En un entorno económico marcado por la incertidumbre, la mirada de los inversores se ha desplazado hacia Europa, donde, según DWS, brazo de inversión de Deutsche Bank, las expectativas son más alentadoras. En un reciente encuentro con los medios, el responsable de la sucursal española, Mariano Arenillas, destacó la preferencia por los mercados europeos debido a la alta volatilidad en Estados Unidos y otros desafíos que enfrenta la economía americana.
El contexto de Estados Unidos y sus desafíos
Estados Unidos se encuentra en una encrucijada. Con un dólar debilitado, una sostenibilidad fiscal cuestionada y una probabilidad de recesión del 50%, la situación es preocupante. Los expertos de DWS han señalado que, para los próximos 4 o 5 años, Estados Unidos necesita emitir más de 15 billones de dólares en deuda que vencerá, lo que representa un desafío significativo. Esta realidad ha llevado a Arenillas a afirmar que el nivel de déficit, que ronda el 7% del PIB, «claramente no es sostenible».
En este contexto, se vislumbra la necesidad de una rápida bajada de tipos de interés, algo que el presidente Donald Trump está presionando para que suceda. La facilidad de emitir deuda se torna crucial en un momento en que la inflación podría rebrota hasta el 4% en otoño. Por otro lado, se espera que la tasa media de aranceles impuestos por la Casa Blanca se sitúe en el 15%.
Europa: un cambio de dirección para la inversión
Frente a estos desafíos en Estados Unidos, la estrategia de inversión se reorienta hacia Europa. Arenillas subraya la importancia de diversificar y no concentrar recursos en un solo lugar. La situación en el Viejo Continente presenta catalizadores positivos que pueden fomentar el crecimiento. A destacar los planes fiscales e inversiones significativas lideradas por Alemania, además del papel del Banco Central Europeo (BCE), que elevará los tipos de interés hacia un nivel de neutralidad previsto en el 1,75%.
«Pensamos que Alemania está en un punto de inflexión», indicó Arenillas al abordar el futuro del país. La economía alemana, de gran relevancia en el contexto europeo, parece dejar atrás lo peor en su sector manufacturero. Además, el clima empresarial en Alemania se refuerza por los planes de gasto que se están implementando. Este cambio puede colocar al país como la locomotora de Europa, con previsiones de crecimiento del 1,6% para 2026.
Oportunidades de inversión en Europa
En términos de rentabilidad, el ámbito europeo se presenta como atractivo. Según DWS, se prevé que el mercado europeo suba un 7% en el próximo año, y se están recomendando especialmente las empresas de tamaño mediano y pequeño, así como los sectores de salud y financiero. Por el contrario, el panorama en EE. UU. plantea un espacio limitado para revalorizaciones, lo que impulsa a los inversores a mirar hacia el otro lado del Atlántico.
En cuanto a la renta fija, Arenillas expresó su optimismo. A pesar de la baja de tipos, aún existen oportunidades que pueden superar la inflación, especialmente a través de bonos corporativos europeos de alta calidad. Los inversores pueden encontrar rentabilidades esperadas de aproximadamente 3%, lo que se muestra atractivo. Además, algunos bonos ofrecen rendimientos superiores a los dividendos de las empresas, un dato que no debe pasarse por alto.
Desafíos y nuevas medidas en Europa
Sin embargo, para que estas previsiones se materialicen, Arenillas apunta que es fundamental un «espíritu político» que favorezca la flexibilidad fiscal. La afirmación de que «el dinero no es patriótico; se va donde hay rentabilidad» resuena con fuerza en este contexto. Es esencial implementar políticas que estimulen la inversión de los ciudadanos y entidades europeas en sus propias economías y empresas.
Como parte de las iniciativas en estudio, se destaca la etiqueta europea para productos financieros, que podría ofrecer un tratamiento fiscal mejorado a quienes inviertan en Europa. De igual manera, una cuenta de inversión orientada al mercado minorista podría despertar mayor interés en las inversiones locales. «Todo depende de cómo se estructuren estos paquetes normativos que esperamos ver en el horizonte», concluyó Arenillas, dejando el tema abierto a la evolución de políticas y medidas públicas.
Reflexión final
Con un panorama mundial en constante cambio y desafíos significativos tanto en Estados Unidos como en Europa, es vital que los inversores mantengan una mirada atenta y flexible ante las oportunidades emergentes. La revolución en políticas fiscales y la inversión en el Viejo Continente son factores clave que podrían redefinir el futuro económico, y es allí, en el entrelazado de decisiones políticas y el deseo de rentabilidad, donde se abren posibilidades para un crecimiento sostenido. La pregunta no es solo cómo navegar este camino, sino también qué oportunidades se pueden descubrir en medio de esta transición.