Los sindicatos y ArcelorMittal han llegado a un acuerdo para implementar un nuevo expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que afectará a aproximadamente 6,600 trabajadores en diversas plantas de producción. Este ERTE, que se inscribe en un contexto de desaceleración económica y ajustes industriales, tendrá una duración prolongada, hasta diciembre de 2025, y contempla un complemento salarial para los empleados afectados, que podrá llegar hasta el 90% de su salario habitual.
Condiciones del nuevo ERTE
El nuevo expediente de regulación será activado por causas productivas y podrá implementar un máximo de doce meses de suspensión o reducción de jornada, aplicándose de manera controlada y únicamente en el caso de que la actividad en las instalaciones se interrumpa, tal como lo ha señalado el sindicato CCOO. Este movimiento responde a la situación actual del sector del acero, marcada por una serie de desafíos que han impactado en la producción.
Como parte del acuerdo, se han establecido condiciones específicas para las plantas más afectadas, donde se limitará el impacto sobre el empleo: hasta un 40% en la planta de Extebarri (Bizkaia), un 35% en la de Lesaka (Navarra), y un 15% en las instalaciones de Asturias y Sagunto (Valencia). Asimismo, en el sector de la distribución, el recorte de personal no podrá superar el 20%, mientras que en la división AMDS, se ha fijado un impacto máximo del 40%.
Creación de comisiones de seguimiento
Para garantizar el cumplimiento de lo acordado y minimizar los efectos negativos del ERTE, se ha pactado la creación de una comisión de seguimiento de ámbito estatal, así como comisiones locales. Estas instancias estarán diseñadas para asegurar que las condiciones del ERTE, y los derechos de los trabajadores, sean respetados durante su ejecución y que los efectos de la medida sean revisados periódicamente.
El sindicato CCOO ha enfatizado que este acuerdo se ha asumido en un «ejercicio de responsabilidad». Los representantes de los trabajadores sostienen que las garantías de acompañamiento incluidas en el acuerdo son fundamentales para mitigar el impacto del ERTE en las instalaciones y en el empleo, siendo una medida que busca equilibrar las necesidades de la empresa con la protección de los derechos laborales.
Contexto económico y justificación del ERTE
ArcelorMittal, en su planteamiento del ERTE, indica que, si bien no ha logrado justificar todas las causas alegadas para este ajuste temporal de empleo, existe una desaceleración de la producción en ciertas plantas. Esta situación se debe no solo a las dinámicas internas de la empresa, sino también a factores coyunturales de la economía en Europa, que han forzado al grupo a revaluar su estrategia industrial.
Además, CCOO ha expresado su preocupación por la negativa de ArcelorMittal a asumir compromisos relacionados con inversiones en descarbonización, un aspecto crítico en el contexto actual de cambio climático y sostenibilidad. Esta incertidumbre en las inversiones podría agravar los problemas que enfrenta el sector, ya que las fábricas se ven presionadas para adaptarse a nuevas normativas ambientales a medida que avanza la transición energética a nivel global.
Perspectivas a largo plazo del sector
El nuevo ERTE acordado entre ArcelorMittal y los sindicatos representa un movimiento estratégico en un contexto de incertidumbre económica y cambios estructurales en la industria del acero. Las empresas del sector se están enfrentando a múltiples desafíos, desde la disminución de la demanda de productos hasta las presiones regulatorias que exigen inversiones significativas para cumplir con objetivos de sostenibilidad ambiental.
Las implicaciones de este acuerdo son profundas, no solo para los trabajadores directamente afectados, sino también para la competitividad a largo plazo de ArcelorMittal en Europa. Dadas las condiciones actuales del mercado, es probable que se deban tomar decisiones adicionales en los próximos años, conforme la empresa evalúe su capacidad para adaptarse a un entorno cambiante.
En conclusión, la situación de ArcelorMittal, a través de este ERTE y las consideraciones en torno a la descarbonización, representa un microcosmos de los retos que enfrenta la industria del acero ante la evolución del mercado y la presión para ser más sostenibles. A medida que se avance hacia el año 2025, será crucial observar cómo se desarrollan las dinámicas laborales y cómo estas impactan en el futuro del sector en un marco de creciente preocupación por el cambio climático y la salud económica global.