Apenas un 15% del autoconsumo fotovoltaico en España cuenta con baterías solares que permiten mantener el suministro ante cortes, a pesar de que la reciente vulnerabilidad de la red eléctrica ha subrayado la urgencia de adoptar soluciones integradas. El apagón del 28 de abril pasado, que afectó al sistema eléctrico peninsular, destaca la necesidad inminente de mejorar la infraestructura energética del país.
El auge del autoconsumo fotovoltaico en España
El autoconsumo fotovoltaico en España ha experimentado un crecimiento notable en años recientes, alcanzando cifras históricas de nueva potencia instalada. En 2022, se incorporaron 2.507 megavatios (MW), mientras que en 2023 se sumaron 1.706 MW, y se proyecta que en 2024 se agregarán 1.182 MW. Este aumento en capacidad refleja una creciente aceptación y demanda de energías renovables por parte de los ciudadanos y las empresas.
A pesar de estos avances, el incremento en la instalación de sistemas de autoconsumo no va acompañado de un crecimiento paralelo en la integración de sistemas de almacenamiento de energía. Según el Grupo Imagina Energía, en 2024, solo se prevé una capacidad instalada de 155 MWh, lo que resulta insuficiente para las necesidades actuales de un mercado en rápida expansión.
La importancia del almacenamiento energético
Los sistemas de baterías solares, junto con los sistemas de respaldo, son fundamentales para permitir a los usuarios aislarse de la red y asegurar el suministro de energía durante apagones. Este tipo de tecnología garantiza que hogares y empresas puedan mantener una continuidad operativa en situaciones adversas. La importancia de estas soluciones se evidencia particularmente en el sector industrial, que representa aproximadamente el 60% de la nueva capacidad instalada de baterías solares.
Las baterías solares actúan como un seguro para las industrias, facilitando el mantenimiento de sus niveles de actividad y la operación de procesos críticos en momentos de crisis. Conscientes de los beneficios consistentes y de la creciente necesidad de seguridad energética, muchas empresas están comenzando a invertir de manera significativa en este tipo de soluciones.
Reacción del sector tras el apagón del 28 de abril
El director de autoconsumo industrial en Quantica, Javier Becerra, enfatizó que el apagón del 28 de abril pone de manifiesto la urgencia de integrar soluciones que aseguren la independencia energética. «Ya no basta con producir energía; hay que conservarla y gestionarla para garantizar seguridad y estabilidad», comentó Becerra. Este análisis subraya que las crisis pueden ser catalizadoras de cambios necesarios que, de otro modo, se adoptarían más lentamente.
Desde ese evento, Quantica ha observado un aumento considerable en la demanda de soluciones de almacenamiento energético. Las solicitudes para proyectos que incorporen sistemas de respaldo se han multiplicado por diez, mientras que la demanda de nuevas instalaciones con baterías ha registrado un incremento superior al 150%. Este interés es un indicativo de que las empresas buscan adoptar estrategias más robustas para enfrentar futuros desafíos de suministro eléctrico.
Implicaciones de una mayor inversión en baterías solares
La adopción de sistemas de almacenamiento no solo proporciona protección contra problemáticas puntuales o eventos extraordinarios, sino que también ofrece una independencia energética ante cualquier contingencia a largo plazo. La capacidad de almacenar energía permite a las empresas y los hogares gestionar mejor sus recursos energéticos, optimizando costos y maximizando la eficiencia.
La creciente inversión en baterías solares y otros sistemas de respaldo refleja un cambio paradigmático en cómo se considera la producción y el consumo energético. Este cambio no solo tiene implicaciones en la seguridad energética, sino que también puede influir en el desarrollo de políticas públicas en torno a las energías renovables en el futuro. La necesidad de garantizar un suministro fiable en un contexto de vulnerabilidad estructural ha llevado a un cambio en las dinámicas de inversión y desarrollo del sector energético.
En conclusión, el panorama energético español, marcado por un creciente interés en el autoconsumo fotovoltaico y la necesidad de asegurar la estabilidad del suministro eléctrico, sugiere futuras tendencias hacia una mayor autonomía y sostenibilidad. La evolución hacia un sistema más resistente y eficiente dependerá de la rápida adopción e integración de soluciones de almacenamiento y respaldo, un ámbito clave que no solo beneficiará a las empresas, sino que también apoyará la transición energética del país.