La situación del capital riesgo ha cambiado significativamente en 2025, relegando las fusiones y adquisiciones a un segundo plano. Según un reciente estudio, solo un 9% de los líderes de la industria la considera una vía prioritaria para crear valor. Este fenómeno podría reflejar la tendencia actual de las empresas a optar por estrategias más convencionales, en lugar de arriesgarse con las complejidades de las operaciones de fusiones y adquisiciones.
El impacto de la inteligencia artificial en las operaciones empresariales
La inteligencia artificial (IA) ha ganado una notable relevancia en el contexto actual, apareciendo como la principal prioridad estratégica del año. Los datos indican que la IA se está convirtiendo en un factor crucial para preparar futuras desinversiones. Sin embargo, persiste una paradoja interesante: a pesar de su importancia, la IA sigue siendo una de las herramientas menos usadas y más desafiantes de implementar.
Esta dualidad plantea un dilema atractivo para las empresas. ¿Cómo pueden aprovechar una herramienta tan potente sin sentir la presión de la complejidad que conlleva? Tal vez la respuesta radique en la educación y en la capacitación continua que los profesionales deben tener en torno a su uso.
Estrategias tradicionales versus innovadoras
El análisis revela que las compañías se centran en estrategias tradicionales de optimización, como la reducción de costes y la mejora de la cadena de suministro. Estas estrategias todavía son consideradas valiosas por muchas, pero ¿realmente son suficientes para generar un crecimiento sostenible?
Los autores del estudio destacan que las palancas de crecimiento, como las operaciones de fusiones y adquisiciones, están en un segundo plano debido a los retos que implican. De hecho, un 67% de los encuestados sostiene que conseguir el valor esperado en estas operaciones lleva más de un año, lo que sugiere que este enfoque podría no ser el más eficiente en términos de tiempo y recursos.
Además, el estudio señala que la ejecución de operaciones de fusiones y adquisiciones es complicada y cualquier fallo puede socavar el valor. Esto resalta la necesidad de un esfuerzo colectivo y bien dirigido para garantizar el éxito en este tipo de estrategias.
La tecnología como palanca clave
En el ámbito más amplio, se ha observado que la tecnología y la informática son consideradas las principales palancas de creación de valor. El 84% de los encuestados utiliza tecnología de manera habitual, y un 77% admite que su eficacia supera la media en términos de generación de valor. Esto hace que la tecnología se posicione no solo como un apoyo, sino como el motor principal de las operaciones empresariales actuales.
Sin embargo, no todo es optimismo en este campo. Las herramientas orientadas a aumentar ingresos como la optimización de precios, la IA y el marketing siguen siendo usadas con poca frecuencia. Otras métricas reflejan que solo entre el 23% y el 28% de empresas emplean estas palancas «muy a menudo» para crear valor. Esta baja utilización podría sugerir una falta de conocimiento sobre cómo integrar eficazmente estas estrategias en la práctica.
Confianza en la ejecución y complejidad de las estrategias de crecimiento
Otro dato que el informe destaca es la baja confianza en la ejecución como palanca de valor. Esto indica que la complejidad y las demandas de recursos relacionadas con las estrategias de crecimiento son consideraciones que deben tomarse en cuenta. ¿Estamos quizás ante un campo minado de oportunidades que, sin la preparación adecuada, pueden convertirse en obstáculos?
La percepción de dificultad puede estar desalentando a muchas empresas a invertir recursos en mejoras ambiciosas a largo plazo. En un mundo donde la velocidad y la adaptabilidad son fundamentales, la capacidad de ejecutar eficazmente las estrategias se convierte en un desafío que sencilla y preocupantemente puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Importancia de un enfoque claro hacia la creación de valor
Ramón Baeza, senior managing director, recalca que en este clima empresarial es crucial para las empresas centrarse en su plan de creación de valor para el accionista. Un enfoque claro puede significar la diferencia entre el estancamiento y el crecimiento real en la cotización de sus acciones. Sin duda, su mensaje invita a reflexionar sobre si los líderes están realmente enfocados en maximizar el rendimiento de sus operaciones estratégicas.
La síntesis de esta situación se evidencia en la creciente relevancia de la IA. Baeza enfatiza que en el ámbito de las fusiones y adquisiciones, la IA está redefiniendo las reglas del juego. No se trata solo de implementar tecnología, sino de hacerlo de tal forma que se impulse la eficiencia y se permita que los profesionales se concentren en innovaciones significativas.
En este contexto, los líderes deben replantearse las herramientas y estrategias que eligen utilizar. La intersección entre inteligencia artificial y operaciones de negocios es un espacio que se expandirá y evolucionará con el tiempo. ¿Estamos preparados para navegar por este nuevo paisaje de oportunidades mientras gestionamos efectivamente los riesgos asociados? Observar el desarrollo de esta dinámica será intrigante y podría poner a prueba la capacidad de adaptación de las organizaciones en un mundo en constante cambio.