BBVA se encuentra en un momento crucial, anticipando un año 2025 repleto de desafíos. La búsqueda de rentabilidad se volverá cada vez más compleja en un entorno donde los tipos de interés son notablemente más bajos que en años anteriores. Además de estos retos generales que afectan a todos los bancos españoles y europeos, hay un asunto específico que destaca: la OPA y la posterior fusión que pretende llevar a cabo sobre Banco Sabadell. Este movimiento estratégico tiene como objetivo aumentar la escala y presencia de BBVA en el competitivo mercado bancario español.
Historia de la OPA
A principios de mayo, tras un primer intento de fusión que fue rechazado por el consejo de administración de Banco Sabadell, BBVA decidió llevar su propuesta a los accionistas mediante una OPA de carácter ‘hostil’. En este contexto, han pasado ya siete meses desde que se planteó esta oferta formal. A través de la OPA, BBVA busca adquirir el control de Banco Sabadell y, así, establecerse como un jugador más fuerte en el sector. Las expectativas son altas y, para dar luz verde a la operación, BBVA ha presentado un cronograma que incluye la obtención de autorizaciones necesarias en un plazo máximo de ocho meses.
Para que la operación sea efectiva, BBVA necesita alcanzar una aceptación del 50,01% del capital de Banco Sabadell, aunque la OPA se lanzará sobre el 100% de las acciones. Este es un paso crítico en su estrategia, ya que el éxito de la fusión no solo depende de lograr la aprobación de los accionistas, sino también de las autorizaciones de organismos reguladores como el Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC).
La situación de las autorizaciones
Para cerrar el año 2024, BBVA logró recibir la ‘no oposición’ del BCE, lo que asegura la solvencia de la entidad fusionada, así como el visto bueno de la Autoridad Prudencial británica. Sin embargo, para 2025 se mantienen en el aire dos autorizaciones fundamentales: las de la CNMC y la CNMV. Este último, aunque puede aprobar el folleto de la OPA sin el visto bueno de Competencia, ha decidido esperar el dictamen sobre la concentración bancaria para que los inversores acudan a la operación con la mejor información disponible.
Esto sugiere que la operación está lejos de ser una consecuencia directa, ya que la CNMC ha elevado el análisis a fase 2, una decisión que implica una evaluación más exhaustiva sobre el posible impacto de la OPA en la competencia del sistema bancario en España. ¿Qué significa esto para el futuro de BBVA y Banco Sabadell? La respuesta no es sencilla, dado que se examinará la estructura competitiva del mercado y se valorará el efecto que la unión de estas entidades tendría en las condiciones comerciales, especialmente para las pequeñas y medianas empresas (pymes).
Evaluación de la competencia
En noviembre, la CNMC elevó la operación a fase 2, no porque exista un claro indicio de oposición, sino porque hay preocupaciones sobre su posible efecto en la competencia. Se señalaba que la fusión resultante podría dar lugar a cuotas de mercado superiores al 30% en España en el sector de los terminales de punto de venta (TPVs), posicionando a la entidad como líder en el país. La eliminación de un competidor sería significativa, y podría perjudicar a muchas pymes que dependen de condiciones comerciales justas.
Los riesgos no terminan ahí. La CNMC también está analizando si la fusión podría traducirse en una reducción del crédito disponible para las pymes. En este sentido, las voces en el sector difieren; algunos actores bancarios piensan que estas necesidades serán cubiertas por otros bancos, mientras que asociaciones representan el miedo a la concentración en el mercado. Las futuras decisiones de la CNMC podrían definir el carácter y la viabilidad de la fusión.
Alegaciones y el futuro del calendario de la OPA
La transición a fase 2 ofrece a Banco Sabadell y a otros colectivos interesados en la operación la oportunidad de presentar alegaciones. Esto puede ser visto como un arma de doble filo: mientras que abre la puerta para que se expongan preocupaciones, también permite a BBVA ofrecer información adicional que refuerce su posicionamiento. Desde el momento de la publicación de la nota sucinta, un número considerable de organizaciones, incluidas patronales y sindicatos, ha expresado su interés en el proceso.
Sin embargo, la CNMC ha rechazado todas las alegaciones a excepción de la de Banco Sabadell. Ello indica que, aunque muchas partes interesadas tengan una voz en esta cuestión, solo aquellos actores directamente implicados tienen la capacidad formal de influir en el resultado. El análisis podría extenderse hasta tres meses, lo que, de hecho, altera el calendario de la OPA de BBVA.
Análisis de expertos
Refiriéndonos a la opinión de analistas del sector, como Javier Cabrera de XTB, se destaca que las perspectivas de la OPA no se han modificado sustancialmente tras la reciente decisión de la CNMC. Sin embargo, el posible escenario más problemático que puede enfrentar BBVA sería si se imponen condiciones que restringen la viabilidad económica de la fusión. Expertos señalan que, a medida que se prolongue este proceso, el coste relacionado con la operación podría aumentar, complicando más el panorama para el banco.
Como puedes ver, la situación para BBVA y su intención de fusionarse con Banco Sabadell es compleja. Las piezas están en movimiento y, mientras los análisis y las evaluaciones continúan, lo que está en juego podría cambiar radicalmente el panorama bancario en España. Con un entorno económico desafiante a la vista, el futuro de la OPA dependerá tanto del marco regulatorio como de las dinámicas de competencia que surjan en los próximos meses. La historia apenas comienza y habrá más capítulos que, sin duda, brindarán muchos puntos de interés para quienes siguen de cerca el mundo de la economía y las finanzas.