El nuevo diseño del impuesto a la banca ha traído consigo importantes cambios y reflexiones en el sector financiero, destacando la postura de Bankinter, que no vacila en calificarlo como injusto. En una reciente rueda de prensa, su consejera delegada, Gloria Ortiz, mencionó que la entidad está considerando recurrir este gravamen a título individual. Este escenario también está siendo evaluado por la Asociación Española de Banca (AEB), que ya tiene planes al respecto.
Resultados de Bankinter y el impacto del impuesto
Durante el año pasado, Bankinter tuvo que hacer frente a un cargo significativo de 95 millones de euros por el impuesto a la banca asociado a sus resultados de 2022. Sin embargo, en este primer trimestre de 2024, la entidad no ha registrado ningún cargo porque, gracias al nuevo enfoque del gravamen, la cuota a pagar ha sido fijada en cero. Esta situación refleja una maniobra importante en la política fiscal que afecta a los bancos.
Otro dato relevante es que, al calcular sobre los ingresos esperados para 2024, Bankinter anticipa un impacto de 54 millones de euros debido al impuesto. A pesar de esto, el nuevo diseño permite que el banco se beneficie de una deducción del 25% por el impuesto de sociedades, lo que representó un desembolso de 300 millones de euros en 2024. De esta manera, Bankinter podrá deducir hasta 75 millones de euros, lo cual disminuye notablemente el impacto total del pago de 54 millones.
Previsiones futuras
De cara al futuro, el director financiero de Bankinter, Jacobo Díaz, comparte una perspectiva optimista, proyectando que para 2026 se podrían repetir resultados similares a los de este año. Aunque la entidad no descarta un ligero crecimiento, enfatiza que la expectativa es que el pago por el impuesto a la banca el año que viene sea «cero o muy cercano a cero». Esta previsión se basa en la planificación de incrementar el negocio a lo largo de 2025, con objetivos claros y estrategias definidas.
El hecho de que no haya resultado en un pago positivo este año no significa que la situación no pueda cambiar en el futuro. Este es un punto crucial que clairviene Ortiz, quien destaca que la injusticia y la discriminación intrínsecas al impuesto actual continúan vigentes. La posibilidad de que Bankinter y la AEB inicien acciones legales es un camino que se mantendrá abierto, reflejando la tensión constante entre la regulación fiscal y la operativa bancaria.
La postura de Bankinter sobre la injusticia fiscal
Gloria Ortiz ha subrayado de manera contundente que, independientemente de los cambios inmediatos en el impuesto a la banca, sigue considerándolo injusto y discriminatorio. El mensaje es claro: la lucha contra este gravamen no ha terminado. Este sentimiento se traduce en acciones concretas, donde la AEB ya está trabajando en su propio recurso contra el anterior impuesto y está considerando también el enfoque individual para Bankinter.
La directora resaltó que esta problemática no es simple y que su resolución es fundamental para el bienestar del sector. La percepción de que el sistema fiscal es injusto no solo enfrenta a los bancos con la administración, sino que también impacta en la confianza que los clientes depositan en estas instituciones. La comunicación sobre estos asuntos se vuelve crucial para mantener una relación transparente con los públicos interesados.
Implicaciones para el sector bancario
La situación actual del impuesto a la banca no solo afecta a Bankinter, sino que tiene implicaciones amplias para el sector bancario en su conjunto. La forma en que las instituciones hagan frente a este gravamen podría determinar su comportamiento en el mercado, así como su estrategia de inversión y crecimiento. Pero, ¿es este el momento de replantear el sistema fiscal en su totalidad? La respuesta a esta pregunta podría estar en los próximos movimientos de las entidades financieras.
Las diversas realidades económicas de cada banco, sumadas a la presión regulatoria, hacen que cada institución tenga que encontrar su propia manera de navegar por este complejo escenario. Algunas podrían optar por ajustar sus operaciones y buscar nuevas oportunidades, mientras que otras, como Bankinter, están dispuestas a combatir lo que consideran una injusticia fiscal.
Las decisiones que se tomen en estos próximos meses serán cruciales, no solo para Bankinter, sino para toda la comunidad bancaria. El sector está en un momento de transformación, donde la búsqueda de un equilibrio entre la rentabilidad y la responsabilidad social se hará cada vez más evidente. El anhelo de un marco fiscal más equitativo podría ser una de las claves que definan el futuro del sector financiero en el país.
En un contexto así, es fundamental que tanto los actores del mercado como los ciudadanos sigan de cerca la evolución de esta situación. El impuesto a la banca podría muy bien convertirse en un emblemático ejemplo de los desafíos que enfrentan tanto las instituciones financieras como la economía en su conjunto.