La posibilidad de que el Gobierno de España haga permanente el impuesto temporal a la banca ha generado una fuerte ola de críticas en el sector financiero. La presidenta de Banco Santander, Ana Botín, ha manifestado su oposición al gravamen, advirtiendo que este va «directamente en contra del crecimiento económico». Durante su participación en el Encuentro Anual del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) que tiene lugar en Washington DC, Botín ha enfatizado que es fundamental que los gobiernos comprendan que para financiar el modelo europeo, es imperativo que las empresas sean capaces de generar beneficios.
Las reacciones no se han hecho esperar. Hoy mismo, las patronales bancarias AEB y CECA han manifestado su rechazo a la posibilidad de que el impuesto extraordinario sobre el sector bancario, que fue aprobado hace dos años, se convierta en un gravamen permanente. Este impuesto, que tiene como fecha de caducidad el año 2025, ya había sido prorrogado a finales de 2023. Ante la creciente preocupación, las patronales han emitido un comunicado destacando su «más enérgico rechazo» a esta medida, subrayando el impacto negativo que tendría tanto para la industria bancaria como para la economía española en su conjunto.
Las consecuencias del impuesto temporal
Desde su anuncio en julio de 2022, el gravamen a la banca ha sido controversial. Las entidades financieras han cuestionado el concepto de «beneficios extraordinarios», argumentando que estos son el resultado del ciclo de aumento de tipos de interés aplicado por el Banco Central Europeo (BCE) para contrarrestar la inflación, que ha llevado a un aumento en sus márgenes de ganancias. No obstante, muchos expertos resaltan el papel de la regulación en el equilibrio del sector.
Además, los límites impuestos a la banca, que establecen 800 millones de euros en ingresos (considerando márgenes netos de intereses y comisiones) como umbral para graver a los grandes bancos, han sido objeto de críticas. Se acusa a esta medida de favorecer a entidades menores que podrían captar mayores cuotas de mercado aprovechando el espacio de maniobra que les permite estar fuera del alcance de este impuesto.
Las patronales bancarias, AEB y CECA, han llevado la voz de su desacuerdo hasta la Audiencia Nacional, presentando recursos legales no solo por este impuesto, sino también por las implicaciones que tiene en otros sectores, como el energético. En el caso de estas empresas, existe la posibilidad de acceder a deducciones fiscales si realizan inversiones sustentables.
Perspectivas del sector bancario
Botín no se detuvo en su rechazo al impuesto, sino que también destacó la necesidad de que el sector bancario mantenga su capacidad para generar crecimiento y empleo. En su discurso, la presidenta de Banco Santander enfatizó que el futuro del modelo europeo depende de la salud financiera de las empresas. «Si les quitamos la capacidad de generar recursos, no podremos sostener el estado de bienestar», afirmó, dejando claro su punto de vista sobre el impacto que tendría el impuesto en el panorama económico.
La eliminación del gravamen temporal sería un paso hacia la estabilidad que muchos en la banca consideran crucial en este período de incertidumbre económica. Ella misma reflexionó sobre las medidas que se deben adoptar para que el sistema financiero sea una palanca del crecimiento, destacando además que «los modelos de negocio no pueden ahogarse».
Openbank y la innovación digital
Otra de las áreas donde Botín ha centrado su atención es el reciente lanzamiento de Openbank en Estados Unidos, que ofrece depósitos con un alto rendimiento de 5,25%. Durante el encuentro en Washington, la presidenta de Banco Santander invitó a los asistentes a visitar España no solo por turismo, sino también para conocer sus innovaciones financieras. «Contraté a un hombre de Amazon y le dije que tenía un papel en blanco para construir una nueva banca tecnológica», explicó, señalando la ambición que subyace a este proyecto.
La estrategia de Santander para Openbank está orientada a ofrecer una gama completa de servicios digitales para finales de 2025. Botín asegura que esto marcará una diferencia en el competitivo mercado estadounidense, que actualmente está dominado por grandes nombres como JP Morgan. Con un toque de humor, mencionó que «no espero atraer a muchos clientes de JP Morgan, pero confío en que algunos vendrán».
Este esfuerzo en la innovación es parte de la estrategia más amplia de Banco Santander para adaptarse a un entorno financiero en rápida evolución, donde la digitalización es un elemento clave para atraer a un público más amplio y diverso.
Los comentarios y acciones de Botín subrayan una visión de futuro para la banca que busca adaptarse a la realidad del mercado y las exigencias de los consumidores del siglo XXI. Sin duda, la competitividad y la capacidad de innovación serán factores determinantes en la búsqueda del éxito en el dinámico mundo financiero actual.
La combinación de una postura crítica hacia la presión fiscal y una proactiva estrategia en el ámbito digital pone de relieve los retos y oportunidades que enfrenta la banca española en un contexto cambiante. En definitiva, queda por ver cómo se desarrollará esta situación y qué medidas adoptará el Gobierno ante un sector que no parece dispuesto a sacrificarse para sufragar un modelo que, hasta la fecha, no ha demostrado ser sostenible a largo plazo. Sin duda, la forma en que se resuelva este dilema tendrá un impacto profundo en el futuro del sistema financiero y de la economía española en su conjunto.