El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha realizado cambios significativos en su lista de empresas militares chinas. En este contexto, ha añadido a gigantes tecnológicos como Tencent y el fabricante de baterías Contemporary Amperex Technology (CATL) a su registro de «compañías militares chinas». Esta decisión ha tenido un impacto inmediato en el mercado, donde las acciones de Tencent han caído más de un 7% y las de CATL casi un 3%. Ambas empresas, por su parte, han calificado esta inclusión como “un error”.
La lista del Pentágono y sus implicaciones
El documento que establece esta lista, conocido como la Sección 1260H de la Ley de Autorización de Defensa Nacional de 2021, es publicado anualmente por el Pentágono y se actualiza hasta el 31 de diciembre. En él se identifican más de 130 empresas en China que supuestamente tienen vínculos con el Ejército Popular de China. Este control es parte de una estrategia mayor para restringir la cooperación militar y tecnológica entre Estados Unidos y su rival geopolítico.
Entre las empresas chinas que figuran en esta lista se encuentran nombres reconocidos como Huawei, Semiconductor Manufacturing International Corporation (SMIC) y China Mobile Communications, entre otros. Esto muestra la preocupación de Estados Unidos sobre el papel de estas empresas en el ámbito militar, aunque en muchos casos, las empresas afectadas argumentan que su enfoque es estrictamente civil.
Reacciones de Tencent y CATL
La respuesta de Tencent fue clara y contundente. En un comunicado, la compañía afirmó: “obviamente es un error” estar en esta lista. Además, enfatizó que “no somos una empresa militar ni un proveedor militar”. La firma también mencionó su intención de trabajar con las autoridades estadounidenses para entender y resolver lo que consideran un malentendido.
Por su parte, CATL, un actor clave en la industria de las baterías, también se manifestó al respecto. Desde la empresa, se destacó que su actividad no involucra ningún tipo de participación militar, lo que refuerza su posición como líder en el sector de tecnologías limpias y sostenibles.
Consecuencias de estar en la lista negra
Aunque la inclusión en esta lista no conlleva sanciones legales directas, sí representa un riesgo considerable para la reputación de las empresas. La posibilidad de no poder mantener contratos gubernamentales es un desafío que podría afectar sus operaciones a largo plazo.
El Pentágono ha indicado que a partir de junio de 2026, no podrá contratar a las empresas que figuran en esta lista. Más allá de eso, desde 2027, Estados Unidos tampoco podrá adquirir bienes o servicios que incluyan a estas empresas en sus cadenas de suministro. Esto podría traducirse en un impacto significativo en el flujo de negocios y alianzas estratégicas que estas empresas tienen en el mercado internacional.
Empresas que han sido removidas de la lista
No todo ha sido negativo en esta reevaluación. El Departamento de Defensa también ha tomado la decisión de retirar de su lista negra a una serie de empresas chinas, incluyendo nombres como Beijing Megvii Technology y China Telecommunications Corporation. Esto podría sugerir un cambio en la relación entre Estados Unidos y algunas de estas firmas, abriendo la puerta al diálogo y futuras colaboraciones en áreas no militares.
Las decisiones, tanto de inclusión como de exclusión, son parte de un panorama más amplio de tensión entre Estados Unidos y China. En los últimos años, las relaciones bilaterales han fluctuado debido a disputas comerciales y preocupaciones sobre seguridad nacional en torno a la tecnología.
El futuro de las relaciones comerciales
Mirando hacia adelante, es fundamental considerar cómo estas decisiones impactarán el panorama económico global. La industria tecnológica y la innovación se han convertido en campos de batalla clave entre las dos superpotencias. La presión sobre empresas que operan en ambos países podría alterar el eco de la cooperación internacional en múltiples sectores.
Si bien la estrategia de Estados Unidos parece estar dirigida a contener el crecimiento de empresas chinas en sectores críticos, el futuro económico dependerá de cómo respondan estas empresas al nuevo entorno regulador. La posibilidad de fomentar la innovación local en lugar de depender de colaboraciones internacionales podría ser una vía que muchos están empezando a explorar.
Las decisiones que están tomando los gobiernos en cuanto a sus políticas empresariales y de defensa son testimonio de cómo la economía, la política y la tecnología se entrelazan en un mundo cada vez más interconectado. Lo que está claro es que el escenario actual requiere una vigilancia constante y un análisis profundo de las acciones de ambas partes en el conflicto económico y tecnológico que se avecina. La cuestión es cómo se adaptarán tanto las empresas como los gobiernos ante estos desafíos reales y percepciones crecientes de rivalidad.