La CNMC, la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia, se encuentra en medio de la evaluación de la OPA que BBVA ha propuesto sobre Banco Sabadell, un asunto que despierta gran interés y preocupación en el ámbito financiero. Se anticipa que la CNMC impondrá ‘remedies’ pequeños en el proceso de análisis de fase 2, lo que podría facilitar la operación en lugar de complicarla. Este enfoque contrasta con las demandas de Sabadell, que ha solicitado medidas más drásticas que podrían alterar la estructura del mercado.
Desafíos en la operación de BBVA
Los obstáculos para que la OPA de BBVA avance no solo provienen del análisis de la CNMC, sino también del propio Gobierno español y de los accionistas de Banco Sabadell. Ambas partes están planteando consideraciones que podrían influir en la viabilidad de este movimiento estratégico. La CNMC, según se ha indicado, optaría por soluciones menos intrusivas que aquellas solicitadas por los accionistas y el comité de dirección de Sabadell.
El equipo jurídico de Sabadell habían sugerido la utilización de un sistema similar al que empleó la Comisión Europea en las fusiones anteriores, específicamente en las evaluaciones entre TSB y Lloyds. Sin embargo, los esfuerzos por conseguir un enfoque alternativo no han tenido el eco esperado.
Análisis de la fase 1 y 2
Durante la fase 1, la CNMC llevó a cabo un ‘test de mercado’ con varias entidades, incluyendo bancos tradicionales y digitales, así como asociaciones de consumidores y empresariales. Las opiniones recogidas no ofrecieron una conclusión definitiva. Mientras algunos actores consideraban que la concentración no afectaría a las pymes, organizaciones de consumidores advirtieron sobre un posible riesgo de reducción del crédito disponible para estos sectores.
En este contexto, la CNMC ha tomado decisiones que han dejado fuera a 79 organizaciones que solicitaron participar en el proceso. Este hecho ha generado preocupación entre los grupos que representan a las pequeñas y medianas empresas, quienes argumentan que son precisamente estas voces las que más deberían ser escuchadas frente a una operación de esta magnitud.
La postura del Gobierno
El Gobierno también ha mostrado inquietudes sobre el impacto de la OPA en la cohesión territorial y el empleo. Se teme que la fusión entre BBVA y Banco Sabadell pueda resultar en un recorte significativo de plantillas y una reducción del número de oficinas. Esto, a su vez, afectaría el servicio brindado a una parte de la población que podría ser considerada vulnerable, como las personas de más de 65 años o aquellas con discapacidades.
A pesar de las alegaciones de los accionistas de Sabadell, que consideran que la oferta de BBVA infravalora su valor, la CNMC ha propuesto un acuerdo que implicaría ‘remedies’ menores. Esto podría significar que el camino hacia la aprobación de la OPA está más despejado de lo que parecía inicialmente.
Reacción de los accionistas de Sabadell
Si finalmente el Gobierno aprueba la OPA, BBVA aún enfrentará el desafío de convencer a los accionistas de Sabadell. Estos han expresado su malestar, afirmando que la oferta presenta una subestimación del valor del banco por sí mismo. César González-Bueno, consejero delegado de Sabadell, ha manifestado que la oferta «no tiene sentido» en su presentación de resultados de febrero, argumentando que canjear acciones en estas condiciones es una propuesta perjudicial.
Contrastando con esta visión, Carlos Torres, presidente de BBVA, ha defendido la oferta argumentando que el precio de las acciones reflejaba esa propuesta. Según Torres, la cotización de ambos bancos está correlacionada desde el anuncio de la OPA, sugiriendo que la prima ofrecida ya está incorporada en el precio actual de las acciones de Sabadell.
Los plazos en el proceso de OPA
El proceso de autorización y evaluación de la OPA podría enfrentarse a varios retrasos. Fuentes cercanas al asunto han indicado que se espera que la decisión final de la CNMC se produzca entre finales de marzo y principios de abril. A partir de ese momento, el Gobierno podría tardar aproximadamente 45 días en tomar una decisión. Esto significa que la OPA podría ser eventualmente aprobada por la CNMV, aunque las fechas son aún inciertas.
Una vez que la decisión se eleve al Gobierno, este tendrá un mes para emitir su veredicto. El Consejo de Ministros puede valorar las concentraciones más allá de la mera defensa de la competencia, considerando también el interés general. Esto introduce un nivel de complejidad adicional en la evaluación, donde factores como la defensa nacional y el impacto en el empleo pueden jugar un papel crucial.
Expectativas futuras
Los especuladores del mercado han sugerido que la apertura del período de aceptación de la OPA podría retrasarse hasta septiembre, lo que puede repercutir en las proyecciones de BBVA para la conclusión de la fusión. Al menos, hay un ánimo de esperar a la resolución del proceso para que todos los accionistas de Sabadell tengan la información necesaria antes de decidir si aceptan o no la OPA.
El desenlace de este proceso podría tener implicaciones relevantes no solo para las entidades involucradas, sino para el conjunto del sector bancario español. Ahora, con múltiples partes interesadas y una serie de factores a considerar, queda por ver cómo se desarrollan los acontecimientos en los próximos meses. Este caso es solo un ejemplo de los desafíos que enfrenta el sector financiero en un entorno de constante cambio e incertidumbre.