del actual ecosistema de entrega de comida a domicilio, donde las decisiones de los restaurantes deben alinearse con las tácticas comerciales de las plataformas de entrega.
Promociones y estrategias comerciales
En este contexto, Just Eat también enfrenta retos en la negociación de descuentos y promociones. Barea indicó que intenta que sean los establecimientos los que asuman el costo de estas iniciativas. Sin embargo, muchas grandes marcas prefieren otros servicios de entrega, argumentando que, dado que Just Eat no cubre toda la geografía necesaria, preferirían invertir en plataformas que si lo hagan.
Esto obliga a Just Eat a, en ocasiones, cubrir ellos mismos el costo de promociones como el 2×1 en hamburguesas para no perder contratos importantes. Así, la tensión entre el modelo de empleado y autónomo no solo afecta a los ‘riders’, sino que también transforma la dinámica de las relaciones comerciales con los restaurantes.
Un vistazo al futuro
Con un testimonio de empleados y datos sobre las prácticas de contratación, la situación en el mundo de los ‘riders’ en España está siendo reevaluada. La audiencia sigue y se anticipa que los representantes de Glovo declararán próximamente. Con toda esta información, es posible que el sector de la entrega a domicilio siga evolucionando y generando debate sobre la mejor forma de operar para beneficiar a todas las partes involucradas.
A medida que las tensiones entre plataformas y trabajadores se intensifican, surge la necesidad de reflexionar sobre el impacto de estos modelos de negocio en la economía local y el bienestar de los trabajadores. Las decisiones que se tomen hoy podrían moldear el futuro del mercado de delivery, obligando a todos a replantear cómo enfrentar desafíos y encontrar un enfoque más equilibrado y sostenible.