Telefónica ha reportado unas pérdidas netas de 1.731 millones de euros durante el primer trimestre de 2025, una situación que se atribuye mayoritariamente a minusvalías contables relacionadas con la venta de sus operaciones en Argentina y Perú. A pesar de este resultado negativo, la compañía ha decidido mantener sus previsiones para 2025 y ha confirmado el reparto de un dividendo de 0,3 euros por acción para este año.
Impacto de las ventas en Argentina y Perú
La venta de la filial de Telefónica en Argentina, completada el 24 de febrero, ha tenido una repercusión significativa en las cuentas de la empresa, alcanzando un impacto aproximado de 1.200 millones de euros. Esta cifra se debe principalmente a la reclasificación de las diferencias de conversión negativas que la subsidiaria había acumulado. La operación, enmarcada dentro de una estrategia de reestructuración, se ha computado como pérdidas en las cuentas correspondientes al primer trimestre debido a su inmediatez y magnitud.
Por otra parte, la venta de la filial en Perú, que se cerró el 13 de abril por 3,7 millones de soles peruanos (equivalente a unos 900.000 euros), ha generado un impacto contable de 500 millones de euros. A pesar de que este movimiento se inscribió dentro del segundo trimestre, Telefónica ha decidido reconocer la minusvalía contable en sus resultados trimestrales ya que la filial se encuentra en concurso de acreedores, cerrando el ejercicio anterior con una deuda significativa de alrededor de 1.240 millones de euros.
Desinversiones estratégicas en América Latina
Telefónica ha llevado a cabo una serie de desinversiones en América Latina, lo que incluye la inminente venta de su filial en Colombia por aproximadamente 368 millones de euros, aunque esta transacción aún no se ha culminado. Las compañías en cuestión, Telefónica Argentina y Telefónica del Perú, han sido clasificadas por la compañía como operaciones discontinuadas en el primer trimestre de 2025. Esto implica que sus resultados comenzarán a ser excluidos de las cifras globales de la empresa.
Con respecto a estas desinversiones, la compañía ha optado por reexpresar los resultados de 2024 a efectos comparativos. Este tipo de ajustes son comunes en el sector cuando se producen transformaciones significativas en el perímetro de negocio, permitiendo así entender de forma más clara el desempeño de las operaciones que realmente están en marcha.
Resultados operativos en cifras
A pesar de las pérdidas reportadas, el beneficio neto de las operaciones continuadas de Telefónica, que engloban aquellas áreas que continúan dentro de su perímetro de negocio después de las desinversiones, ha sido de 427 millones de euros en el mismo período. Este resultado positivo en operaciones continuadas es significativo y demuestra que, a pesar de los contratiempos en términos de ventas, la compañía es capaz de generar beneficios en sus áreas estratégicas.
La compañía concluyó el trimestre con un total de 354 millones de clientes en todo el mundo, lo que refleja una base sólida a la que puede recurrir. La rentabilidad derivada de sus operaciones clave y la capacidad de mantener un volumen estable de clientes sugieren que, a largo plazo, la estrategia de desinversión podría permitir a Telefónica centrarse en mercados más rentables.
Perspectivas de futuro y estrategias de dividendos
A pesar de los resultados negativos en términos de pérdidas netas, la decisión de Telefónica de mantener su dividendo de 0,3 euros por acción sugiere una confianza en la capacidad de recuperación de la empresa. Los accionistas pueden ver esto como un indicio de la estabilidad a largo plazo que la compañía espera alcanzar. El hecho de que la empresa continúe distribuyendo dividendos en un momento donde ha enfrentado pérdidas significativas podría interpretarse como un compromiso por parte de la dirección hacia una gestión responsable y rentable.
Por otro lado, la estabilidad de su base de clientes y el beneficio generado a partir de las operaciones continuadas implica que hay oportunidades de crecimiento aún disponibles, especialmente si se gestionan adecuadamente las áreas de negocio que se han identificado como clave para el futuro. La capacidad de adaptar su estructura operativa y centrarse en países con mejores perspectivas de retorno será determinante para la recuperación y el crecimiento sostenido de la empresa.
Las acciones de Telefónica en el primer trimestre de 2025 subrayan las decisiones estratégicas en un entorno empresarial resbaladizo. Las implicaciones de la ya conocida reestructuración de sus operaciones en América Latina, junto con la búsqueda de maximizar la rentabilidad de sus segmentos más productivos, proporcionan un camino potencial hacia la estabilidad y el crecimiento. Con un enfoque renovado en sus operaciones fundamentales, oficina central y un claro compromiso con su base de accionistas, la empresa puede estar bien posicionada para enfrentar los desafíos venideros en un mercado cambiante y competitivo.